Parque Cultural de Valparaíso estrena obra con Fabiola Campillai este 18-O
“Ella se abrió muy generosamente a participar. Ha sido un regalo luminoso poder escucharla”, cuenta Francisco Medina, integrante-fundador de Teatro Niño Proletario y director de “Preludio”, la obra donde Fabiola Campillai participa con un potente monólogo, junto a otras personas que también perdieron el sentido de la vista: la actriz Luz Jiménez (86), cuya visión ha disminuido progresivamente con los años, y el actor Jorge Becker, quien estuvo varios meses ciego producto de una grave enfermedad.
Fue precisamente en el proceso de investigación que la compañía comenzó a vincularse con la red de colaboradores de víctimas de trauma ocular, aportando con equipos de proyección y difundiendo actividades, hasta que lograron contactarse con la trabajadora que fue cegada por un impacto de lacrimógena cuando se dirigía a su trabajo.
“Me junté con ella un día, le dije que me gustaría tomarle un testimonio y de ahí le propuse la posibilidad de colaborar. Me dijo que viéramos como podíamos hacerlo de acuerdo a sus tiempos. Ha sido un lindo desafío. Ella es una mujer abierta e increíblemente poderosa”, cuenta Medina.
El proyecto original, beneficiado con un fondart el año 2018, intentaba responder algunas interrogantes respecto al ojo y la memoria, poniendo énfasis en el consumo y el uso de pantallas: ¿Qué perdemos cuando perdemos la vista? ¿Cómo somos vistos?¿Cómo nos insertamos en el mundo contemporáneo y su bombardeo de imágenes?
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La obra, sin embargo, tuvo un vuelco especial a partir del estallido social ocurrido en octubre de ese mismo año. El contexto histórico obligó a reenfocar la temática, basada hasta entonces en aspectos biográficos, incorporando nuevos elementos narrativos en la obra.
Medina asegura que en un comienzo trabajaron desde una perspectiva más personal -él mismo tiene familiares ancianos que han quedado ciegos-, pero que los abundantes casos de traumas oculares post estallido los hizo profundizar en otras aristas. Frases como “no lo vimos venir”, “yo nunca había visto tanta miseria” o “yo no sabía que existía tanto hacinamiento” fueron claves para redirigir la mirada.
-La verdad es que el tema es el que nos aborda y comenzamos a darle una vuelta de tuerca al proyecto inicial- sostiene. Ahí aparece esta idea del ojo que se abre y el ojo que se ciega, como un intento de romper con la memoria. Y un Estado capaz de dañar la mirada para que los manifestantes no puedan seguir observando el futuro.
Instalación inmersiva
La vuelta de tuerca a la obra fue literal, no sólo desde la reformulación de ideas sino también desde la materialidad. El proyecto que contemplaba en un principio una obra de teatro, luego del estallido y la pandemia se convirtió en un producto híbrido inmerso en varios soportes: una cápsula audiovisual, una instalación fotográfica y un libro-objeto.
“Tratamos de expandir los límites de la creación escénica”, asegura Medina. Una exploración obligada que involucró una estricta logística, considerando que gran parte del elenco era de alto riesgo. “No es que pudiéramos adaptarnos a una plataforma zoom. Nuestro elenco con discapacidad visual ni siquiera sabía prender un computador, ni tampoco tenía la capacidad de concentración en una pantalla”, agrega.
Recién en agosto de este año, luego de recuperarse de COVID, Medina y el elenco pudieron retomar el trabajo con una residencia artística de 15 días en el teatro del Parque Cultural de Valparaíso. “El Parque Cultural entendió la naturaleza del proyecto, nos pasó una sala exclusiva y arrendamos un hostal para 15 personas sin que nadie más pudiera entrar. Nos trasladábamos desde el hostal hasta el Parque en una van especial. Fue una burbuja sanitaria bien extrema”, recuerda Medina.
