Víctor Munita Fritis: El escritor que cuenta la relación histórica entre Copiapó y México
Víctor Munita Fritis es un poeta nacido en el desierto de Atacama, más exactamente en Copiapó. Recientemente publicó México, Paisaje de Copiapó (Ediciones Tierra Culta) y Yo, entre todas las mujeres (Mago Ediciones). Hoy está radicado en Guadalajara, México, hace gestión cultural y científica para las provincias, especialmente para la región de Atacama y desarrolla actividades literarias con sus diversas publicaciones. El Desconcierto conversó con él sobre su faceta de cronista y la investigación que lo llevó a encontrar varias relaciones entre Copiapó y México.
-¿Cómo nace México Paisaje de Copiapó, donde exploras una faceta de cronista, más alejada de lo que haces habitualmente que es escribir poesía?
-Es un libro que nace de la casualidad. Yo estaba pasando por un momento complicado en la vida y decidí después de sortear este momento buscar experiencias en otros países y en otras ciudades.
Busqué becas para escritores en España, Argentina, Perú, México y fue en este último país, donde casualmente Google y el satélite relacionaron Copiapó con México, y me apareció una escuela que se llama Copiapó en Iztapalapa.
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Para mí esto fue una gran sorpresa porque siempre me daba cuenta de que las escuelas y liceos o secundarias, como dicen aquí en México, llevan el nombre de algún héroe, de un país, o un gran escritor o escritora, pero casi nunca llevan el nombre de una ciudad y más aún una ciudad tan pequeña en el mapa mundial, como para estar en la inmensidad de la historia mexicana. Al ver esto dije: aquí tengo un tesoro en mis manos. Por esa razón me puse a buscar más información y logré dar con una historia que ya alcanza los tres siglos.
Esto provocó que desarrollara mi trabajo en la crónica histórica, algo que siempre hago a la par de la poesía. Yo estudié Historia y Geografía y siempre tuve la intención de escribir la historia de mi región de Atacama de una manera más cercana.
Historias olvidadas por la oficialidad
-¿Cuéntanos sobre el proceso de investigación que te tuvo un tiempo entre Chile y México? ¿Qué encontraste en este periplo de varios años?
-Fue un proceso de investigación bastante largo de casi 4 años en donde tuve que comenzar a moverme entre Chile y México.
Cuando logré ir a México llegué a tener contacto como el historiador, el maestro de la historia del arte Naín Ruiz Jaramillo, quién fue el primero en apoyar este libro y creer en esta historia ya que él tiene un amor inmenso por Iztapalapa, lugar en donde ocurren gran parte de los hechos de relaciones binacionales entre ambos países.
Durante estos años encontré muchísimas historias olvidadas por la oficialidad de la investigación, es como si estás historias molestaran a la oficialidad. Me da la idea de que muchos de estos procesos históricos que nacen en revoluciones provincianas, contra las constituciones, apoyos entre pueblos latinoamericanos que hoy tanta falta nos hacen, son como obstáculos para la instalación de los modelos económicos de gobiernos.
Encontré historias de embarcaciones que viajaron a los procesos de independencia mexicanos, a la búsqueda del oro en California y en estos viajes fueron dejando gente en el camino qué mezcló los bailes de la cueca con los bailes mexicanos provocando la famosa música "la chilena", los parecidos también de las banderas de Atacama con la primera bandera de Texas, los viajes de chilenos hasta Nueva Orleans que les permitían tener un bagaje cultural y político de gran relevancia.
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También encontré la enorme importancia en la educación y creación de instituciones por parte de la masonería chilena, la importancia de Francisco Bilbao para el pensamiento latinoamericano, la gran visión de los revolucionarios copiapinos del siglo XIX como Pedro León Gallo, Tomás Gallo y Guillermo Matta sobre un gran continente hermanado que se defendía de los imperios europeos. También encontré que esta historia era conocida por Pablo Neruda, por David Alfaro Siqueiros, por el presidente mexicano Luis Echeverría, Gustavo Díaz Ordaz, el presidente chileno Salvador Allende, y el lugar que tenía Copiapó para los intelectuales y políticos de la época.
-Aparecen al menos dos figuras relevantes mexicanas con un vínculo con Copiapó, David Alfaro Siqueiros y Benito Juárez, que cobran notoriedad a partir del hallazgo de algunas obras artísticas, un mural y un busto desaparecido.
