Abraham Magendzo, Premio Nacional de Ciencias de Educación: “La PSU acentúa la desigualdad, cuando vienen los resultados es alarmante”
El profesor Abraham Magendzo Kolstrein lleva más de cincuenta años dedicándose a temas que vinculan educación y Derechos Humanos. Hoy es miembro del Programa Interdisciplinario de Investigaciones en Educación (PIIE), director del Doctorado en Educación de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano (UAHC), y coordinador de la Cátedra Unesco “Educación en Derechos Humanos” de la misma casa de estudios.
Magendzo se hizo acreedor en 2017 del Premio Nacional de Educación que entrega el Ministerio de Educación y el CNCA. Ha sido precursor de la renovación de las miradas y prácticas curriculares con un enfoque de Derechos Humanos. Su extensa obra es reconocida a nivel internacional, fundamentalmente por sus estudios del currículum y de políticas educativas. En conversación con El Desconcierto, lamentó que a pesar de los progresos en materias educacionales, día a día en Chile se sigan violando los derechos fundamentales. Además, se sumó a las críticas a la PSU, proponiendo un enfoque metodológico alternativo de evaluación.
—¿Es Chile un país respetuoso de los DD.HH?
"Yo diría que la violación de los Derechos Humanos en todas sus expresiones, fue perpetrada durante la dictadura de manera violenta, (además de) los derechos civiles, económicos, culturales. No obstante, uno podría pensar que superamos la dictadura, que pasamos un período de transición democrática y en consecuencia, los derechos dejaron de ser violados. No es así. De hecho, vivimos en una sociedad violadora de derechos hoy. Si tú hablas del derecho a una educación de calidad, no todos los niños de este país tienen ese derecho. Si uno habla del derecho a la vivienda, (puedes ver) lo que sucedió con los incendios en Valparaíso, con gente viviendo en casas que no respetan el derecho a la vivienda, que es un derecho consagrado en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Constantemente nuestra sociedad está violando Derechos Humanos".
—Más allá de todos los esfuerzos que se vienen haciendo en materia educativa, ¿qué le parece que, por ejemplo, en un par de horas los Derechos Humanos sean violados en la Plaza Italia?
"Me parece muy preocupante, la policía y los Carabineros no tienen ninguna noción de lo que es el respeto por los DD.HH. La suya es una cultura represora, en vez de ser una cultura acogedora. De todas maneras, tienen su departamento de DD.HH. Yo creo que nosotros como educadores nunca debemos decir 'estos no son educables'; todo el mundo es educable, así como yo, todo el mundo tiene derechos propios. Tienen que saber respetar el derecho de los otros, eso es fundamental".
—¿Cuál es su evaluación de la PSU?
"Todo proceso selectivo en este país va a tener la impronta de la desigualdad, porque ya viene. Pero lógicamente la PSU acentúa la desigualdad, si cuando vienen los resultados es alarmante. Tú ves la lista de los primeros cien y tres son municipales".
—¿Qué le parece el rol que ha cumplido la ministra de Educación en los últimos meses?
"Ella está metida en un paquete ideológico. Y sigue ese paquete ideológico al pie de la letra. La libertad de enseñanza, la privatización de la educación, todos esos términos, ella los sigue al pie de la letra, es de derecha absoluta. Entonces, no le puedes pedir peras al olmo. Siento que no va a poder meterse en las cosas esenciales, va a estar siempre en cosas superficiales, no abordará el meollo, la formación de los profesores, ¿cuándo ha hablado ella del currículum?".
—¿Cómo resuelve usted la complejidad entre decidir si educar sobre las violaciones a Derechos Humanos de forma neutra o tomando una postura?
"Mi postura es que frente a una situación controversial, de Derechos Humanos, puede haber solo una posición: activa, no pasiva. Decir: 'mire, lo siento mucho, pero frente a la violación de Derechos Humanos ni aquí ni en la quebrá del ají, ni ahora, ni mañana, ni en ningún lugar se pueden violar’".
—¿Y cómo se enseña, bajo qué enfoque, el respeto por los Derechos Humanos?
"El conocimiento es tensional, es conflictivo, no hay una sola mirada para cualquier tema. En consecuencia, uno invita a los estudiantes a que dialoguen en torno a diferentes miradas, no que debatan. El debate se diferencia del diálogo en el que en el debate yo tengo que demostrar que tú estás en lo falso, y en el diálogo se trata de desarrollar la escucha, y si yo escucho una versión que es opuesta a lo que yo pienso, tengo que tener algún nivel de empatía y preguntarme: bueno ¿por qué él habla de la manera que habla?, ¿porqué dice lo dice?, ¿porqué actúa de la manera que actúa? No lo puedo descartar, descalificar, no; se trata de un diálogo".
—¿Cómo llevar ese enfoque a la práctica?
"En la evaluación, tú no haces una prueba sobre el tema. Lo que tratas de hacer es que el sujeto ejercite un diálogo, lo voy observando y retroalimentando. Es una evaluación formativa, no una evaluación sumativa".
—¿Debería promoverse un ramo de DD.HH. y/o de educación ciudadana?
"Lo que hemos vivido da cuenta de que estamos como ciudadanos muy al debe en temas de Derechos Humanos. Ahora bien, hoy día la ciudadanía se ha complejizado enormemente. No basta con conocer los poderes del Estado. Hoy día tienes temas que son parte de la formación ciudadana. Considerar a la mujer un igual que el hombre, terminar con el machismo, directamente, son partes de la formación ciudadana, no solamente saber los poderes del Estado. El medioambiente, la solidaridad, muchos temas más también".