Para Nélida Pozo, Directora Ejecutiva del PCdV, “coproducir, albergar la realización y estrenar dos de los formatos que componen “Preludio”, resuena con el trabajo que ha hecho Parque por acercar la experiencia artística a la inclusión y accesibilidad de personas con diversidad funcional en artes escénicas. Y también corresponde a un sitio de memoria como es el PCdV (Ex Cárcel); fomentar la creación y exhibición de proyectos que están íntimamente ligados a derechos humanos y memorias, como es el caso de esta obra de Teatro Niño Proletario”.
En el espacio habilitado dieron vida al material que compone la cápsula audiovisual, cuya responsable fue la cineasta Daniela López Lugo. Las imágenes grabadas fueron acopladas en un ejercicio fragmentado, tal como funciona la memoria, donde se intercalan las voces de los protagonistas a veces en dúo y otras en solitario. A estos movimientos se suma la música de Daniel Marabolí y la sonoridad de elementos como el agua grabados con alta fidelidad.
También se incorpora el trabajo realizado con el elenco por la fotógrafa Paz Errázuriz en las ruinas del Cine Arte Alameda, un espacio hecho para la mirada y donde hoy sólo quedan cenizas. El resultado son siete enormes fotografías que forman parte de la instalación inmersiva.
“Cuando te metes a esta instalación, que tiene este gran objeto que funciona con luz, escuchas audios y puedes ver las siete fotos impresas en formato grande. La idea es introducirse a un espacio escénico, rescatando algo de presencialidad. Y está también este tercer producto que es un libro arte, que es una caja hecha a mano de cartón negro, que adentro lleva material escrito de algunos teóricos, litografías y algunos póster impresos que pueden verse en la oscuridad”, asegura Medina.
El director de la obra cree que “Preludio” es una invitación a valorar el sentido de la vista, y también a considerar todo aquello que perdemos por la exposición irracional a las imágenes. “La obra es la valorización del ojo en la contemplación y eso también genera la idea de la memoria, qué recordamos, qué estamos dejando de recordar, qué estamos mirando, dónde estamos poniendo el foco”, puntualiza.
Luego de esta primera presentación, la instalación estará en algunos lugares de Santiago y ya hay conversaciones para llevarla a regiones, una medida muy acorde con la línea editorial de Teatro Niño Proletario de resignificar espacios no convencionales y apostar por la descentralización cultural.
Ficha artística
Dirección: Francisco Medina Donoso.
Asistente de Dirección: Daniela Contreras López.
Dramaturgismo: Teatro Niño Proletario a partir del texto “Miedo a Olvidar la luz” de Maximiliano Andrade.
Elenco: Luz Jiménez, Jorge Becker, Rodrigo Velásquez, Graciela Reyes y Fabiola Campillai.
Participación Especial: Marco Espinoza y Benjamín Espinoza.
Equipo Actoral de Investigación: Luz Jiménez, Jorge Becker, Rodrigo Velásquez, Graciela Reyes, Ema Pinto, Ivo Luz, Beatriz Souza.
Espacio Escénico: Francisco Medina y Catalina Devia.
Iluminación y vestuario: Catalina Devia.
Música: Daniel Marabolí.
Exposición Fotográfica: Paz Errázuriz.
Registro Fotográfico: Jorge Villa.
Realización Audiovisual: Daniela López Lugo.
Sonido: Macarena Veas.
Registro y edición de voces: Carlos Barros.
Diseño Gráfico: Ornamenta Studio.
Producción General: Erna Molina.
Coordenadas
Estreno mundial: 18 de octubre 22 hrs. (Chile) en el canal de YouTube del Parque Cultural de Valparaíso.
Funciones presenciales, para personas mayores de 14 años de edad, lunes 18 y martes 19 de octubre ambas fechas a las 17 hrs. en el Teatro del PCdV. Proyección en pantalla gigante + instalación inmersiva. Aforo limitado, se requiere inscripción previa y pase de movilidad. La función del día martes 19 contará con interprete en lengua de señas.
Link de inscripción a funciones presenciales: https://cutt.ly/pRyABAh
Aporte voluntario en apoyo a las Víctimas de Trauma Ocular vía transferencia electrónica a la cuenta de:
Mónica Campos.
CI: 16.412.751-6.
Bco: BCI.
Cuenta vista nº 34915478
Mail: [email protected].