#RankingBabel | A 50 años de “Let It Be”, ¿cuál es el mejor disco de The Beatles?
¿Qué podemos decir que no se haya dicho de The Beatles? O, más difícil aún: ¿qué podemos siquiera revalorar del fenómeno más importante que la música popular que haya conocido la cultura occidental? Un grupo como The Beatles no necesita artículos, promoción o que un grupo de melómanos del fin del mundo decidan revalorar el catálogo discográfico más trascendental e influyente del siglo XX. Por lo mismo, el motor de este ejercicio no es más que celebratorio. Y lo es, porque cuando se cumplen 50 años de la última publicación firmada por el cuarteto es innegable el influjo que los Fab Four han ejercido en la música y nuestras propias vidas. Sino, recordemos la tesis planteada en la película Yesterday de Danny Boyle estrenada el año pasado. ¿Cómo sería una vida sin The Beatles? La verdad, no sabemos si queremos vivir en ella.
La excusa para este ranking es el 50° aniversario de la publicación de Let It Be, el último disco firmado por la banda. Un álbum que surge tras varios accidentes y que se alejó bastante del proyecto original planeado para 1969, con película y presentación en vivo donde las opciones barajadas como escenario incluían las pirámides de Giza y una plataforma flotando en el mar. Finalmente, la banda se presenta el 10 de enero de 1969 en la azotea del edificio de Apple Corps en Londres, frente a la mirada atónita de transeúntes y policías. Para Ringo Starr incluso el final fue decepcionante, como cuenta en el documental Anthology: “La policía siempre me decepciona. Algún vecino los llamó, y cuando subieron yo estaba tocando y pensé: ojalá que me lleven a rastras”, lo que no ocurrió. Entre la grabación del material y la publicación del disco y película pasaron quince meses, con idas y amenazas de abandono del grupo por parte de George Harrison y John Lennon, conflictos legales, el reemplazo de George Martin por Phil Spector en la producción y el polémico anuncio de disolución del grupo que Paul McCartney hiciera a la prensa el 10 de abril de 1970, un mes antes del estreno del material. También ocurrieron hitos positivos, como la publicación del álbum Abbey Road, el debut solista de Paul McCartney y los exitosos singles ‘Give peace a chance’ e ‘Instant karma’ de John Lennon que contribuían a sellar su historia.
50 años más tarde, los beatlemaniaticos no esperan una reedición del disco (como ocurrió con los álbumes Sgt. Peppers, The Beatles (White Album) y Abbey Road), además de recordar con poco agrado para un número importante de ellos la publicación de Let It Be… Naked el año 2003, pero existen altas expectativas para el estreno del documental Get Back para fines de este año, dirigido por Peter Jackson, y que sintetiza este periodo de la banda y que recientemente ha recibido críticas positivas de cercanos al grupo como Dhani Harrison. En El Desconcierto, decidimos reunirnos a escuchar discos, compartir impresiones y establecer cuál de los trece álbumes que componen la discografía original del cuarteto de Liverpool es el mejor. O el más influyente. O sencillamente, ya sea por razones estéticas, de producción, de repertorio o de impacto, cuál es el que más nos gusta. Como si ya no fuese una difícil misión discutir con los discos de The Beatles sobre la mesa, estamos hablando de una discografía diversa y en progresiva evolución, a veces con pequeños tropiezos, pero que en su colorido encuentra su riqueza y dificultad para abordarla.
¿Qué disco de The Beatles recomendarías si sólo debieses escoger uno? Si eliges Revolver, privaras a tu interlocutor de conocer el colérico espíritu pop de A Hard Day’s Night, y si escoges Rubber Soul habrá un ser humano dando vueltas que acabará de perderse la opción de escuchar las texturas sónicas de Sgt. Peppers. ¿Cuál crees que es el mejor disco de The Beatles?
