Mitos y verdades sobre el 10% de las AFP: El "insignificante" impacto del retiro en las pensiones
Muchas personas pasarán hasta el miércoles cruzando los dedos para que la Cámara de Diputados (y luego el Senado) den el visto bueno al proyecto de ley que permite retirar el 10% de fondos de las AFP. Es la esperanza que tienen para poder ingresar un dinero que necesitan, asfixiadas por la crisis económica que deja esta pandemia, luego de quedar al margen de las ayudas del gobierno. Son los hombres y mujeres de la llamada clase media. Familias que recibían ingresos por más de 400.000 pesos y que, pese a acogerse a la "Ley de Protección de Empleo", han visto caer sus ingresos en un 55% o más y no han recibido ningún apoyo del Estado, más allá de la canasta familiar, que no resuelve deudas, gastos de escolaridad, hipotecas ni cuentas básicas.
Mientras en el Congreso los detractores del proyecto ponen toda la carne a la parrilla para evitar a toda costa el avance del proyecto, existe una especie de consenso en la sociedad para exigir la recuperación del 10% de sus ahorros. Según las últimas encuestas, más del 80% de los chilenos y chilenas estarían de acuerdo en eso. Una mayoría social que pone de manifiesto que la urgencia de hoy es mucha y la seguridad de una previsión digna para mañana, poca.
Según datos de la Fundación Sol, en función de la edad y el estado civil, el impacto del retiro de ese porcentaje es de entre 2.000 y 20.000 pesos mensuales a las futuras pensiones de las personas que hoy tienen entre 25 y 60 años. La organización establece que el 91% de las mujeres que están a punto de jubilar (de 56 a 60 años) tiene acumulado menos de 50 millones; mientras el 77% los hombres (de 61 a 65 años) acumula menos de 50 millones. Con ese monto, la pensión promedio alcanza los 200.000 pesos, más del 50% por debajo de la línea de la pobreza. Considerando este punto de partida, la Fundación calcula que los hombres de 50 años –que de promedio tienen un ahorro de 23 millones– y que opten por el retiro perderían poco más de 20.000 pesos al mes; mientras que para los que tienen 30 años –que acumulan un promedio de cuatro millones–, la pérdida mensual sería de unos 7.700 pesos.
En el caso de las mujeres, las que tengan 45 años y quieran retirar el 10% de sus ahorros –con un promedio acumulado de 11 millones– perderían unos 7.000 pesos; mientras que las jóvenes de 25 años que apuesten por esa opción, con un millón de promedio acumulado, dejarían de ingresar cada mes 1.500 pesos.
El economista del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (Cenda) Gonzalo Cid, siguiendo el cálculo de la Fundación Sol, añade a este simulacro las personas a punto de jubilar. Según sus cálculos, un hombre de 65 años, con un promedio de 35 millones acumulados, perdería unos 14.000 pesos cada mes en su pensión de jubilación. En el caso de las mujeres, a los 60 años y con un promedio de 25 millones, perdería unos 8.800 pesos. "Tanto la pensión inicial como la final son tan extremadamente bajas e insuficientes que para las personas el riesgo de retirar ese 10% es muy bajo", afirma Cid.
Las cifras de la Fundación Sol y de Cenda coinciden, en los mismos rangos, con las que presenta la Corporación Ciedess, vinculada a la Cámara Chilena de la Construcción (CChC). En sus cálculos, los hombres de 40 años y que cotizan por el tope perderían unos 53.000 pesos, en caso de retirar el 10%. Mientras que las mujeres en la misma situación dejarían de ingresar 30.000 pesos. Son los dos casos en los que la pérdida mensual es mayor.
"Asumir la pérdida"
"La discusión que deja de fondo el debate de este proyecto es que las pensiones en Chile son tan bajas que a la gente le resulta indiferente perder ese porcentaje", señala Gonzalo Cid. El economista pone en contraposición la pérdida mensual que supone ese 10% con "la relevancia de las necesidades actuales". Para él, el "beneficio social es de tal magnitud" que, si bien la gente sabe que quedará sin 7 o 14 mil pesos, "asume la pérdida" porque aunque contara con su pensión completa no le alcanzaría para poder pasar el mes y necesitaría de todas maneras una fuente de ingresos.
El experto entrega otro dato: los afiliados con un promedio de densidad de cotización (proporción de meses que un afiliado ha realizado aportes) del 70%, es decir, que han hecho casi una trayectoria completa de la vida laboral, obtienen pensiones de 148.000 pesos. "Cuando un país no tiene un sistema previsional capaz de responder para lo que fue creado, para mantener el estándar de vida, la gente tiene que sobrevivir con otros métodos, por eso para las personas es insignificante el impacto del retiro del 10%. Con o sin 10% la gente tendrá que arreglárselas", asevera Cid.
En opinión de la abogada laboralista Javiera Aravena, el efecto que tiene en términos prácticos el retiro del 10% "es muy alto". La abogada apunta que si bien se trata de una medida pensada desde la "lógica individual", es decir, trabajador recurre a su propio dinero para enfrentar la crisis, imitando la fórmula que se instaló para el retiro de los fondos de cesantía, "es necesaria en estos momentos porque estamos hablando de la subsistencia de trabajadores que han sido completamente abandonados".
Fondo Colectivo Solidario
"Lo que sostiene el mercado de capitales chileno es el dinero de los trabajadores asalariados y eso tendrá un impacto en las arcas de las administradoras de pensiones", indica Javiera Aravena. Si todos los afiliados retiran el máximo permitido, las AFP podrían llegar a perder, según la Superintendencia de Pensiones, cerca de 20 mil millones de dólares, de los casi 300 mil millones que acumulan hoy. Sin embargo, más allá de la pérdida de plata, la otra arista del proyecto que causa revuelo es la creación del Fondo Colectivo Solidario. "Por primera vez desde la dictadura se crea un órgano solidario, en el que aportarán los empleadores y el Estado para llenar el vacío que quedará en las cuentas de capitalización individual tras el retiro de estos fondos", expone Aravena. "Eso es la primera gran grieta que se le hace al sistema de AFP", agrega.
En opinión de la abogada, "la introducción de la solidaridad es muy importante para satisfacer el derecho a la seguridad social" y "permite empezar a transitar hacia un sistema mixto". Aravena considera que, de aprobarse el proyecto, significaría "el principio del fin de las AFP". Y concluye: "Es una grieta que puede convertirse en fisura".