Nueva serie Los Prisioneros: Claudio vs. Jorge vs. Miguel
La serie titulada Los Prisioneros (2022) es liderada por la producción ejecutiva de Joanna Lombardi, dirigida por el exministro de Cultura peruano Salvador del Solar y el colombiano Carlos Moreno.
El mejor gancho comercial
Realizada en Chile durante la pandemia, en ocho capítulos de media hora retrata al grupo sanmiguelino desde la promoción del disco La voz de los 80 (1985) hasta el quiebre y las grabaciones de Corazones (1990).
También se los ve en la aparición en Sábados Gigantes, el concierto en Concepción viajando en tren o en la firma con el presidente bonachón (Gastón Pauls) de la EMI. El éxito del Pateando Piedras, el concierto del Estadio Chile, la preparación de La Cultura de la Basura, la convivencia del matrimonio de González Fresard, el de Claudio Narea y Claudia Carvajal, la gira latinoamericana (principalmente Perú y Colombia), Las Cleopatras y el amorío entre Carvajal y González hasta la disolución del grupo, son parte de los hitos que aborda esta nueva serie.
"A ver huevón, aquí no somos tu acompañamiento"
En las decisiones sobre los rumbos musicales que debía tomar el grupo el rock vs el pop, guitarras vs los teclados, Claudio (Andrew Bargsted) vs Jorge (Aron Hernández) eran constantes. Mientras, Miguel Tapia interpretado por Bernabé Madrigal patentaba bajo su nombre la marca Los Prisioneros, algo que trajo consigo el alejamiento del dúo Narea & Tapia, quienes tocaron juntos hasta antes de la pandemia. En pantalla el baterista también interpela a Jorge: “a ver huevón, aquí no somos tu acompañamiento, me he sacado la cresta por esta banda huevón”; no con la misma rudeza del guitarrista pero en el afán de mantener la banda funcionando.
Muchos de lo pasajes aparecen en Exijo ser un héroe (2002) de Julio Osses, asesor de contenido, libro que funciona como biografía no oficial de la banda. Igualmente figuran las ex Cleopatras Patricia Rivadeneira, como productora asociada, y Jacqueline Fresard, quien fuera esposa de González, como artista colaboradora. Mientras Miguel Tapia y Jorge González vendieron los derechos del nombre y las canciones, Claudio Narea acusa no apoyar la serie debido a no tener ninguna incidencia. Es necesario mencionar que, la mayoría de las canciones están trabajadas por Camilo Salinas y Pablo Ilabaca (ex Chancho en Piedra).
La explosión del conflicto amoroso
La búsqueda de la identidad de Los Prisioneros es una de las líneas fundamentales en las que siempre son interpelados, quedando en una nebulosa no concluyente. Tampoco se desarrolla lo barrial ni el recuerdo de la conformación del grupo, menos la crisis económica de 1982 que empobreció a la población, un cuarto de la cual estaba desempleada.
Gran parte del contenido está estructurado de manera resumida, la elipsis en tanto técnica de supresión de acontecimientos no permite profundizar. Así, rápidamente tocan en Sábados Gigantes, o son fichados por EMI y el empresario buena onda invierte en ellos. No se muestra una evolución que justifique procesos creativos ni ensayos porque es más fácil quedarse con que González cantaba mal o que Narea no componía, presentando la historia de Los Prisioneros desde una óptica reduccionista.
Los capítulos van saltando de un tema a otro, sin que esto signifique dinamismo o aportar ritmo a las escenas. El entramado es contar una parte del éxito de Los Prisioneros, darle magnitud a Las Cleopatras, mostrar cómo esto se conjuga con la relación de Jorge y Claudia, lo que desemboca en la gestación del Corazones tras la exposición del conflicto amoroso, la creatividad de González y la influencia musical.
La energía de Las Cleopatras
Los últimos capítulos de la primera temporada tienen un desarrollo superior: Jorge González y Las Cleopatras, la campaña del No y el lío amoroso. Está la fuerza creativa y performática de la tecladista Cecilia Aguayo, la actriz Patricia Rivadeneira, las artistas Jacqueline Fresard y Tahia Gómez. Esta energía es complementaria en ambas direcciones, lo que deviene en el cuarto disco de la banda.
El plebiscito de 1988 es un hito importante; se ha aceptado que fue la voluntad del pueblo, urna mediante, lo que hizo que el chacal se fuera a los cuarteles. Varias escenas de archivo conjugan el ambiente, la alegría y nerviosismo del momento. La relación de Jorge con Claudia y Claudio se desenvuelve durante la gira latinoamericana de la promoción de La Cultura de la Basura, no solamente como una problemática que rompe con la banda, sino que, dada las circunstancias que derivan en el cuarto disco, se ficcionaliza lo que se ha escrito biográficamente sobre este suceso
La falta de continuidad de los hilos narrativos secundarios es la mayor confusión. Uno de los ejemplos, es la figura de Jacqueline Fresard. Ella realiza el arte del disco La Cultura de la Basura (1987), y aunque se expresan contradicciones y disgustos con González, esto no termina por encajar porque no tiene conclusión. Se presentan bosquejos, no la resolución del diseño ni el disco finalizado, porque inmediatamente entra la elipsis para continuar con otras tramas.
Lombardi ha señalado que “sí hemos querido cuidar esos detalles: por ejemplo, el sillón que está en la casa de Jorge, cuando está casado con Jackie, es el mismo. Ahí está la magia” (18 octubre 2021), o “Lo que ganamos es poder entrar con mucha más profundidad y detalle a un momento específico de la vida de Los Prisioneros, y no tratar de contar toda su vida”. Otro ejemplo, es el tema familiar en el que se desarrolla en González, a diferencia de Tapia que visita los blocks y a la madre postrada, y se observa menos en Narea.
Los Prisioneros (2022) es un proyecto audiovisual genérico que mantiene un ritmo sosegado, de consumo rápido para que la distribuidora de medios tenga alto impacto en los televidentes y competir con otras plataformas. Siendo la banda un fenómeno latinoamericano, en vez de desarrollar la identidad y orígenes de la agrupación que promete el trailer, no cabe duda que encarnar la telenovela amorosa entre Jorge, Claudia y Claudio es el mejor gancho comercial.