-Imagina que en el siglo XIX Tomás Gallo Pedro León gallo y Guillermo Matta revolucionario de no más de 35 años que lucharon contra el ejército y el Estado de Chile en 1859. En el año 1863 realizan una actividad en Copiapó juntando dinero y barras de plata para enviar al presidente Benito Juárez para que tuviera recursos para enfrentar la invasión francesa y el Imperio que se les venía encima.
No hay que olvidar que estos revolucionarios eran millonarios, poetas, intelectuales de la época, que tenían todas las posibilidades de hacer una Revolución, pero también tenían las intenciones de hacerse de todos los recursos en la zona de Copiapó, pero eran ciudadanos con una gran conciencia política, gran conciencia por su ciudad y no dudaron una vez en hacer la revolución ante la injusticia del centralismo.
Allende en México
En el siglo XX, el presidente Luis Echeverría genera un plan de construcciones en Iztapalapa y en la zona de Vicente Guerrero en México y un sinnúmero de actividades culturales en Guadalajara involucradas con esta historia copiapina. Tanto así que invita al presidente Salvador Allende, que en su momento era el líder de Latinoamérica, para utilizar su imagen como un escudo ante los problemas políticos de sangre que arrastraba su figura con Tlatelolco en 1968, cuando fue secretario del Interior, y el Halconazo en 1971, ya como presidente.
Ellos inauguran una escuela llamada Copiapó en la periferia de la Ciudad de México e invitan a Salvador Allende y también a David Alfaro Siqueiros que pinta un mural y que no es cualquier mural, es el último mural que realizó llamado Paisaje de Copiapó, su obra menos estudiada. Actualmente, prepara un segundo libro respecto al mural y su cercanía con la ciudad.
El pueblo mexicanoen agradecimiento envía un busto del cual se hicieron solamente tres (dos en México y otro en Copiapó). El que está en Chile tuvo que ser enterrado en la antigua logia masónica del desierto de Atacama, para protegerla de los militares en dictadura, antes de que fuera instalada en la Alameda copiapina.
La virgen María del desierto
-A partir de tu libro, y particularmente de la experiencia del viaje, que también es una forma de escribir, ha comenzado a rearticularse una relación interesante con el país del norte en materia cultural. Cuéntanos sobre los nuevos proyectos que han nacido de esta relación.
-A través de diversos historiadores de Ciudad de México, de Durango, de Huichapan, de Guadalajara, y de un gran número de poetas y gestores culturales con los cuales he tenido la posibilidad de compartir, se ha dado una interesante relación, que yo creo que encarna el mismo espíritu solidario entre los pueblos.
No hay que desconocer que hoy en México hay actores chilenos, músicos importantes, poetas, narradores, artistas visuales y gestores culturales llevando a cabo una tarea no menor, pero la mayoría es un trabajo más de autor y otros estamos en el camino de hacer un trabajo que vincule a los pueblos constantemente.
-Acabas de lanzar también el libro Yo, entre todas las mujeres. Cuéntanos de este proyecto.
-En octubre pasado apareció este libro México paisaje de Copiapó, y ahora hace poco más de un mes salió Yo, entre todas las mujeres (Mago Editores).
Este libro de poesía lo escribí hace ya casi 15 años y fue republicado, es su tercera edición. Es un libro que habla de una virgen María del desierto. Aburrida de su rol histórico, decide hacer un cambio importante en ella, conoce a los movimientos feministas y toma conciencia de su rol político y de la vulneración que ha tenido hace más de dos mil años. Es un libro que sigue vigente en cuanto al tema.
Jóvenes artistas de Atacama
Ahora estoy trabajando en la edición de un libro de una poeta colla llamada Claudia Rodríguez y de Vicente Rivera; también terminando la reescritura del libro de Carlos María Sayago llamado la Historia de Copiapó, que es un libro con 650 páginas que reescribí en una versión de no más de 100 páginas, pero traducido al inglés, pensando en la falta de material de este tipo en la zona para leer rápido. Además trabajo en una antología de poesía latinoamericana con el poeta mexicano Oswaldo Gianelli, y a la vez estoy estudiando guión cinematográfico.
No he estado en proyectos culturales este último tiempo, ya que para mí el financiamiento no es fácil, solo desde los ahorros o los créditos. Aunque parezco que hago mil cosas y que uno puede estar todo exitoso, no es así, hay que luchar, nada se da fácil, pero es bueno salir de la zona donde estaba y darse una vueltita por el mundo para ver la isla que somos, no olvidarse de dónde uno viene y ver hasta donde aguanta el impulso. Tengo mucho cariño por mi Copiapó y toda Atacama. Estoy aquí en México, por mejorar la calidad de vida de los artistas jóvenes de Atacama, pues creo que falta desarrollo educativo para ellos.