Notas a pie: Lastesis en sala; no se olviden de la calle
Antes de hacerse mundialmente conocidas, las integrantes del colectivo Lastesis (conformado por dos actrices y dos diseñadoras) ya habían postulado al festival Santiago Off para proponer una performance multimedia. Fue así como quedaron seleccionadas para presentar una pieza en sala ayer 29 de enero y hoy jueves 30 a las 16.30, en el GAM. Con los tradicionales mamelucos rojos, canciones y bailes que las han hecho famosas, más una serie de elementos en una mesa de trabajo donde las cuatro integrantes se instalan con computador, máquina de coser y una fotocopiadora, el colectivo habla del capitalismo y el uso del cuerpo femenino como una máquina de reproducción, en las que las propias mujeres no podemos decidir.
Se trata de una especie de collage multimedia en el que se integran videos, música, grabaciones de audio y presencia física. Al contrario de Un violador en tu camino, y pese a utilizar prácticamente los mismos recursos, falta algo que fue vital en el éxito de la performance colectiva: la participación. Aquí la obra no pasa por el cuerpo ni las emociones del público, quienes tampoco participan de la obra. La potencia de Lastesis parece estar en las calles y en la interacción e intercambios con otras y otres. La pieza presentada en una sala del GAM pierde fuerza y efectividad, se queda en el discurso feminista, pero no logra emocionar ni tampoco engazar los otros elementos para convertirse en una obra de arte.
¿Qué es lo que hace memorable ana performance? Provocar, perturbar, remecer, ser única, aunque se repita (nunca será lo mismo pues la participación del público, la improvisación, las condiciones del ambiente, las propias acciones del o las performers cambiarán, y por eso se distingue del teatro). Recordemos, por ejemplo, a Marina Abramovic en los inicios de su carrera en Rhythm O, que duró seis horas y donde el público era invitado a hacerle lo que quisiera con elementos que ella misma había elegido: tijeras, cuchillo, hojas de afeitar, pistola cargada, uvas, flores. O al propio Lemebel en Desnudo bajando la escalera, que al final de su vida decide rodar por las escaleras del Museo de Arte Contemporáneo MAC envuelto en una alfombra en llamas ante la vista de unos pocos amigos y colaboradores. La acción quedaría registrada por Paz Errázuriz y otros fotógrafos y pasaría a la posteridad.
"Patriarcado y capital es alianza criminal", se lee en el lienzo que una de Lastesis ha estado retocando en la máquina de coser y que las cuatro extienden al final de la acción. Si el tema de Un violador, además de apuntar a la memoria colectiva y a la experiencia de tantas mujeres –que la volvía prácticamente universal–, era contagioso y fácil de recordar, en esta puesta en escena la letra de las canciones y del mismo lienzo fácilmente se olvidan al salir de la sala con una de las hojas fotocopiadas –y timbradas durante los 15 minutos de acción– en las que se alude al capitalismo como esclavitud de la mujer. Queremos emanciparnos, como lo logramos con la acción en la calle, no repetir eternamente nuestra dominación. Quizás de ahí mismo la poca efectividad de la obra. Con cariño, chiquillas. Grande lo que han logrado y genial buscar otras formas y formatos, pero no se olviden de la calle.