Desde la Coordinadora Libertad y Justicia por lxs Presxs Políticxs denunciaron en un comunicado que uno de los manifestantes encarcelados del estallido social, quien se encontraba recluido desde enero en la ciudad de Alto Hospicio, trató de suicidarse durante la noche de este lunes.

"Se trata de un intento de suicidio de uno de los presos políticos de Tarapacá, Diego Contreras Bustos, 20 años, quien se encuentra recluido en el centro penitenciario de Alto Hospicio sin recibir ningún tipo de ayuda psicológica y sin derecho a recibir visitas de sus familiares por el confinamiento, lo que lo tiene viviendo una situación inhumana dentro de la cárcel", acusan desde la organización social.

Contreras fue condenado a una pena efectiva de tres años y un día de presidio el pasado 6 de octubre del 2020, como autor del delito consumado de arrojar artefacto incendiario en la vía pública. Tanto desde la organización como desde la familia, culpabilizan de lo ocurrido al Ejecutivo de Sebastián Piñera, asegurando que "las presiones externas del gobierno sobre el poder judicial, que hoy lo tienen tras las rejas, han sido quienes han llevado a este joven a no querer seguir con su vida en estas condiciones".

"A petición de sus familiares y como coordinadora queremos visibilizar la situación en la que se encuentra hoy Diego, ya que no es un hecho aislado y queremos hacer sentir las injusticias que está enfrentando junto a su familia. Para los familiares son días y noches de completa incertidumbre al ver a sus seres queridos presos en torno a la prisión política", sostienen desde la coordinadora.

Lee el comunicado completo a continuación:

Castigo para el hijo y para el padre 

El Desconcierto se contactó con Pedro Contreras, padre de Diego Contreras Bustos, quien comentó que su hijo, en su desesperación, habría tratado de atentar contra su vida en más de una manera, pero que ahora se encuentra mejor y está recibiendo atención médica. Sin embargo, aseguran que luego de que se recupere las cosas solo empeorarán para el joven dentro del recinto penitenciario.

"Habló hace un rato con su mamá, le dijo que estaba más tranquilo, que lo tenían sedado en el consultorio de la cárcel, y que iba a pasar la noche ahí y que mañana le iban a dar un castigo", sostiene Contreras padre.

"Yo he hecho las gestiones con psicólogos, para proporcionar ayuda médica, pero Gendarmería nada. Necesitaba ayuda psicológica, y desde el tiempo que está detenido, desde el 14 de enero, no ha recibido ninguna ayuda, a pesar que incluso la solicitó en una oportunidad", cuenta.

Sobre lo que sucedió en el mes de enero, Contreras cuenta que su hijo "llevaba dos días trabajando en un galpón donde venden repuestos automotrices antes de que lo tomaran preso (...) yo le decía que no saliera, y el me contestaba, 'no papá, tenemos que cambiar la historia del país'".

"Yo estoy agradecido de lo que pasó en ese momento, porque se han podido cambiar cosas en el país, como la posibilidad de sacar la Constitución que se instaló en la dictadura de Pinochet, que yo pensé que me iba a morir con eso ahí. Y Diego fue un pequeño aporte para que se pueda ver algún cambio en el país, él y los demás chicos que están presos", recalcó el dolido padre.

"Los chicos no son delincuentes, y aquí en Iquique los magistrados se han ensañado contra ellos. Tengo una pena inmensa por lo que está sucediendo con mi hijo, una angustia diaria que se vive de que no le vaya a pasar nada, es algo que ni a mi peor enemigo se lo doy", concluye Pedro Contreras.

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El Desconcierto se comunicó con Gendarmería para obtener un pronunciamiento respecto del hecho y las acusaciones aquí descritas, pero hasta el cierre de este artículo no obtuvimos una respuesta oficial de la institución sobre este tema.

Nota de la redacción: Si necesitas ayuda sicológica especializada, existe un servicio telefónico del ministerio de Salud, donde se puede consultar sobre algunos programas gratuitos de salud mental. Para obtener más información, puedes contactarte con Salud Responde al 600 360 7777.