Pago por servicios ambientales: programa financió restauración de cuencas junto a APRs de Los Ríos
Cada vez hay más conciencia sobre lo valioso que puede ser un ecosistema sano; la cantidad de funciones que cumple y los beneficios que genera para los seres vivos que lo rodean. A ese valor apuntan los proyectos de pagos por servicios ambientales, que ofrecen incentivos a agricultores o usuarios de tierras a cambio de administrar y proporcionar algún servicio ecológico en ellas.
Uno de los primeros proyectos de pago por servicios ambientales en Chile culminó el pasado mes, luego de casi dos años de trabajo junto a comités de Agua Potable Rural (APR) en dos localidades rurales de la región de Los Lagos. El programa, financiado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y con asistencia técnica de Conaf, promovió el manejo de bosque nativo en las microcuencas para su restauración.
Se trabajó con los APR de Liñique y Mashue, generando actividades para recuperar y conservar la microcuenca proveedora de agua para la comunidad, reforestando con especies nativas. La retribución por servicios ambientales financió obras como la instalación de alcantarillas para evitar el tránsito de animales por el curso de agua o la instalación de bebederos para ganado para evitar su ingreso y contaminación del curso de agua.
En el caso de Liñique también se ejecutaron capacitaciones de artesanía en madera para valoración del bosque nativo, y de semillas y propagación de plantas nativas en las cuencas del sector. En Mashue, se construyó un invernadero con riego automatizado en el vivero del APR y se implementó un centro de semillas y germinación para apoyar la reforestación de la microcuenca con bosque nativo.
Retribuyendo los servicios ambientales
“Destaca el compromiso de los comités de APR y sus dirigentes, para realizar acciones en los bosques y ecosistemas sin fines de lucro y que les permita continuar con la entrega del servicio de agua potable en su comunidad. A pesar de estar fuera de sus funciones, reconocen estas acciones como de gran relevancia y necesarias para mitigar el cambio climático y la escasez hídrica, que ya se hacen notar en los diversos territorios”, reflexiona Luis Gianelli, gerente de bosques y cambio climático de Conaf.
En el caso de Mashué, el programa también generó insumos para construir una línea de base de uso de suelo en la microcuenca, enmarcándose en un programa de conservación mayor, que tiene como visión que el APR de Mashue sea reconocido por la calidad del agua y el buen servicio que provee, y como un referente en la integración de la comunidad en el buen manejo de la cuenca y la protección ambiental, así como para recuperar espacios degradados con objetivos transversales de valor cultural y espiritual, recuperación de paisaje, provisión de agua, etc.
Los resultados de estas acciones en la biodiversidad y la salud de los ecosistemas se podrán ver y evaluar en el mediano y largo plazo. Un resultado inmediato, según indica Gianelli, fue el aumento de la producción de plantas pasando de 3.000 a 5.000 individuos al año, a través del mejoramiento de viveros. Esto permitió aumentar la superficie de restauración e incorporar otras especies como el maqui, el calafate o el arándano, para autoconsumo o comercialización.