13| Yellow Submarine (1969, Apple Records)
Un disco que ha sido eclipsado por el peso cultural de la película homónima y por haberse editado entre dos de los LPs definitivos de los años sesenta. Pero hasta el álbum menos valorado de los Fab Four posee un valor musical capaz de hablar por sí solo. El lado A concentra aquellas canciones originales compuestas para la cinta, que a ‘Yellow submarine’ y ‘All you need is love’ suma originales como ‘Only a northern song’ y ‘It’s all too much’ de George Harrison (piezas psicodélicas y sorprendentemente pesadas, sin perder la ligereza melódica del guitarrista), ‘All together now’ (un clásico folk del repertorio McCartney) y ‘Hey bulldog’, single rockero que muestra al grupo en mejor forma y que pudo ser uno de los grandes sencillos del cuarteto. El lado B, en cambio, es una colección de orquestaciones compuestas por George Martin para la cinta, algo que definitivamente para ningún melómano sería molesto escuchar. El disco más extraño en el catálogo Beatle posee material suficiente para que valga la pena. Cristofer Rodríguez.
12| Let It Be (1970, Apple Records)
Las últimas 12 canciones que el mundo conoció de The Beatles, grabadas con anterioridad a las del Abbey Road, pero publicadas con posterioridad (incluso después de conocerse su separación). El bueno de McCartney, tras la tensa grabación de su disco homónimo, trató de conciliar los ánimos en el seno de la banda, por lo que propuso volver a su raíz sonora, más orgánicamente rockera y menos experimental como lo que estaban haciendo. La idea era volver a tocar en vivo aunque sea por una vez. Sin embargo, la tensión fue una constante. Eso, más otros cambios en la manera de trabajo (siendo la más llamativa el cambio del mítico George Martin en producción por Phil Spector, quien introdujo su conocido “muro de sonido” a las canciones), conllevaron a un resultado dispar, sobre todo con el antecedente de Abbey Road justo antes. De todas formas, esta despedida dejó clásicos imperecederos como ‘Let it be’ y ’Get back’, y joyas dentro del cancionero beatle como ‘Two of us’, ‘I’ve got a felling’, ‘Across the universe’, ‘The long and widding road’ y ‘Dig a pony’, dándose el gusto de dejar afuera la tremenda 'Don't let me down' (producida por George Martin y luego editada en el proyecto Let It Be... Naked en 2003). César Tudela.
11| Beatles For Sale (1964, Parlophone)
Con la beatlemanía en su punto más álgido, la presión comercial de EMI sobre el grupo para que terminara su cuarto disco fue absoluta. Había que editarlo antes de Navidad, por lo que tuvieron que entrar al estudio a solo un mes de lanzado A Hard Day’s Night. Por esto, la banda debe volver a recurrir a los covers en Beatles For Sale, incluyendo solo ocho canciones originales bastante influenciadas por su encuentro en Estados Unidos con Bob Dylan y la música country, entre las que destacan las pegajosas melodías de McCartney en ‘What you’re doing’ y el tono más íntimo de Lennon en ‘No reply’ y ‘I’m a loser’. Felipe Godoy.
10| With The Beatles (1963, Parlophone)
Un álbum al que dedicaron más tiempo que a su debut Please Please Me y en cuyo repertorio confirmaban su gusto por la música norteamericana, con descollantes piezas originales que mostraban el matiz melódico con que la dupla Lennon/McCartney robusteció el rocanrol, llevando la historia de la canción pop a un punto sin retorno, como en ‘It won’t be long’, ‘I’ll ve got to do’, ‘Hold me tight’ y la que sintetiza mejor la estética del disco: ‘All my loving’, pieza pop de interesantes arreglos en las armonías e instrumentación, que expuso a The Beatles como un grupo de músicos de verdad. La portada de Robert Freeman es símbolo de aquello, y como dijo George Harrison, “fue el inicio de nuestra activa participación en el diseño de los discos”. Desde With The Beatles, los de Liverpool decidieron tomarse las cosas en serio y la conquista de EE.UU. fue la consecuencia inmediata de esto. Cristofer Rodríguez.
9| Please, Please Me (1963, Parlophone)
“One, two, three, four!”. Con este enérgico conteo, Paul McCartney anunció el inicio de la historia discográfica de los Fab Four, la invasión británica y el destape de la beatlemanía. Todo en menos de un año. A pesar de haber sido grabado en 12 horas y con la urgencia de centralizar en un LP la meteórica euforia que despertó la banda, Please Please Me se puede leer como un valioso testimonio del proceso de conocimiento y experimentación que Paul, John, George, Ringo y su equipo estaban realizando. El disco debut es valiosamente ecléctico entre covers y sus primeras composiciones. Frescura juvenil, rebeldía edulcorada y melodías irresistibles. El anuncio de uno de los mayores capítulos que tendrá la música popular. Gabriel Chacón.
