Un rayo de sol para adolescentes en el Sename: "Mis hermanos sueñan despiertos"
Cuando Claudia Huaiquimilla presentó hace cinco años su primer largometraje Mala junta, además de cines y festivales, lo llevó a centros de niñas, niños y adolescentes bajo el resguardo del Sename. Fue en esos lugares donde, por primera vez, escuchó risas tras ciertos diálogos pensados como cómicos pero que hasta entonces el público no había captado de esa forma. La directora pensó entonces, que la película había encontrado su público, y ciertas imágenes de aquellas visitas a esos centros se le quedaron dando vuelta en la cabeza.
Imágenes como la de aquellos chicos que se guardaban puestos unos a otros, y se abrazaban mientras duraba la proyección. Infancia y adolescencia que construye lazos hasta en los lugares más ásperos de nuestra sociedad.
Esos mismos momentos son el telón de fondo de la historia de Claudia Huaiquimilla Mis hermanos sueñan despiertos, en que dos hermanos, Ángel y Franco, llevan un año recluidos, y han podido formar un grupo de amigos con quienes pasan los días compartiendo sus sueños de libertad. En medio de esta cotidianidad entre rejas, la frustración y la precariedad parecen tener una oferta de alivio, al llegar un joven que, aunque igual de perdidos que ellos, trae consigo la promesa del escape.
Cuando Claudia Huaiquimilla presentó en el país esta nueva película fue en el Festival de Cine de Valdivia, con un público que llenó hasta el máximo del aforo permitido de la sala Condell y me hizo pasar por la experiencia de llorar por primera vez con la mascarilla puesta.
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El Chile al que se enfrenta esta producción audiovisual, es bien diferente, parece que un camión nos hubiera pasado por encima. Hemos salido a las calles, hemos hecho caer una constitución (o al menos eso creemos), nos ha invadido una pandemia, nuestro presidente sigue saliéndose con las suyas, y las elecciones nos hacen cuestionarnos nuestra propia identidad nacional. En este ambiente incierto, el rol de los personajes presentados sin prejuicios y que son interpretados entre actores profesionales y naturales, permite rápidamente identificarnos y poner la mirada sobre aquello que es importante.
Lo relevante se levanta preciso y cierto como en su escena inicial en que Ángel y Franco sueñan con lo que podrían hacer en un futuro y “afuera”, en un año más, en cinco años más, en diez años más… Los sueños son interrumpidos por una alarma que parece indicar el final de un receso, los chicos se levantan, y la cámara se queda en contrapicado frente a una enorme muralla cubierta con alambres de púas. Estamos “adentro”.
Y la acción será toda dentro de esas paredes vigiladas por una armada Gendarmería, pero que, sin embargo, permite observar una infancia que todavía contiene luz, que nos dice en nuestras caras que la falta de esperanzas es una costumbre aprendida. Y que el sol se puede colar entre las rejillas de sus habitaciones, como en el momento en que a partir de la idea de un partido de fútbol entonan el himno nacional. Los rasgos de sus rostros, su situación, e incluso su futuro contrasta con la letra de esa canción escrita por señoritos hace muchos años atrás.
Y a pesar de tratarse de un drama, trae consigo un letrero que convierte en una advertencia horrible a las películas de terror, y es que está basada en hechos reales. Aquí incluso se proyecta al cubo: está inspirada en muchos hechos reales.
Ficha técnica
Año: 2021
Duración: 85 min.
País: Chile
Dirección: Claudia Huaiquimilla
Guion: Pablo Greene, Claudia Huaiquimilla
Música: Miranda y Tobar
Fotografía: Mauro Veloso
Reparto: Claudio Arredondo, Sebastián Ayala, Andrew Bargstead, Iván Cáceres, Paulina García, Belén Herrera, César Herrera, Luz Jiménez, Julia Lübbert, Ariel Mateluna, René Miranda
Productora: Inefable, Lanza Verde
Disponible en: Cine Hoyts La Reina, Cinemark Portal Ñuñoa, Cine Hoyts Parque Arauco Cineplanet, Centro Arte Alameda, Sala K