Hongos micorrizas, los grandes aliados en la crisis del clima

Hongos micorrizas, los grandes aliados en la crisis del clima

Por: Luciano Badal | 27.12.2021
Al enfrentar la crisis climática debemos considerar un aliado global: las vastas redes fúngicas subterráneas que secuestran carbono y sustentan gran parte de la vida en la Tierra. Las redes de hongos micorriza son el sumidero estable del 75% de todo el carbono terrestre. Destruir estas redes desmantela el delicado manto de vida en que vivimos y arruina los esfuerzos para limitar el calentamiento global.

¿Por qué los hongos micorriza son importantes?

Los hongos son los grandes ingenieros de ecosistemas invisibles y el sostén de la delgada capa de vida que cubre la corteza terrestre, mediante redes ramificadas y fusionadas de células tubulares o micelios. A nivel global, la longitud total del micelio fúngico de los 10 cm superiores del suelo es de más de 450 mil billones de km: cerca de la mitad del ancho de nuestra galaxia. Estas redes simbióticas son un antiguo sistema de soporte vital, poco conocido y una de las maravillas del mundo viviente.

Mediante la actividad fúngica, el carbono se acumula en el suelo por medio de intrincadas redes alimenticias, logrando que los ecosistemas subterráneos sean el almacén estable del 75% de todo el carbono terrestre. Los hongos son esenciales en las redes alimenticias que sostienen gran parte de la vida en la Tierra. Hace unos 500 millones de años, los hongos facilitaron el paso de las plantas acuáticas a tierra firme porque el micelio fúngico sirvió como sistema radicular a las plantas durante millones de años hasta que éstas prosperaron por su cuenta. La evolución de las asociaciones planta-hongo transformó el planeta y su atmósfera, logrando la reducción del 90% del CO2 atmosférico.  Hoy, la mayoría de las plantas depende de hongos micorriza – del griego: hongo (mico) y raíz (riza) – que acoplados a las raíces proveen a las plantas de nutrientes esenciales, las defienden de enfermedades y las vinculan mediante redes llamadas Wood Wide Web (Internet de los bosques).  Los hongos son más esenciales para la planta que las hojas, la madera, los frutos, las flores o incluso las raíces.


Las redes de micorrizas tienen varios efectos importantes en el suelo y las plantas:

  1. Aumentan el volumen de agua que el suelo absorbe, y reducen hasta en 50% la perdida de nutrientes del suelo por la lluvia,

  2. Las plantas son menos susceptibles a la sequía y más resistentes a la salinidad y los metales pesados,

  3. Aumentan la capacidad de las plantas para combatir los ataques de plagas al estimular la producción de productos químicos defensivos.


Las redes de hongos y las estrategias de cambio climático

Las estrategias de cambio climático, las agendas de conservación y los esfuerzos de restauración han pasado por alto la vida bajo el suelo y se centran principalmente en los ecosistemas sobre el suelo. Esto ha causado un grave problema: la destrucción de redes fúngicas subterráneas, lo que contribuye a acelerar tanto el cambio climático como la pérdida de biodiversidad e interrumpe los ciclos vitales de los nutrientes globales. Estas redes deben considerarse como un bien público mundial que debe ser mapeado, protegido y restaurado con carácter de urgencia.

La destrucción de las redes de hongos del planeta ocurre a un ritmo alarmante. Según las tendencias actuales, más del 90% del suelo de la Tierra se degradará para 2050. Tanto la agricultura como la silvicultura moderna no han considerado la vida bajo el suelo. A pesar de que los hongos micorriza suministran hasta el 80% de los nutrientes de una planta, las prácticas agrícolas intensivas – mediante el uso combinado del arado y la aplicación de fertilizantes químicos, pesticidas y fungicidas – reducen severamente la abundancia, diversidad e integridad física de las redes de hongos.

La tala y el madereo forestal causan estragos en el subsuelo, disminuyendo la abundancia de hongos micorriza hasta en un 95%, y la diversidad de las comunidades de hongos hasta en un 75%. Un gran estudio publicado en 2018 sugirió que el "deterioro alarmante" de la sanidad de los árboles en Europa ha sido causado por la interrupción de sus relaciones micorrízicas, producida por la contaminación con nitrógeno proveniente de la combustión de combustibles fósiles y fertilizantes agrícolas.

proyectos agrícolas

Eliminación de la vegetación nativa y destrucción del suelo en sectores de fuerte pendiente en la Región Metropolitana para agricultura intensiva que afecta gravemente la vida del suelo. Foto: @DavidAgosin

Las redes de hongos micorriza constituyen entre un tercio y la mitad de la masa viva de los suelos. A nivel global, las redes de micorrizas retienen al menos 5 mil millones de toneladas de CO2 cada año (Serita, 2019), equivalente a la cantidad de CO2 emitida anualmente por EEUU (casi 17 mil millones de toneladas). Destruir estas redes sabotea los esfuerzos para limitar el calentamiento global y la influencia beneficiosa de millones de intercambios microscópicos complejos entre plantas y hongos que se extienden por continentes enteros.

¿Cómo restaurar y conservar las redes de hongos?

Las políticas actuales de biodiversidad ignoran más de la mitad de los ecosistemas subterráneos globales, porque las áreas con mayor biodiversidad sobre el suelo no siempre son las que tienen la mayor biodiversidad bajo el suelo. Dada la importancia funcional de la biodiversidad del suelo y su rol en el bienestar humano, es urgente considerarla mucho más en las agendas políticas y en las acciones de conservación, adaptando las prácticas de manejo para mantenerla, restaurarla y protegerla.

Las redes de hongos micorriza y sus flujos de nutrientes y procesos debieran ser un bien público global, análogo al aire y al agua limpios. Durante milenios, en muchos lugares del mundo, las prácticas tradicionales de agricultura y de manejo del suelo prestaron atención a la sanidad del suelo, apoyando implícitamente las relaciones fúngicas de las plantas. Pero en el transcurso del siglo 20 esto se ha perdido.

A nivel mundial, al menos 5 mil millones de toneladas de CO2 se secuestran en las redes de hongos micorrizas cada año, cantidad casi equivalente al total de CO2 emitido anualmente por EEUU. Foto: Mark Kean. Mikro-Tek, Inc.

Organizaciones como la Sociedad para la Protección de las Redes Subterráneas (Spun), Fundación Fungi y Global Fungi promueven los ecosistemas del suelo, lideran su muestreo global y la preparación de mapas de las redes de hongos del planeta. Estos mapas ayudarán a delinear las propiedades de los ecosistemas subterráneos, sus sitios críticos de secuestro de carbono, y documentarán nuevas especies de hongos capaces de soportar la sequía y las altas temperaturas.

Los investigadores conocerán la distribución de las redes de hongos que se adaptan al clima cambiante y a los patrones de uso del suelo, como lo hacen para la vegetación, los climas y las corrientes oceánicas. Un conocimiento más profundo de estos sistemas puede apoyar proyectos y políticas de conservación para detener su destrucción y fomentar su recuperación, además de impulsar la innovación de la ciencia y la tecnología de los ecosistemas subterráneos.

Las redes de hongos micorriza han sostenido y enriquecido durante mucho tiempo la vida en nuestro planeta. Es hora de que reciban la atención que merecen dada la urgencia de evitar la pérdida del carbono que almacenan, de promoverlos para que almacenen más carbono y evitar la pérdida de la biodiversidad del suelo que los hongos micorriza sostienen.

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