El viernes 8 de noviembre, Gustavo Gatica, joven estudiante de psicología de 22 años, quedó ciego por los disparos de los carabineros que se encontraban reprimiendo las manifestaciones en la Plaza de la Dignidad.

De acuerdo con los registros de consumo de municiones de los mismos uniformados, dispararon 2012 veces sus escopetas a los manifestantes, el mismo día que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) le habló directamente al gobierno de Sebastián Piñera sobre la dura represión policial desde el 18-O. "El Sistema de Naciones Unidas en Chile urge a las autoridades a cesar de inmediato el uso de balines y perdigones [...], la utilización arbitraria e indiscriminada de este tipo de armas no letales constituye una violación grave a los DD. HH.", según lo recogido por Interferencia.

En una investigación realizada por el medio, se desglosó el contenido de la carpeta de investigaciones del caso de Gustavo Gatica, tras cinco meses sin encontrar al responsable de la mutilación del joven.

Según lo constatado por la carpeta de investigaciones, respecto al consumo de municiones por parte de efectivos de Fuerzas Especiales (FF.EE.) y del Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE), ese día los oficiales dispararon 1112 y 897 tiros, respectivamente.

Junto con esto, Fuerzas Especiales descargaron 559 bombas lacrimógenas ese día, y el GOPE disparó 84 bombas más, en ambos casos mediante carabinas.

Sin embargo, tal como se constata en la investigación realizada, sólo 531 de los disparos de FF.EE. son individualizados, siendo nueve los funcionarios que han sido apuntados como los responsables. Mientras, respecto a los disparos descargados por el GOPE, ninguno de ellos ha sido reconocido por los oficiales. Según los registros, sólo se reconoce al Teniente Coronel Marcelo Bustos Moya como el encargado de dirigir la operación.

De acuerdo con lo rescatado por Ciper, ya el 2012 se habría advertido del daño del que las escopetas antidisturbios utilizadas por Carabineros eran capaces. Según la investigación, un informe de Carabineros advertía que dichas escopetas provocaban lesiones letales y estallidos oculares.