La obra es protagonizada por las actrices Daniella Misle y Katty López, y un grupo de adultos mayores y escolares. Presentan el Centro de Investigación Teatro La Peste de Valparaíso, en coproducción con el Centro Cultural Gabriela Mistral GAM y Parque Cultural de Valparaíso, a través de las cuentas de Facebook los dos últimos, y el canal YouTube del GAM.

[caption id="attachment_398226" align="alignnone" width="1024"] Danilo Llanos[/caption]

Un ejercicio de memoria

-¿En qué consiste el ejercicio 4S: Toma de muestra?

-Es la apertura de proceso de un gran proyecto que estamos llevando a cabo, 4S. Y 4S: Toma de muestra es en el fondo categorizar un momento del proceso para adentrarnos en dos o tres inquietudes con dos grupos que representan una síntesis de los grupos objetivos que nos interesaba trabajar –que originalmente eran nietos y nietas con sus abuelos y abuelas– y que en este caso no son abuelos y nietos, pero sí adultos mayores y adolescentes. 

Este ejercicio mezcla una presencialidad en vivo con una recopilación de testimonialidad sometida a un tratamiento audiovisual, la que ha sido durante dos meses trabajada con grupos de personas mayores del GAM y el Parque Cultural de Valparaíso, y adolescentes de Valparaíso.             

-¿Cuál es el objetivo de reunir en una obra sobre la Unidad Popular a adultos mayores y escolares?

-Es hacer un ejercicio de memoria, pero no solamente yendo al lugar del pasado, sino que también traerlo al presente y problematizarlo para poder imaginar, dibujar un futuro. En ese sentido, la posibilidad de hacer no tan solo un ejercicio retórico memorioso, sino que vincularlo con adolescentes que están en el presente, entrega la posibilidad de tensar esa memoria, y darle aún más contundencia desde el punto de vista del diálogo intergeneracional.       

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Revisitar la UP

-¿Cómo se relaciona el proyecto 4S con el momento sociopolítico que vive Chile?

-Este proyecto lo venimos pensando hace más de un año, antes del estallido social. En un momento en que nos encontramos como país y como mundo en un punto de inflexión histórico, en medio de un cambio de paradigma y de un proceso constituyente marcado por las demandas del estallido social, aparece también la posibilidad de imaginar ese futuro que queremos y proyectarlo en colectividad. Y en ese sentido, revisitar el periodo de la Unidad Popular y tal vez recoger ciertas experiencias, nos parece pertinente.        

-¿Qué ideas y sentimientos de los participantes en 4S: Toma de muestra han aparecido durante este proceso creativo?

-Ha sido muy interesante, muy diverso, y esa diversidad hemos tratado de compartirla. Por supuesto, se ha confirmado aquello de que los adolescentes no tienen mucha información sobre el proceso de la Unidad Popular, pero eso también fue parte de la cercenación histórica que se hizo con ciertos procesos históricos. En las personas mayores han aparecido cosas interesantes desde el punto de vista de que la gran mayoría reconoce que a la Unidad Popular no le permitieron que ocurriera en su totalidad, que hubo factores externos que la coartaron y no le permitieron que fluyera como proyecto político. También entregan miradas no de disenso, pero sí de tensión respecto a cierto clima histórico que existía en ese momento.   

Hay un reconocimiento al lugar de nobleza y de espacio digno que se buscaba con la Unidad Popular; y también se reconoce mucho de parte de estos cuerpos –que no están en los libros ni en los grandes relatos de la historia– ciertas omisiones, cuestiones que pudieron tal vez haber generado otro camino, y parece interesante poner la discusión allí. 

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-¿Y qué aparece desde la mirada de los adolescentes? 

-Ese conocimiento vago de que hay algo bueno para Chile que se hizo, algo que no saben del todo, pero que genera una necesidad de saber. Y eso es muy bonito; a propósito de la efervescencia política, del cambio de paradigma, de intencionalidad política, es muy interesante que los jóvenes hoy –al menos con los que trabajamos– tengan la intención de memorizar aquello y traerlo al presente.              

-Esta es una coproducción entre La Peste, GAM y el Parque Cultural de Valparaíso. ¿Qué ha significado esto para la compañía? 

-Esta coproducción es muy relevante no solo para Teatro La Peste, sino que para el teatro regional, o para ciertas experiencias que no sean de Santiago, porque abre cierta posibilidad de vínculo con dos grandes centros culturales de la zona centro del país. Y lo otro es que son dos lugares que son importantes en tanto centros de memoria; no olvidemos que en el GAM funcionó la UNCTAD, un emblema de la Unidad Popular en términos arquitectónicos y de funcionamiento. Por su parte, el Parque Cultural de Valparaíso es un ex centro carcelario y de detención de presos políticos. Entonces, creo que ahí hay una dimensión simbólica importante. 

Además, hay que destacar la importancia que ellos le dan al trabajo de 20 años de La Peste, lo que se vio reflejado en la confianza que depositaron no tan solo en el trabajo de la compañía, sino que también en este proyecto que es sustancioso e importante.