8| Magical Mystery Tour (1967, Parlophone/Capitol)
Con la película conocieron el fracaso y la crítica, pero incluso en el período en el que la banda fue acusada de mayor autocomplacencia, las canciones logradas son indestructibles. Concebido como un doble EP en su edición británica, la versión que terminó perdurando fue la estadounidense, un LP que incluía el soundtrack de la película en el lado A, y sumaba en el lado B los singles editados por la banda en 1967. Si bien el lanzamiento original se defendía bien gracias a canciones como ‘The fool on the hill’ o ‘I am the walrus’, singles como ‘Strawberry fields forever’ o ‘Penny lane’ elevan la obra a otro nivel. Sinuoso y repleto de colores, es uno de los grandes discos de psicodelia pop de la historia. Felipe Godoy.
7| Help! (1965, Parlophone)
La canción que da nombre al álbum es una síntesis estética del Lennon rocanrolero de los primeros años y uno más expresivo y desnudo, convirtiendo en hit el drama personal de un joven cansado de las giras, la vida matrimonial y el deterioro físico. El riff de guitarra de ‘Ticket to ride’ es el primer ejercicio de expresión psicodélica y heavy en la banda. ‘You’ve got to hide your love away’ es la maduración del Lennon que apuntó a Dylan en Beatles For Sale. ‘I need you’ es la primera gran canción de Harrison al servicio del grupo. ‘Yerterday’ constituye la primera vez que el cuarteto transforma la manera en que armaba las canciones (aporte total de George Martin), dejando a McCartney solo con su guitarra y acompañados de arreglos prestados de la música docta: la más grande canción escrita por Paul, por si aun hay dudas. A un paso de Rubber Soul, Help! es el primer disco moderno de The Beatles. Cristofer Rodríguez.
6| A Hard Day’s Night (1964, Parlophone)
El tercer LP del cuarteto es todo un hito en su historia. Fue su primer disco en incluir en su totalidad canciones originales, compuestas en su mayoría por el tándem Lennon/McCartney –aunque con mayor injerencia del guitarrista rítmico–, y con el que iniciarían su revolución musical –y comercial– en ambos lados del Atlántico, abriendo las fronteras para la llamada Invasión Británica. La excusa de hacer una película donde ellos fueran los protagonistas, en el momento más alto de la beatlemanía, conllevó también a la libertad de hacer estallar su creatividad aún contenida. Acá ya no solo se destacan por su característico influjo juvenil de espíritu colérico de sus primeros años (‘A hard day’s night’, ‘I’m happy just to dance with you’, ‘Can’t buy my love’, ‘Any time at all’) sino que también empezaban a mostrar sus inquietudes propias, resueltas en canciones como ‘If I fell’, ‘And I love her’ o ‘Ill be back’. Ya tenían conquistado al mundo, ahora querían cambiarlo. César Tudela.
5| The Beatles [The White Album] (1968, Apple Records)
Luego de la pérdida de su manager Brian Epstein en agosto de 1967, los problemas internos se agudizan y la banda se embarca en un viaje espiritual en la India en febrero de 1968. En esta estadía, surge gran parte del próximo disco, una suerte de antítesis del Sgt. Pepper publicado el año anterior: de lo colorido, al minimalismo del blanco; de complejas mezclas, a la simpleza de lo acústico en varias canciones; de un título extenso y enigmático, a simplemente The Beatles. En este álbum, blanco por fuera pero oscuro por dentro, The Beatles se divierten en una guerra de egos: Lennon despacha el mosaico ‘Happiness is a warm gun’; McCartney ilumina con ‘Blackbird’; Harrison invita a su amigo Eric Clapton al monumento de ‘While my guitar gently weeps’; e incluso Ringo aporta su primera composición ‘Don't pass me by’. Gabriel Chacón.
