Otras corporalidades en el escenario
El año 1972, en un diario italiano, el escritor, cineasta, crítico y poeta homosexual Pier Paolo Pasolini, escribió una columna donde hablaba de la permisividad sexual en Italia, comentando que, a través de la obligación de la pareja, de la baja en la prostitución, del aumento de jóvenes mujeres en lugares de sociabilización viril como los estadios, se estaría llevando a Italia a una conformidad sexual. Demasiada libertad sexual les convertirá en terroristas llevaba por título este artículo donde el autor se confiesa un tanto alarmado frente a la amplia liberación sexual que obligaba a las personas a vivir en pareja. En una primera instancia, el texto puede parecer un tanto contradictorio por su tono alarmista, más aún escrito por un autor que decía que “escandalizar es un derecho, como ser escandalizado es un placer”. Quiero entender que esta alerta que escribe Pasolini desarrolla la idea que cierto acostumbramiento del sexo y su forma sacramentada en la pareja y la familia como único destino, produce como en toda política conservadora, resultados monstruosos.
Esta advertencia inspira, muchos años después, en esta isla al sur del mundo, bien lejos de Italia, a la compañía Teatro Sur, dirigida por el activista Ernesto Orellana, para llevar a escena la particular versión de una conferencia teatral que invita a la liberación sexual con este título de Pasolini. El montaje, que se define como “trans-escénico”, trabaja las biografías de la cada una de las conferencistas mientras participan en el Núcleo de Acción Contrasexual Sudamericana NACS, una especie de seminario utópico que entrecruza baile, reflexión, movimiento, imágenes y biografías. Entre ellxs hay una prostituta universitaria, una artista que reivindica la “salida del clóset de la gordura”, una lesbiana no binaria, un actor VIH positivo y una estupenda drag-transformista llamada Bum Bum Chela.
Lxs actores de este montaje no son personas alejadas del mundo de la actuación: todos ellos estudiaron teatro, endeudándose en múltiples cuotas en una carrera que exige, pese a todo, una forma normativa de presencia en la sociedad y en los escenarios. En el montaje, mientras se presentan los referentes que generaron la estética de la misma puesta en escena, como los textos de la francesa Monique Wittig o las declaraciones de la anarcofeminista boliviana María Galindo, se trabaja una de las más importantes críticas que quedan para el mundo del teatro luego del mayo feminista: esto es que, además de la dominación y abuso masculino en el mundo de la actuación, tenemos ahora también que cuestionar, al mismo tiempo y con las mismas fuerzas, las estrechas formas corporales que aparecen en escena. Que el cuerpo masculinizado de una lesbiana no sea visto como suficientemente “orgánico” por parte de la formación teatral, como nos cuentan en la conferencia, es parte de una violencia que impide la presencia de otras corporalidades sobre los escenarios o dentro de las pantallas.
La representación genera moldes en los que identificarse y seguir sosteniendo el poder de dictaminar qué es lo femenino o qué es lo masculino solo perpetúa un sistema sexista que es la base de una sociedad cansada de abusos. No podemos pasar por alto, además, que se presente en una universidad donde se vivió una profunda reestructuración en la planta académica producto de la emergencia feminista del 2018, lo que hace aún más destacable el montaje en esta sala de teatro que bien sabe de rebeldías políticas.
El montaje-conferencia da cuenta del proceso de reflexión sobre nuevas maneras de “torcer la escena” teatral que lleva tiempo trabajando Ernesto Orellana como activista de disidencia sexual al juntar, de manera promiscua, la biografía de los personajes con la actuación de sus propias historias. De hecho, algunxs de los activistas que participan en el montaje fueron parte de un taller que Ernesto compartió en el nuevo proyecto “Casa Taller Teatro Sur” donde se permitió el contagio trans-disciplinar y trans-generacional que toda crítica sexual situada necesita y donde la biografía y las escrituras del yo ocuparon un lugar central. Aún es muy importante dejar archivo de nuestras biografías marcadas por la violencia homofóbica y patriarcal.
La conferencia aún confía, al menos en la retórica de su argumento, en aquella tesis que dice que la emancipación de la realidad se va a realizar a través del lenguaje. Este argumento que sostiene una política del feminismo, sabemos hoy, gracias a las teorías de las emociones, debe complejizarse. De hecho, la sola utilización de un lenguaje inclusivo como argumento de reivindicación ha dejado de manifiesto cómo los usos, sin una verdadera socialización de los mismos, se vuelven estériles. Cualquiera, sin cuestionar sus tipos de relaciones, puede decirse inclusivo por el uso de una palabra. Ahora bien, la conferencia sabe también que el lenguaje no son solo las palabras, porque la presencia de todas estas cuerpas construye otro lenguaje apenas dicho en el cotidiano: el lenguaje de las cuerpas fugadas de la normalidad y también de la sanidad. Particular belleza destaca la escritura del actor VIH positivo quien, con ironía y sarcasmo, nos habla del virus del sida en su cuerpo como si fuera una hija desordenada y rebelde, alejando ese manto triste que cubren generalmente las vidas del contagio.
Las utopías refundacionistas están siempre presentes y, más aún, son necesarias para los activismos trans-feministas. Recuerdo ahora mismo el Manifiesto Scum de la escritora Valeria Solanas que comienza así: “a las (mujeres) dotadas de una mente cívica, de sentido de la responsabilidad y de la búsqueda de emociones, les queda una –solo una única– posibilidad: destruir el gobierno, eliminar el sistema monetario, instaurar la automatización total y destruir al sexo masculino”.
Con estas mismas energías, con estas ganas de destruir al sexo masculino, estas activistas de distintos sexos nos regalan en esta perfo-conferencia la posibilidad que sean ahora ellas las estrellas sobre los escenarios invernales de nuestra ciudad, en lugar de los mismos cuerpos delgados y blancos de siempre, y así recordarnos que existen y que estarán por mucho tiempo más molestando a la heterosexualidad.
FICHA:
Carolina Dominik, Marcelo Fuentes Morán, Charlie Bernal Lufin,
Rocío Hormazábal Vallecillo, Matías Guzmán Farías
Dirección: Ernesto Orellana G
Diseño de Escenografía e Iluminación: Fernanda González
Asistencia de Dirección: Macarena Guzmán Rivas
Audiovisuales: Wincy Oyarce
Fotografía Afiche: Paz Errázuriz
Gráfica: Ignacio Solis
Producción: Rodrigo Escobar
+info en www.teatrosur.cl
5 al 27 de Julio
jueves, viernes y sábado a las 20:30 hrs
Valores $ 5.000.- general, $ 3.000.- estudiantes
Jueves populares a $3.000.-
Sala de Teatro de la Universidad Mayor
Santo Domingo 711 Santiago- Centro