Convertir crisis en oportunidad es el desafío de la economía plateada
Parece ser un buen momento para convertir las crisis en oportunidades y ver las cosas desde nuevas perspectivas o, al menos, compartirlas para ampliar la mirada. La economista Mariana Mazzucato, en su libro “Mission Economy” (2021), señala que “Los estados deben plantear y definir objetivos públicos, ambiciosos e inspiradores, y catalizar la inversión, la colaboración y la innovación de múltiples sectores y actores de la economía y la sociedad. Imaginar un mejor futuro y organizar la inversión pública y privada, con las empresas y la ciudadanía”.
Una propuesta que nos plantea la posibilidad de relacionarnos de otra manera entre el mundo público y privado, donde ambas partes establezcamos objetivos comunes que nos permitan llegar a resultados beneficiosos. Una interacción cuyos resultados podrían resolver temas complejos que enfrentamos en las sociedades modernas, como el envejecimiento de la población, el cambio climático e, incluso, futuras pandemias.
¿Qué pasaría si como país abordáramos el envejecimiento demográfico como un reto? Posiblemente, la problemática dinamizaría al Estado y al ecosistema nacional, congregando a los actores claves para ir en búsqueda de soluciones de largo plazo y con alto impacto.
Según los antecedentes de la encuesta CASEN (2017), el 86% de las personas mayores en Chile son autovalentes, sin embargo, una publicación reciente del Grupo Banco Interamericano de Desarrollo (BID) nos alerta de cómo este escenario va cambiando dramáticamente en Latinoamérica, llegando a casi 8 millones de personas que requieren apoyo para desenvolverse en sus actividades diarias.
A pesar de las diferencias entre los 26 países de la región, existen al menos tres elementos que se repiten en todos los casos: 1) la prevalencia de la dependencia crece con la edad, 2) las mujeres tienen mayor probabilidad de ser dependientes que los hombres, y 3) el desarrollo de dependencia funcional está positivamente asociado a la presencia de enfermedades crónicas.
Esta realidad implica renovar y mejorar las políticas públicas asociadas a este segmento de la población y, en particular, aquellas orientadas a los cuidados, aunque esto también tiene un costo para los países.
De acuerdo con el BID, una apuesta de estas características podría variar de 0.1% a 2.5% del Producto Interno Bruto (PIB), dependiendo del país y del nivel de cobertura deseado.
Para el 2035, las personas sobre los 65 años en Chile equivaldrán al 18,9% del total de la población y 13 de las 16 regiones tendrían una mayor proporción de ésta con respecto de la población menor de 15 años según el INE.
Lo cierto, es que esto no solamente plantea desafíos en temas como la salud física y mental, pensiones y seguridad social, sino también abre oportunidades dadas las mejores condiciones de salud que permiten una longevidad más activa.
¿Cómo asumimos esta misión?
Sin duda, desde la Universidad de Chile, estamos atentos a estos cambios demográficos y articulando equipos y esfuerzos multidisciplinarios que nos permitan aportar al desarrollo sostenible e inclusivo del país basado en la investigación, la ciencia y la tecnología.
Desde OpenBeauchef, centro de innovación y emprendimiento de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, en colaboración con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y su Laboratorio de Innovación (BID LAB) nos encontramos articulando el ecosistema nacional de i+e vinculado a la economía plateada, la que nos permitirá ver una nueva dimensión del proceso de envejecimiento, es decir, una longevidad productiva, empática e inclusiva, donde todos podamos aportar.
Un desafío que nos motiva profundamente no solo por los resultados que esperamos obtener, sino también porque nos brinda la oportunidad de promover diálogos intergeneracionales para que estos esfuerzos lleguen a buen puerto.
Desde el 2019 a la fecha, hemos enfrentado como país momentos desafiantes y una pandemia que ha visibilizado la desigualdad profunda que atraviesa Chile de norte a sur.
Hoy, tenemos la responsabilidad de avanzar mancomunadamente como país y para ello, ningún grupo de la población puede ser excluido. Por esto, albergamos la esperanza de que Open Seniors pueda congregar a los mejores exponentes de la innovación local para visibilizar la importancia de las personas mayores en nuestra sociedad.