Bodo Ramelow, el presidente del Bundesrat, cámara de representación regional de Alemania (Senado), estuvo en Chile, desplegando una intensa agenda que contempló reuniones protocolares con líderes del Congreso, y con autoridades ministeriales, como el titular de Energía, Diego Pardow.

Pero el hito más emblemático de la visita de este político del partido Die Linke (izquierda) fue su traslado a las instalaciones de Colonia Dignidad, el enclave alemán  de Parral donde se cometieron graves violaciones a los derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet.

Ramelow, el político de mayor jerarquía que llega hasta Villa Baviera, recorrió el sitio con distintas agrupaciones de víctimas, a quienes escuchó atentamente.

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“Hoy fue posible que hicieran el recorrido conmigo todos los grupos, que en parte piensan que los otros son responsables de su sufrimiento. Es impresionante y una señal hacia mí, hacia el Gobierno Federal y hacia Alemania de que no se puede cerrar los ojos ante lo que implica Colonia Dignidad”, dijo al medio público alemán Deutsche Welle.

La visita tocó a fondo al político alemán. Y así lo expresó en su página oficial, donde detalló cada paso de su periplo. Ahí reconoce que esta fue “la parte más difícil de nuestro viaje” al estar en el recinto donde Paul Schäfer “construyó un sistema terrorista único que, con el conocimiento y la aceptación tácita de la República Federal de Alemania, cooperó estrechamente con el régimen de Pinochet”.

A juicio de Ramelow, “Alemania tiene la responsabilidad histórica de lo ocurrido en Colonia Dignidad”, le declaró a Taz.de (Die Tageszeitung), medio alemán que informó su visita con el título “Gira mundial en el sótano de la tortura”.

[caption id="attachment_783029" align="aligncenter" width="960"] Cobertura del medio Taz a la visita de Bodo Ramelow a Chile.[/caption]

En el lugar, el político alemán puso rosas blancas en memoria de las víctimas. Ramelow lo describió así: “El llamado “sótano de papas” es representativo de este horror, un calabozo en un sótano en el que las personas secuestradas eran golpeadas y torturadas con gruesos cables eléctricos, a menudo tan severamente que finalmente morían. Fueron enterrados en las instalaciones de la "Colonia", pero luego exhumados por orden de Pinochet, rociados con petróleo y quemados. Querían eliminar las huellas del horror”.

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Víctimas piden memorial

De acuerdo a lo que informa el medio público alemán Deutsche Welle, las víctimas del enclave alemán donde se cometieron graves violaciones a los derechos humanos durante la dictadura, esperan que este recorrido motive la agilización de un memorial.

“Aquí la naturaleza está virgen, pero el daño está y uno no puede aceptarlo”, relata Mirna Troncoso, representante de la agrupación Memoria y DD.HH de Colonia Dignidad.

Por su parte, Horst Schaftrik, de la Asociación de excolonos (ADEC), testimonia cómo fue su paso por la llamada secta. “Nos golpeaban hasta que nos salía sangre, hasta tres veces por día. Golpes durante 10 minutos, hasta que no nos podíamos sentar y quedábamos lastimados”, relató.

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“Con toda forma de crueldad y castigo exigía cumplir lo que él predicaba, aunque lo que él hizo con nosotros era lo más perverso que puede ser”, detalla el excolono Rudiger Schmidtke respecto del perverso modus operandi.

https://twitter.com/dw_espanol/status/1581400774172622853

Relevando la complicidad con la policía secreta de la dictadura (DINA) en dictadura, el reportaje de DW releva las torturas y crímenes que se cometieron en este lugar contra opositores al régimen militar de Augusto Pinochet.

“En Colonia Dignidad estuvo toda la cadena de violación a los derechos humanos, desde secuestro, tortura y desaparición forzada, por eso hago un llamado a quienes viven aquí, si ellos tienen algún indicio, que cooperen en el plan de búsqueda donde van a estar todas las facilidades para que las personas se acerquen y digan lo que saben”, clama Troncoso en su búsqueda de justicia por las atrocidades cometidas en el recinto en el que actualmente viven cerca de 130 personas.

“El próximo año vamos a tener 50 años del golpe militar. Y mi esperanza es que el 11 de septiembre de 2023 se haga algo simbólico para demostrar que se va a construir un centro de documentación y memoria acá”, dice Jens-Christian Wagner, historiador y director del Memorial Buchenwald.

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