La sumisa rebeldía de los seguidores de Kast

La sumisa rebeldía de los seguidores de Kast

Por: Francisco Mendez | 02.09.2019
Kast ha sabido aprovechar este contexto. Ha hecho un movimiento de rebeldes sumisos; de indignados complacientes que agachan la cabeza ante la viveza de quienes más tienen. Y es que, aunque sepan que no es así, prefieren creer que tienen las mismas oportunidades que ellos y que lo único que hay que hacer es tratar de no mirar mucho hacia el lado.

Los seguidores de José Antonio Kast aplauden su dureza y su consecuencia en discursos en que otros son apuntados con su dedo acusador. Él dice ser patriota y quiere recuperar el país, ¿y quiénes lo tendrían “secuestrado”? Simple: una poderosa e inexistente izquierda que estaría amenazando algunos valores patrios que es bueno traer de vuelta. Esto parece incuestionable para las personas que ven en su rubia figura la salvación.

Los que votaron y votarán por Kast, creen ser parte de una misión urgente; están seguros de que son portadores de una verdad revelada y que deben trabajar para conseguir un bien supremo. La libertad parece estar en peligro, porque están convencidos de que hay un Estado malvado y omnipresente que quiere quitarles el derecho a ser libres y a “elegir” algo, como si alguna vez hayan podido hacerlo realmente.

Pero en eso prefieren no detenerse. La palabra libertad suena tan bien en sus bocas que definirla es un trabajo demasiado arduo. La reducen al sentido de oportunidad, de poder tomar decisiones oportunistas y “salvarse el pellejo”, como creen que es la manera en que hay que vivir. Y es que en un sistema con tan pocas certezas, no hay que trabajar por conseguirlas, sino tratar de tener una oportunidad para poder dejar al resto atrás.

Los admiradores del líder del Partido Republicano no saben en qué consisten los mínimos comunes que debería establecer el régimen que el nombre de la colectividad dice defender. República es un concepto que pasea por sus mentes sin encontrar un sentido real, ya que tampoco hay ganas de hacerlo. Lo único relevante es manifestar un descontento, supuestamente despolitizado, en contra de lo establecido, sin hacerlo realmente. No alegan pensando en una universalidad, sino que para ver satisfecha su individualidad de manera inmediata.

Por esto es que para ellos la información de La Tercera, que revela que el eterno candidato tiene dinero en paraísos fiscales, les parece poco relevante. Incluso, la ven como una muestra de inteligencia y de “choreza” porque es su plata, y los impuestos, como tienen grabado en la cabeza, son robos de ese diabólico Estado capturado por los abominables empleados públicos.

Estas reacciones son el resultado de un trabajo ideológico hecho a la perfección por décadas. Debido a que la izquierda no pudo construir al sujeto popular, quien lo hizo fue la derecha, y en Chile lo construyó gracias a la despolitizante transición pactada. Edificó a un personaje despojado de cualquier tipo de conciencia histórica, y sin una noción de algo que sea más importante que el bienestar personal a toda costa.

Kast ha sabido aprovechar este contexto. Ha hecho un movimiento de rebeldes sumisos; de indignados complacientes que agachan la cabeza ante la viveza de quienes más tienen. Y es que, aunque sepan que no es así, prefieren creer que tienen las mismas oportunidades que ellos y que lo único que hay que hacer es tratar de no mirar mucho hacia el lado.

Por lo expuesto, pensar que la denuncia La Tercera quitará votación al ex UDI es no saber por qué tiene apoyo de ciertas personas. Y es no entender que tras personajes como este hay más que dichos populistas; hay también la evidencia de una construcción ideológica que parece necesario cuestionar.