4| Rubber Soul (1965, Parlophone/Capitol)
Entre el hastío de la beatlemanía y la ola de bandas juveniles que amenazaban con superarlos, The Beatles se ve en la urgencia compositiva de desmarcarse. La inquietud intelectual de Paul McCartney y la confianza de George Martin en reservarles los estudios de Abbey Road por todo un mes, generaron que su trascendencia comenzara a firmarse desde Rubber Soul en adelante. El grupo abandona los formatos pop clásicos y enriquece sus orquestaciones gracias a la inclusión de instrumentos poco convencionales. Pensar en el disco como una obra de arte y en el estudio como un laboratorio de creación. Crecimiento que también se vio reflejado en las letras: desde la inocencia de ‘She loves you’ dos años antes, al despertar de ‘We can work it out’ o ‘Girl’. John Lennon más tarde lo llamará como el comienzo de su periodo “autoconsciente”. Gabriel Chacón.
3| Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (1967, Parlophone)
Fue el más nítido rito de iniciación de la era dorada del LP como formato estrella de difusión de la música pop. De hecho, fue el primero de la banda editado sin retoques en Estados Unidos. Fue cuando consolidaron el uso del estudio de grabación como instrumento –una revolución que comenzaría en Revolver– con Geoff Emerick estrujando al máximo la consola de cuatro pistas, repleto de trucos de grabación que sentaron precedente para el futuro y que les tomarían alrededor de 700 horas en el estudio. Por cosas como éstas, Sgt. Pepper es para muchos el álbum más importante de The Beatles, el más orgánico, donde ninguna de sus partes es más relevante que el todo (‘Strawberry fields forever’ pudo haberlo sido, pero quedó fuera del disco tempranamente por asuntos comerciales). Ya completamente retirados de los escenarios, y como dijo Paul McCartney: “ahora nuestro show es este disco”. Felipe Godoy.
2| Revolver (1966, Parlophone / Capitol)
El punto de quiebre. Si bien es cierto ya en Help! y Rubber Soul la banda venía mostrando su intención de explorar nuevos sonidos, es con este disco en el cual logran configurar el cambio profundo, tanto en su discurso como en su musicalidad. Revolver fue la llave a un universo inimaginable e infinito de posibilidades musicales y de producción. El collage sonoro, los artificios de montaje en la mezcla y post-producción (con Geoff Emerick y George Martin convirtiendo las limitaciones tecnológicas de los estudios Abbey Road en una oportunidad para la experimentación), los mensajes con contenido, y el sincretismo con la cultura psicodélica, el movimiento hippie, la música raga, el budismo, la música docta, la música concreta y los trucos de la electrónica alemana marcaron el camino para su futuro y el devenir del rock. Esta “ficción sonora”, como la describe el crítico Diego Fisherman, comenzó con la canción que cierra el disco, ‘Tomorrow never knows’, composición pivote para las fantasías musicales y lisérgicas del cuarteto que se concretaron en ‘Taxman’, ‘I’m only sleeping’, ‘She said she said’ o ‘I want to tell you’, todas envueltas en sobregrabaciones, múltiples tomas y loops; pero también dejando espacio para el minimalismo de la hermosa ‘Eleanor Rigby’ y la colorida ‘Yellow Submarine’. Un verdadero patrimonio artístico. César Tudela.
1| Abbey Road (1969, Apple Records)
Volver al estudio a hacer las cosas “como en los viejos tiempos” fue la consigna que nutrió el espíritu del grupo y el séquito técnico liderado por George Martin y Geoff Emerick. Abbey Road es la mejor versión de The Beatles como banda, con la tensión en el liderato resuelta y equilibrada entre Paul y John, un George que destapaba sus credenciales como compositor mayor y un Ringo que ya no tiene nada que demostrar como músico. El trabajo técnico es clave en la unificación de los universos Beatles del disco, logrando poner las diferentes sensibilidades de los cuatro integrantes al servicio de las canciones y no al revés (para algunos, como el mismo Martin, el punto bajo del White Album). El peso de las canciones del lado A (‘Come togheter’, ‘Something’, ‘Oh darling’, ‘I want you (she so heavy)’, que se extiende hasta el lado B con ‘Here comes de sun’), es un grandes éxitos del final de la carrera del grupo, mientras que el medley del lado B germina en piezas icónicas de la música popular, que grupos como Led Zeppelin, Queen y Electric Light Orchestra no dudaron en tomar prestado. Abbey Road es un disco de cierre de la década en la cual nace el rock y diseña la hoja de ruta de gran parte de este género a partir de los 70, patentando por última vez un sonido y una forma de entenderlo. ¿Hablemos de la icónica portada? Una tesis aparte. La mejor despedida para la mejor banda de la historia de la música popular. Cristofer Rodríguez.