Una de cada tres muertes por enfermedades cardiovasculares corresponde a una mujer

Una de cada tres muertes por enfermedades cardiovasculares corresponde a una mujer

Por: Carolina Ceballos | 28.09.2022
La cardióloga Judith Zilberman detalló además que las mujeres latinoamericanas tienen mayor riesgo de sufrir un infarto agudo de miocardio que las del resto del mundo y, también, de desarrollar cardiopatías hasta 10 años antes que las mujeres de otras regiones

Una de cada tres muertes por enfermedades cardiovasculares (ECV) ocurre en mujeres, pero la falta de conciencia sobre esta situación causa que se desconozcan y no se controlen los síntomas y factores de riesgo en este grupo de la población, por lo que una campaña busca contribuir a ello.

“Histórica y culturalmente, la mayoría de las mujeres hemos reproducido la mentalidad de que el cuidado de nuestra salud debe enfocarse en la prevención de enfermedades ginecológicas, dejando de lado otras amenazas que se convierten en enemigos invisibles, como las enfermedades cardiovasculares”, declaró este martes la cardióloga Judith Zilberman.

De acuerdo con la American Heart Association, las ECV causan más decesos en mujeres que todos los tipos de cáncer juntos, pero solo 44% de las mujeres reconocen estas enfermedades como su principal amenaza.

El organismo destaca también que las mujeres latinoamericanas tienen mayor riesgo de sufrir un infarto agudo de miocardio que las del resto del mundo y, también, de desarrollar cardiopatías hasta 10 años antes que las mujeres de otras regiones.

Además de los factores de riesgo cardiovasculares tradicionales, hay otros asociados a su fisiología como la menopausia normal y precoz, la terapia hormonal, la diabetes gestacional, el parto prematuro, entre otros.

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Especialmente, tras la menopausia, los cambios en los valores de colesterol y niveles de glucemia, así como el sobrepeso y la hipertensión arterial, se ven modificados en las mujeres.

Junto con ello, uno de los problemas para detectar estas enfermedades es que en las mujeres las señales de ECV varían respecto a las de los hombres, pues pueden presentar dolor de espalda o mandíbula, problemas para respirar, náuseas, vómito, mareo o sudor frío.

También puede presentarse desvanecimiento o fatiga inusual, síntomas asociados a reflujo ácido y dolor inespecífico en el centro del pecho, ya sea de forma intermitente o prolongada.

Asimismo, aunque culturalmente se considera que la principal amenaza a la salud femenina son las condiciones ginecológicas, la realidad es que las enfermedades cardiovasculares siguen provocando uno de cada tres decesos en esta población.

Enfrentar desafíos

Para educar acerca de la salud cardiovascular, con un enfoque especial en las mujeres, Roche y profesionales de la salud en Latinoamérica presentaron la campaña “Compromiso de corazón”, que busca fortalecer los esfuerzos para afrontar los desafíos sobre esta condición.

“Como ecosistemas de salud y sociedad debemos transformar esta realidad que está afectando la vida de tantas mujeres en nuestra región”, dijo Zilberman, también especialista en hipertensión y medicina interna.

La especialista y colaboradora de la campaña llamó a todos los actores del ecosistema de la salud y la sociedad a trabajar por este desafío latente.

En este contexto, aseguró que, como mujeres, el compromiso de corazón significa que pese a las responsabilidades familiares, académicas o laborales, el bienestar no puede quedar atrás.

“La salud cardiovascular requiere de una atención continua de nuestra parte, con el apoyo de nuestro círculo social y los profesionales médicos”, dijo.

Asimismo, insistió en que para transformar la realidad actual es fundamental avanzar en simultáneo con programas educativos y médicos de prevención y diagnóstico oportuno que lleguen tanto a la sociedad, como a los profesionales de la salud.

Recordó que la salud de las mujeres es “compromiso de todos” porque en la sociedad actual las mujeres suelen ser las principales cuidadoras de sus familias y son la mayoría de la fuerza laboral de salud.

“Al tiempo que cuidamos nuestra salud cardiovascular, podemos contribuir a cuidar la de nuestras madres, hermanas, esposas, hijas, amigas y colegas”, concluyó.

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