La demanda laboral que el ministro Claudio Alvarado perdió contra la enfermera que cuidaba a su padre

La demanda laboral que el ministro Claudio Alvarado perdió contra la enfermera que cuidaba a su padre

Por: El Desconcierto | 05.06.2020
Cristina Sanhueza presentó una demanda laboral contra el recientemente nombrado ministro Secretario General de la Presidencia, luego de cuidar durante más de un año a su padre enfermo. En el proceso judicial, el recién asumido secretario de estado, negó haber tenido vínculos laborales con la enfermera, escenario que fue desestimado por la justicia quien le dio la razón a la profesional de salud. En exclusiva, Sanhueza habla con El Desconcierto sobre la disputa judicial que ganó y opina sobre el nombramiento de su exempleador en el gabinete de Sebastián Piñera. “No puedo creer que este personaje, que no da la cara para enfrentar un Tribunal de Justicia, tenga la altura moral para asumir un cargo de esta magnitud", declara.

Cristina Sanhueza comenzó a trabajar para Claudio Alvarado a fines de 2017. La funcionaria de salud recuerda que fue la pareja de él, Alejandra Villegas Huichaman, quien la contactó telefónicamente, señalando que el recién asumido ministro Secretario General de la Presidencia (Segpres) la citaba para una entrevista de trabajo.

“A él lo ubicaba de nombre, ya que trabajaba en el tema político. Yo soy técnico en enfermería y me llamó para que cuidara a su padre que está postrado. Y lo cuidé por lo menos un año dos meses”, cuenta Sanhueza, al teléfono desde Castro, ciudad en la que registra su domicilio electoral el ministro Alvarado.

Según la funcionaria de salud, la entrevista fue realizada en el living de la casa de Alvarado. Agrega que allí el actual ministro le señaló que tenía buenas referencias acerca de su calidad profesional y que necesitaba personas de confianza para el cuidado de su padre, José Guillermo Alvarado. También fijaron una jornada de inducción.

En dicha inducción, Sanhueza observó el manejo de la hasta ese entonces cuidadora de Alvarado padre. La mujer había sido una ex compañera de curso de ella en la enseñanza media. En ese lugar se percató que su antigua compañera, además de la labor de enfermería, realizaba tareas del hogar, como aseo de baños y planchados.

[caption id="attachment_374045" align="aligncenter" width="406"] Cristina Sanhueza[/caption]

Según Sanhueza, ella advirtió que su rol consistiría únicamente en atención de enfermería, y que iba a requerir de ayuda para la movilidad y manejo del paciente. La técnico en enfermería agrega que fue allí cuando se fijó la relación laboral, que acordaron de palabra un monto económico de 540 mil pesos líquidos y que, además, se establecieron los horarios en los que ella debía cuidar a José Guillermo.

“Yo trabajaba de lunes a viernes (...) Claudio, de las pocas veces que lo vi llegar el fin de semana, le daba un beso a su padre, estaba un minuto y se iba. A veces lo sacaba a dar una vuelta en auto, cuando todavía podía movilizarlo”, indica Sanhueza, quien conformó parte de un equipo médico compuesto por un médico tratante, kinesiólogo, fonoaudióloga, terapeuta ocupacional y dos tens. En el trabajo también, dice, compartió con dos asesoras del hogar.

La profesional de salud cuenta que su empleo se mantuvo de manera informal durante todo el período en que trabajó para Claudio Alvarado. Asegura que ella solicitó un contrato, pero que él se lo negó. Además, señala que no le pagaron sus cotizaciones y tampoco los aportes para su seguro de cesantía. “Me dijo que en algún minuto me iba a hacer el contrato, pero nunca fue”.

Pese a lo anterior, Cristina continuó desempeñándose en un clima relativamente normal. La situación cambió -dice- cuando su empleador asumió como subsecretario del Ministerio Secretaría General de la Presidencia, en marzo de 2018.

“Cuando asumió, prácticamente ya no tenía contacto conmigo, ahí la que le metió cosas fue la pareja. Yo creo que él se enteró que ella me echó de la noche a la mañana, no tengo idea, pero a mí, Claudio nunca me dio la cara. Incluso acá no se presentó ni a la audiencia judicial; mandó a su pareja”, dice Sanhueza.

