OJO MÓVIL| Vuelven las cajas: esta vez con libros
Fue en un viaje de dos años alrededor del mundo que, visitando una librería, la pareja vislumbró una idea para realizar en Chile: una caja literaria que permitiera viajar a quienes la recibieran. Conversando sobre el proyecto se les vino el nombre a la cabeza: se llamaría Pasaporte Literario. Aunque al comienzo les costó convencer a las editoriales, hoy leen alrededor de cuatro manuscritos al mes. A partir de su lectura, hacen una selección de un libro mensual que les llega a sus suscriptores antes de salir a librerías. Han publicado autoras y autores noveles y consagrados, internacionales y locales, algunas reediciones y en general, libros recién salidos del horno.
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Dieron en el clave con un problema de nuestro país: la mala distribución de libros en regiones. "Queríamos crear un proyecto donde a través de nuestra curaduría pudiéramos llegar a diferentes rincones de Chile y hacer viajar un poco a la gente, a través de un libro, a través del concepto de una obra de arte, o a través de diferentes objetos que te transportan a diferentes lugares", dice Alfonso. Con la pandemia, a su juicio mucha más gente se interesó por la lectura, lo que aumentó el interés por las cajas.
Los libros van dedicados por el autor o autora, y van dentro de una caja creada especialmente en cartón corrugado e impresa con serigrafía. El armado no es fácil. "Tenemos que hace que coincida el nombre de la dedicatoria del libro con el de la ficha explicativa, que da una especie de reseña sobre el libro, sobre la editorial para que la gente la conozca, la obra de arte y el elemento extra, además el número de serie de la obra según hace cuánto tiempo está la persona suscrita al proyecto", explica Rosario.
Hoy continúan su emprendimiento con Pasaporte Literario Peques, para niños entre los 3 y los 7 años.