Sin nueva Constitución no hay reformas
El 4 de septiembre es una fecha decisiva y clave para la historia de nuestro país. Se abre una posibilidad de acabar con la herencia de la dictadura y contar con un texto constitucional que luego de muchísimo tiempo en nuestro país, por fin, se habilite y dé paso a la democracia.
Chile no puede esperar. Las transformaciones deben comenzar hoy. Postergar esta definición para segundas vueltas sólo tiene el efecto de introducir más incertidumbre y no da cuenta de que uno de los rasgos de la nueva institucionalidad es facilitar que las mayorías logren transformar la voluntad popular en cambios que acerquen el país a las aspiraciones nacionales.
Los cierto, sin embargo, es que esos mismos sectores, esa derecha y los “nuevos conservadores”, han paralizado las grandes reformas por más de 30 años, han defendido el status quo en el Congreso, en la TV, o con el Tribunal Constitucional. Han sido la gran oposición a entregarle garantías y derechos sociales a la ciudadanía.
Hoy, después de que el pueblo de Chile los arrinconó, el lobo intenta vestirse de oveja. Ahora, el que copia, copia mal. De ahí que la trampa del “rechazo para reformar” al menos genera ruido en las mayorías que llevan décadas esperando que estas reformas cuenten con la voluntad política necesaria. Es como si estuviera estudiando para la prueba el último día con los apuntes que le robaron al mateo del curso. Pero el que copia, copia mal.
Este proyecto desesperado para bajar el quorum a 4/7 parece ser su último recurso, el último horrocrux de la elitaria y autoritaria Constitución del 80. Escuchamos a un senador hablar del proyecto como “la llave maestra”. ¿La llave maestra de qué exactamente? ¿Qué puertas abre? ¿Para quienes se abren? ¿Y qué ventanas se cierran? ¿Quiénes ganan con la reforma de los 4/7?
No hay garantías de reforma ni de nueva Constitución si gana el Rechazo. La única llave maestra que abre o cierra las alamedas de un nuevo Chile es el voto informado el 4 de septiembre. Sólo así podemos construir un verdadero Estado Social de Derechos y empezar a dar el primer paso hacia una sociedad más justa.
¿Qué significa eso? Que la salud, la educación, la vivienda, la seguridad social (pensiones), el agua, ya no son para quienes puedan pagarlos, sino que estarán asegurados para todas y todos.
Nos preguntamos si quienes están levantando este proyecto de los 4/7 tienen un egoísmo tan grande que les es más valioso mantener su asiento en el Senado que asegurar educación, salud, vivienda, pensiones dignas, etc. Chile dice basta. Este 4 de septiembre, Chile aprueba para frenar los abusos.