Acusan a familia Matthei de crear la “Freirina del Biobío” por alta contaminación y desviar cauce para su lechería
Vecinos de San Rosendo, Región del Biobío, denunciaron diversas irregularidades relacionadas a la empresa de finos quesos vinculada a la familia Matthei, entre ellas la presencia de fecas, moscas, y malos olores presuntamente por el entierro de animales.
Además, según recoge una investigación de Radio Biobío, los dueños de la lechería también habrían desviado un estero para su uso personal, y movido cercos de terrenos contiguos.
Las mencionadas irregularidades recuerdan a los habitantes de la zona a lo ocurrido en Freirina, cuando una planta de crianza y faenamiento de cerdos de Agrosuper debió cerrar por el alto nivel de contaminación emanado de la empresa.
Hasta el momento, los denunciantes lograron que la Dirección General de Aguas (DGA) del Ministerio de Obras Públicas sancionara y multara a la empresa, pero esperan intervenciones de la Justicia, el Ministerio de Salud y la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputadas y Diputados.
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Uno de los dirigentes sociales de la zona, Oswin Hemmelmann, señaló al medio citado que los problemas con la lechería comenzaron hace seis años, cuando se instalaron en la comuna, en un terreno perteneciente al fallecido empresario Alberto Matthei.
“Esa lechería está ubicada a menos de 50 metros del estero y así comienza el drama”, indicó, asegurando que los desechos emanados generan fetidez y han traído una plaga de moscas al sector. Además, afirma que jamás han hecho una evaluación de impacto ambiental.
“Lo primero que hizo el señor Alberto Matthei fue hacer un desvío de un cauce de aguas para llevarlas a su predio. Ese fue el primer reclamo que hicimos a la DGA, lo multaron y con la orden que debía devolver el estero a su cauce y aún no lo hacen”, expresó Hemmelmann.
“Todos los residuos, purines que salen de esa lechería, están apilados y el percolado de eso cae en las aguas, contamina todo, y con eso se genera la invasión de moscas en sectores como Vega Verde, Callejones, Peñaflor. Es una plaga de hace seis años”, agregó el dirigente.
En ese sentido, acusó que la contaminación emanada de la empresa de la familia Matthei afecta a una Posta Rural que está a tres cuadras, y a una escuela que se ubica a menos de 100 metros del lugar.
Cuerpos de machos cabríos enterrados
Además, el dirigente social denunció que los dueños de la lechería “se han tomado terrenos y hay denuncias sobre que corre y bota cercos”.
El alcalde de San Rosendo, Rabindranath Acuña (indep. DC), se ha sumado a las quejas de los vecinos de la zona, respaldando la acusación sobre la usurpación del cauce del Estero Turquía.
“Hicimos una denuncia a la DGA, quienes condenaron a una multa y les ordenaron devolverlo a su cauce normal, cosa que nunca hicieron”, reiteró Acuña.
“En ese terreno don Alberto Matthei, dice, tiene varias iniciativas productivas como ganado, cabras, para la producción de leche, de lo cual se producen desechos, como las fecas, también los machos, por su poca utilidad, los matan y los entierran. Esto ocasiona malos olores y plagas de insectos, principalmente moscas”, informó el alcalde.
Sobre la falta de acción de la familia Matthei respecto a acoger la orden de volver el estero a su cauce normal, Acuña aseguró que “eso no es parte de la buena convivencia, lo que se ve agravado porque mucha gente que trabaja con ellos vive a su alrededor y, al final, no se atreven a denunciar públicamente”.
La respuesta de la quesería
La producción de la lechería de la familia Matthei deriva en insumo de los Quesos Callaqui. Desde esa quesería, aseguraron que cumplen con todos los protocolos y que son “buenos vecinos”. Además, indicaron que el terreno corresponde a una sucesión, así que ellos sólo pueden responder por las denuncias de contaminación.
“En el campo manejamos las cabras con un sistema de ‘cama caliente’, esto es un piso en el que se va poniendo paja limpia, la que se va compactando y recibe las fecas y orinas de las cabras. Esta cama se renueva dos veces al año y todo el material se apila para su compostaje, para luego ser esparcido sobre el cultivo de espárragos y alfalfa que hay en el mismo campo”, destaca Francisca Hernández, codueña de Lácteos Callaqui.
Por otro lado, aseguró que han recibido visitas de inspectores del Servicio de Salud y del SAG de manera periódica, y que ellos revisan además de los olores, que no existan sectores de crianza de mosca y ratón.
“Podemos entregar las actas de inspección y en todas ellas se han desestimado las denuncias por no encontrarse focos de crianza de mosca y roedores, ni olores nauseabundos”, indicó.
Sobre del control de la plaga de moscas, la empresa asegura usan insecticidas en base a sebo (AGITA), y que este año implementaron trampas en los corrales para moscas en base a feromonas sin insecticida. “Son los manejos que se hacen en todas las lecherías y se controlan también en las inspecciones periódicas que nos hacen”, afirmó Hernández.
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Y respecto al desvío del estero, la codueña de Callaqui aseveró que “el estero Turquía se secó hace muchos años. Me imagino que cualquier desviación seria para regar, pero el riego se saca de un pozo abierto que está debidamente inscrito, y que no tienen ningún afluente”.
En relación a la usurpación de terrenos, Hernández dijo que las causas existentes con vecinos son respecto a la sucesión de propietarios, y están en tramitación en el juzgado.
“Entiendo que por ambas partes se hicieron denuncias y ambos creen que sus planos dicen que son los legítimos dueños. En esto solo queda esperar a ver que dice el juez y acatar. Sí puedo decir que en el campo no se han movido cercos desde que el campo se compró, hace más de 20 años”, aseguró.
Esto, sin embargo, fue desmentido por la DGA. La Dirección General de Aguas afirmó que la familia Matthei recibió una multa por alterar el curso del estero, y que hasta ahora no cumplen con la orden de normalizarlo, tal como acusan los vecinos.
“Se presentó un requerimiento el 2018 por una denuncia de modificación de cauce del estero. Lo que originó un procedimiento de fiscalización bajo el reglamento regía hasta ese entonces”, señalaron al medio citado, explicando que se le ordenó a la empresa restituir el cauce, pero “no se cumplió lo ordenado, por lo que se procedió a remitir los antecedentes a la DGA a nivel central, para que éste proceda a la aplicación de multas y sanciones respectivas acorde lo establecido en el Código de Aguas”.
Seremi comprueba la contaminación
Por su parte, la Unidad de Saneamiento Básico de la Seremi de Salud del Biobío verificó las denuncias hechas por los vecinos respecto a la contaminación medioambiental emanada de la lechería.
“Se constató que existen cabras en producción de leche confinada en galpones, acumulación de residuos provenientes de las camas calientes al exterior de los galpones con proliferación de mosca, olor a descomposición del material, alta presencia de mosca al interior y exterior de galpones, entre otras deficiencias sanitarias, por lo que se da inicio a un sumario sanitario”, indicó.
Además, detectaron deficiencias respecto del agua de consumo y las instalaciones de los trabajadores bajo el cuidado de la familia Matthei. Debido a esto, “se dio inicio a un segundo sumario sanitario por esta materia, fundamentalmente por no presentar cloro residual en el agua de consumo y por estar regularizadas a la fecha”.