La seguridad (digital), tema de Estado
El más reciente ataque cibernético que involucró al Ejército de Chile -e indirectamente a toda la ciudadanía- se suma a muchos otros ocurridos en este y en años anteriores. Basta recordar el comentado hecho que afectó a las claves únicas en octubre del 2020 o al Sernac en agosto del 2022, lo que nos lleva a meditar respecto de la real importancia que se le da a la ciberseguridad.
En tiempos de transformación digital que obligan a adaptarse a los nuevos desafíos, preguntarse qué se está haciendo al respecto es una cuestión válida.
Seguramente, muchos comentarán que existe un proyecto que está en discusión y otros dirán que se han otorgado mayores recursos para infraestructura que ayude en estas contingencias. Incluso algunos podrán indicar que han creado “unidades específicas” de apoyo para estas tareas.
Sin embargo, no basta con hechos aislados ni cruzadas de un gobierno en particular: el problema al que nos enfrentamos es aún mayor e implica un cambio de cultura que afecta desde el usuario doméstico de internet hasta las grandes organizaciones, gubernamentales o no, que deben comprender la real importancia respecto del uso de sus datos personales y de cómo deben cuidar la información que se les ha entregado a su responsabilidad.
Sin duda, los hackeos -o cualquier acción que se le asimile- seguirán existiendo. Y la responsabilidad no es sólo de una institución, aunque -claro está- en el bullado caso recientemente conocido existen incumbencias oficiales, algunas por omisión y otras por acción (al no agilizar medidas relacionadas con la seguridad).
Sin embargo, con todo, cada usuario debe entender que siempre alguien estará atento a su poca prolijidad en el manejo de datos sensibles.