Envases flexibles: el principal contaminante plástico de los océanos
El plástico sigue causando estragos en el medioambiente. Una muestra clara son los restos de este material que terminan en los océanos. El tema cada vez empeora, y se puede corroborar con cifras que maneja WWF, quienes afirman que si se detuviesen todas las fuentes de contaminación por plástico el día de hoy, aún así la cantidad de microplásticos en los océanos se duplicaría antes del 2050.
Esta es una crisis mediambiental está en su punto crítico. De hecho, se proyecta que en el año 2100 el nivel del plástico en los océanos será 50 veces mayor que en la actualidad. Además, para el 2030 se estima que habrá más plásticos que peces en las aguas de nuestro planeta. Los envases flexibles son la categoría de plásticos que más van al alza, con un 5% entre 2019 y 2020.
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Los envases flexibles, compuestos principalmente por PEBD (Polietileno de baja densidad), son el mayor desafío para una economía circular en los plásticos. Esto se debe a que es un material desechable que la mayoría de veces se ocupa una vez. Además, no se recicla mucho y tiene altas tasas de fugas. La característica principal para que se vuelvan más populares es el bajo costo que poseen y sus diversas funcionalidades, ya que se utilizan prácticamente para todo.
De acuerdo a las cifras de la Fundación Ellen MacArthur, al año se producen un aproximado de 50 millones de toneladas de envases flexibles alrededor del mundo. Esto representa alrededor de un 40% de todos los envases plásticos por peso.
Para abordar esta problemática, la Fundación acaba de lanzar el reporte “Envases flexibles: las acciones urgentes necesarias para ofrecer soluciones de economía circular”, con el objetivo de ayudar a las organizaciones a lograr sus objetivos de economía circular para los plásticos al proporcionar una dirección práctica para los envases flexibles.
“Con aportes de más de 100 expertos- señala el reporte-, presenta una estrategia general para empaques flexibles e identifica 21 acciones específicas y urgentes que se necesitan para avanzar hacia los objetivos de empaques de plástico para 2025 y más allá. Está diseñado principalmente para empresas, iniciativas colaborativas intersectoriales, legisladores y otras organizaciones que ya están en su camino hacia la economía circular, y abarca desde llamados a la acción de alto nivel que serán de utilidad para los equipos ejecutivos, hasta información detallada que ser de utilidad para los equipos técnicos y de I+D internos”.
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Los esfuerzos actuales -plantea el documento- solo están arañando la superficie, y se requiere un cambio radical en el nivel de compromiso y esfuerzo a través de la eliminación directa de empaques innecesarios y la exploración de soluciones innovadoras. “Para los artículos de empaque flexible de un solo uso que actualmente no pueden eliminarse sin consecuencias no deseadas, se requieren esfuerzos sin precedentes para garantizar que puedan circular. Esto puede incluir quedarse con un plástico convencional y escalar los sistemas de reciclaje, o sustituirlo por un material diferente (como papel o plásticos compostables cuando corresponda) y luego escalar esos sistemas”, señala.
“De cualquier manera -agrega-, lo que está claro es que, a menos que se inicien de inmediato esfuerzos simultáneos y sin precedentes en el diseño, la infraestructura y la política de empaques (esfuerzos que van mucho más allá del nivel de actividad que estamos viendo actualmente), la circulación de empaques flexibles en la práctica y a escala es poco probable que suceda en un futuro previsible”.