Estudio Colmed y U de Chile: Solo 34% de quienes presentan síntomas de COVID-19 reporta haber consultado a un médico
De acuerdo con la nueva entrega del Monitoreo Nacional de Síntomas y Prácticas COVID-19 en Chile (MOVID-19), solo el 34% de los participantes MOVID-19 que cumple con la definición de caso sospechoso, reporta haber acudido a una consulta médica.
Este reporte que considera datos periódicos de 44.960 participantes MOVID-19 de todo Chile, y que viene entregando sus resultados periódicamente durante las últimas semanas, indica que los motivos por los que las personas no consultan incluyen que “esperan empeorar” antes de consultar (58%), seguido de la percepción de que consultar no es importante (27%). Es decir, las dos razones mencionadas con mayor frecuencia se vinculan a la percepción de que el riesgo de estos síntomas es reducido. Otros factores que aparecen son el costo de la consulta (7%) y el tiempo de espera para acceder a ella (5%).
“Estos resultados nos deben llamar a la acción”, advirtió al respecto Francisca Crispi, académica de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile. “Se debe mejorar la comunicación a la ciudadanía en términos de cuáles son los síntomas de casos sospechosos de manera que las personas consulten y se tome el examen precozmente, para poder hacer la trazabilidad de sus contactos estrechos”, explicó Crispi.
Así, pese a que la detección precoz se observa como uno de los pilares de la estrategia para enfrentar el COVID-19 en el país, al ver la evolución de la consulta en el tiempo, hay una disminución desde la semana del 6 de abril hasta la semana del 20 de abril, reduciéndose a un 20% de consulta, lo que posteriormente aumenta hasta superar el 50% en la semana del 18 de mayo. Sobre esto, el estudio sostiene que este crecimiento se explica por una mayor demanda por parte de los usuarios de Isapre, que tienen mayor acceso a la consulta médica que los de Fonasa.
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De esta forma, los datos de los más de 44 mil participantes de MOVID-19 muestran que el factor más relevante para no consultar es la previsión: los beneficiarios Fonasa tienen más posibilidades de no consultar ante síntomas en comparación a los de Isapre, lo que evidencia desigualdades similares a las observadas al analizar los tiempos de espera y las cuarentenas, donde se encontró por ejemplo, que "en las comunas de ingresos altos la disminución en las salidas a trabajar al entrar en cuarentena resulta 33,2% mayor a la de las con ingresos bajos".
La tendencia a no consultar también es mayor entre mujeres y personas con enfermedades consideradas factor de riesgo para enfermedad grave por COVID-19. “Esto último es particularmente preocupante, pues estos individuos son quienes con mayor probabilidad pueden presentar cuadros graves, de modo que se benefician de un diagnóstico precoz y seguimiento clínico estrecho”, señala el reporte entregado a la Mesa Social COVID-19.
“Hay un problema con la percepción del riesgo. Todo cuadro respiratorio debiera ser considerado COVID-19 hasta que se demuestre lo contrario. No se trata de ser catastrófico, porque la situación ya es catastrófica y se debe transmitir la importancia de una consulta precoz”, enfatizó Cristián Rebolledo de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile.
Las recomendaciones del equipo transdisciplinario de MOVID-19 son mejorar la comunicación de síntomas, riesgos y de la importancia de consultar a tiempo, disminuir las barreras económicas para el acceso y mejorar la respuesta del sistema de salud para el diagnóstico precoz y seguimiento. Esto, ya que si bien el sistema privado ha desarrollado mecanismos para la toma de PCR desde el auto o a domicilio, así como formas diversas de telemedicina, en el sector público esta información y alternativas están menos disponibles. “Es importante que en el sistema público esté disponible la telemedicina y el servicio de tomar el PCR desde el auto para que podamos mejorar este diagnóstico precoz”, remarcó Francisca Crispi.
Cabe recordar que el Monitoreo Nacional de Síntomas y Prácticas COVID-19 en Chile (MOVID-19) es un esfuerzo colaborativo entre la Universidad de Chile, el Colegio Médico de Chile y otras instituciones académicas tales como la Universidad Diego Portales, la Pontificia Universidad Católica de Chile, la Universidad San Sebastián y la Universidad Central, en el que participan académicos de diversas disciplinas aportando sus saberes para responder de manera dinámica e innovadora a los desafíos que plantea la pandemia. A la fecha han participado 44.960 personas de 326 comunas del país.