Por el despido, la mujer decidió llevar a la justicia las eventuales vulneraciones a sus derechos laborales ante el Juzgado de Letras y Trabajo de Castro. En la documentación judicial se expone que Sanhueza fue informada de su desvinculación en medio de sus vacaciones y tras cumplir más de un año cuidando a el padre del ministro Alvarado. “El día viernes primero de marzo, doña Alejandra (Villegas) la llama por teléfono para solicitarle que acuda a su domicilio el día sábado a las 15.00 horas para conversar (...) le informa que don Claudio había decidido prescindir de sus servicios, ya que en sus dos semanas de ausencia, don Guillermo había estado muy tranquilo”, se puede leer en la demanda.

El Juicio

En el juicio laboral -en el que Claudio Alvarado no se presentó- la estrategia de la defensa se basó en desestimar la relación laboral entre él y Cristina Sanhueza. En el escrito judicial, se puede apreciar que se negó la existencia de una relación laboral entre las partes, también “que la actora recibiera órdenes o instrucciones directas”, que tuviese dependencia, subordinación o jornada, que tuviera una relación de carácter exclusiva con su representado y que tuviera que asistir de forma diaria a la casa.

En el texto judicial, además, se alude a que la demanda presentada por Sanhueza, se sucedería a raíz de un aprovechamiento por el cargo de subsecretario que en ese entonces desempeñaba Alvarado.

“En la demanda la actora señala que su supuesto empleador se desempeña como Subsecretario General de la Presidencia. Ello es efectivo. Pero se equivoca la actora si estima que el ejercicio de un cargo de confianza política del Presidente de la República será usado como una herramienta para forzar pagos por prestaciones laborales de una relación del trabajo inexistente”.

En juicio y en calidad de testigo declaró Héctor Rubilar, peluquero de Guillermo Alvarado desde 1997.  En su declaración el estilista aseguró que conoció a Cristina Sanhueza en sus visitas bimensuales, señalando que “siempre estaba ella y otra niña más”.

También declaró el colectivero Jorge Oyarzo, quien indicó que transportaba a la mujer entre tres y cuatro veces a la semana al lugar donde Cristina ejercía sus labores cuidando a José Guillermo.

Además de las declaraciones, en el juicio se expusieron conversaciones de Whatsapp entre Cristina Sanhueza y el ministro Claudio Alvarado:

“Hola Cristina, transferí por ahora a su cuenta $260.000 quincena más apoyo parcial movilización, gracias, saludos”; “Transferencia ok, 280 mil, quincena más tres semanas traslado, gracias”; “Hola Cristina, le deposite 1 quincena de Enero incluido mitad de movilización total 270 mil, saludos, gracias”, fueron algunos de los mensajes expuestos.

Con base a lo expuesto, el tribunal determinó conceder la razón a la demandante, señalando que entre ella y Alvarado sí existió una relación de carácter laboral, entre el 5 de diciembre de 2017 hasta el 2 de marzo de 2019. Con todo, se ordenó al recientemente nombrado ministro al pago de $540.000 por indemnización sustitutiva de aviso previo, $540.000 por indemnización por años de servicios, $270.000 por recargo y $540.000 por  remuneraciones y demás prestaciones entre la fecha del despido y la de su convalidación.

Sobre el proceso judicial Cristina Sanhueza, al teléfono desde su casa en Castro, dice que aún no logra entender la actitud de quien fuera su empleador: “Puedo entender vulnerar los derechos de alguien que te cuide una casa o un campo, pero no los de alguien que te cuida lo que se supone que para uno es sagrado como tu padre. A veces todavía me cuesta creerlo y eso que ya ha pasado un tiempo”.

Sobre la designación de Claudio Alvarado como ministro la técnico en enfermería agrega: “No puedo creer que este personaje, que no da la cara para enfrentar un Tribunal de Justicia, tenga la altura moral para asumir un cargo de esta magnitud".

El Desconcierto se comunicó con el recién asumido ministro, le pidió su versión de los hechos, pero no obtuvo respuesta al respecto.