En la mañana del 14 de agosto de 2021 ocurrió otro fatal terremoto en Haití, de magnitud 7,2 en la escala de Richter, con una profundidad de 10 kilómetros, a 8 kilómetros de la ciudad de Petit Trou de Nippes, y a unos 150 kilómetros al oeste de la capital, Puerto Príncipe. Aunque el terremoto ha afectado a varios países del Caribe (Bahamas, República Dominicana, Jamaica, Puerto Rico, Islas Turcas y Caicos, Islas Ultramarinas Menores de Estados Unidos y Cuba) Haití es el que ha sufrido más daño.

En las informaciones preliminares, según Jerry Chandler, director de la Oficina de protección Civil, la cifra de muerte se eleva a 1.297, cerca de 5.700 heridos y cientos desaparecidos. Dentro de los fallecidos se encuentra un ex senador (Jean Gabriel Fortune), quien habría sido el dueño del Hotel le Manguier en la ciudad de Cayes, cuyo fallecimiento habría ocurrido a raíz del colapso del edificio hotelero.

Siendo los desastres naturales recurrentes en la isla, y a pesar de haber vivido un trágico terremoto en 2010, ¿cómo puede ser posible que en Haití no se haya desarrollado un sistema efectivo de prevención de riesgo y catástrofes? ¿Por qué no se ha hecho nada significativo con los fondos para la reconstrucción post 2010?

Los altos niveles de pobreza, la inestabilidad sociopolítica y la debilidad institucional son algunos de los factores fundamentales de la crisis multifacética de Haití. Por ende, la historia interna y el contexto geográfico haitianos son determinantes para comprender su desarrollo y su capacidad de respuesta antes los desastres. Hay que recordar el contexto en el cual sucede esta catástrofe, sabiendo que este terremoto ocurre a un mes y siete días después de lo que podríamos llamar el terremoto político que sacudió al sistema democrático haitiano en la madrugada del 7 de julio de este año con el asesinato del Presidente dentro de su hogar. En consecuencia, se puede decir que Haití es un Estado con una crisis profunda cuya población vive ¡en un perpetuo estado de emergencia! A saber:

• Emergencia alimentaria: teniendo en cuenta un estudio que realizó el gobierno haitiano en colaboración con la WFP y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), uno de cada tres haitianos (3,7 millones de personas) necesita asistencia alimentaria urgente, incluyendo a un millón que sufre de hambruna;
• Emergencia educacional: teniendo en cuenta que la educación es la base de toda sociedad funcional, en Haití -según la Unesco- sólo alrededor del 60% de la población total haitiana sabe leer y escribir.
• Emergencia de seguridad: debido a la impunidad y a la violencia de las bandas rivales existentes en el país.
• Emergencia sanitaria: en la actualidad, gravemente asociada al Covid-19.
• Estado de Sitio: aún vigente, decretado a raíz del asesinato del difunto presidente Jovenel Moise, el pasado 7 de julio de 2021.

Y ahora el gobierno provisorio del Dr. Ariel Henry ha decretado Estado de Emergencia por el terremoto del 14 de agosto de 2021.

La mañana del 14 de agosto de 2021 nos hace recordar que en la cumbre anual de Concordia, en septiembre de 2018, en la ciudad de Nueva York, el ex presidente Jovenel Moise sostuvo que “Haití ha hecho mucho progreso en tema de prevención de catástrofes naturales”. Desgraciadamente, cada catástrofe deja en evidencia la descoordinación institucional y falta de planificación estatal de nuestra “Primera República negra libre”.