Cristóbal Kaufmann, el empresario que salió de Santiago en helicóptero y las funas que recibió en RR.SS: "Hubo mala intención y envidia"
Cristóbal Kaufmann, fundador del grupo representante de Mercedes-Benz en Chile, José Manuel Urenda, presidente de Agencias Universales y Felipe Morgan Román, socio de Hobbins Propiedades, son los tres empresarios que hace algunos días viajaron a la costa en medio del impacto de la pandemia del coronavirus en nuestro país, lo que posicionó rápidamente sus nombres en redes sociales, haciéndolos depositarios de una serie de comentarios en contra por no haber respetado las restricciones impuestas por la autoridad sanitaria para mantener bajo control el virus en nuestro país.
Hoy Kaufmann habló con La Tercera, donde entregó sus impresiones derivadas de su viaje y el impacto mediático de su decisión. En conversación con este medio, el empresario insistió en que no incurrió en infracción alguna y aclaró las razones por las que incluso decidió autodenunciarse, un hecho sobre el que su abogado se había pronunciado públicamente a las pocas horas de su viaje.
De acuerdo a su relato a este medio, decidió abandonar Santiago el 3 de abril, previo a la instauración de los cordones, sanitarios debido a que en su edificio había una persona contagiada con coronavirus. “Mantenerse mientras tienes un infectado en la casa es justo lo que no hay que hacer. Hay que arrancar a la segunda casa”, dice convencido de su determinación, pese a que admite que hay que seguir las instrucciones de la autoridad sanitaria.
"Al día 3 de este mes, el alcalde no había dispuesto nada todavía. Yo soy de la zona desde 1956. El día 5 comenzaron a decir que no fueran a la segunda casa. Cuando fui, allá aún no estaba esa discusión. Los mismos cachagüinos y pescadores y la gente que trabaja allá, no estaban disconformes con que fuera gente a su segunda casa, porque les daban pega. Había muy pocos que decían 'nos están quitando la comuna'. En la zona tenemos un Lider y un Tottus. La alcaldía se preparó muy bien, porque pusieron una carpa por si había un enfermo. En toda la zona de Zapallar y Cachagua no había ningún infectado, según Carabineros. Entonces, no sé para dónde va el tema. Es complicado. En una semana, no podrían cambiar de rumbo en 180º", argumenta.
"Hay que hacer lo que dicen los expertos del gobierno: mantengámonos todos en las casas. Pero mantenerse mientras tienes un infectado en la casa es lo que hay que no hacer. Hay que arrancar a la segunda casa, por eso me fui antes de que saliera cualquier norma", reitera.
"Llegué el 3 de abril y no había ninguna restricción. Me autodenuncié el 10 de abril, porque vi lo que estaba pasando en las noticias sobre los helicópteros que entraban y salían en Cachagua y Zapallar. Fui a Carabineros y les dije: ¿Quién es el que hace de seremi de Salud de la zona?. Me contactaron con el jefe de la PDI en Papudo y gracias a Dios que estaba un encargado haciendo diligencias. Me lo trajeron a mi casa en Cachagua. Eso se llama autodenuncia. Yo necesitaba un acta para volver a Santiago. Al último, me hicieron el documento y lo mandaron", relata.
Consultado respecto de su necesidad de disponer de ese papel, Kaufmann dice que cuando quiso regresar a la capital "el lunes 6 a Santiago con mi helicóptero, me dice la torre de control de Viña del Mar: ¿Usted tiene un acta de salud para salir de la zona? Yo dije 'no'. Ahí empecé a llamar a Carabineros, que me derivaron con la PDI de Papudo, porque sabían que había un seremi en la zona. Allí me dice la PDI 'haga la autodenuncia'. Pero (eso es) lo que nadie dice. Solo dicen: 'a Kaufmann lo pillamos', y no es así, porque yo me autopillé. Hice una autodenuncia, porque con ese papel rosado podía volver a Santiago. Entonces, con ese papel tampoco pude volver y finalmente lo hice solo antes de ayer (18 de abril) cuando se liberaron los cielos de Santiago", ilustra.
En relación a la batahola que se generó y los comentarios en contra que recibió, sostiene que "hoy funar a un empresario es una cosa normal en redes sociales, una cosa que alegra a la prensa. Hubo mala intención y envidia, totalmente. Solo por mi función de rescate en Cachagua me deben la vida cuatro personas. Todos los otros que trasladé, no los cuento. Uno de ellos es el ex ministro de Economía Luis Escobar Cerda, otro que rescaté es un surfista al que se le fue la tabla y no tenía cómo salir. Y dos curados que se ahogan. Este helicóptero lo compré en Alemania en un remate y costó menos que un Mercedes (...) Pero al mismo tiempo, es un multipropósito que tiene una puerta muy grande que te permite poner dos camillas", dice relevando la utilidad de su aeronave y su permanente solidaridad puesta al servicio de distintas necesidades y situaciones que se han generado y que le han permitido ir en ayuda de otras personas.
Cuando se le pregunta si medidas como la cuarentena funcionan, Kauffman no duda. "Nosotros lo hemos hecho muy bien, pero el gobierno debe escuchar a los alcaldes, porque muchas veces saben más que en la administración central. Ahora, las comunas con un alcalde comunista están haciendo su propaganda, en vez de ayudar a la gente".
"Esto es el principio, no hemos pasado ni el peak ni nada. Lo peor de todo y lo que más me molesta, es que esto fue fabricado, los gringos ya se dieron cuenta. Los que no morimos y quedamos vivos no es lo más malo. Lo más malo es que los que más sufren son los pobres y ya se está viendo que los políticos de izquierda están agarrando vuelo. Lo más malo es que los pobres van a sufrir las penas del infierno. Esto significará una cesantía inmensa. Las empresas chicas, que son las que más empleo dan en Chile, están por el suelo (...) No queda más que endeudarnos y ayudar a esta gente", dice luego respecto del impacto de la pandemia en la economía de nuestro país.