“Nuestra mención vale”: La lucha por el reconocimiento profesional de las educadoras diferenciales
El sector de la educación diferencial representa casi el 12 por ciento de la fuerza laboral docente y, de esa cifra, 96 por ciento son trabajadoras. A la vez, ocupan el tercer lugar dentro de los profesionales titulados en pedagogía, detrás de profesores de enseñanza básica y media. Otra cifra muestra que el 52 por ciento se desempeña en colegios particulares subvencionados versus un 46 por ciento en municipales.
Los datos que maneja el Mineduc, de 2018, demuestran la significativa participación de las docentes diferenciales en el mundo educativo, sobre todo, desde que se implementó el Programa de Integración Escolar (PIE), en 2015.
[caption id="attachment_297596" align="alignnone" width="349"] Elaboración del Colegio de Profesores, datos Mineduc 2018.[/caption]
Ilonka Leiva, dirigenta y profesora con mención en trastornos de audición y lenguaje, afirma que este es un tema marginado. En su carrera, se ha especializado en autismo y, en 2016, se integró a una escuela básica, de la comuna de Santiago, que tenía un alto porcentaje de estudiantes con Trastorno del Espectro Autista (TEA).
De su experiencia en ese colegio, recuerda a un estudiante que llegó casi sin lenguaje, después de haber vivido en una bodega. “Era un niño con evidentes dificultades, pero, a la vez, una persona maravillosa. Nuestro equipo comenzó a estudiar el caso, a observarlo, hasta que encontramos un camino para su desarrollo, y eso es lo que hacen los profesores del área cuando se encuentran con un caso complejo, grave”, relata.
Hasta hace algunos años, enfatiza la profesora, a estos niños se les consideraba una carga, pero esa realidad está cambiando gracias a la educación diferencial, en conjunto con el apoyo de las familias y de distintos equipos especializados. “La razón de nuestras especialidades es lograr la mayor independencia posible de los estudiantes”, precisa Ilonka.
Pero el Mineduc ha dejado esa especialización en segundo plano, sin darle cabida a una lucha que las docentes arrastran hace años. Al cumplirse un mes en paro, el Colegio de Profesores ha dicho que esto configura discriminación de género por parte del gobierno. Pero, ¿cuáles son sus demandas concretas? El Desconcierto indagó en el conflicto que atraviesan y acá te mostramos algunas de esa demandas.
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Pago de la mención profesional
Dentro de los puntos que los profesores han puesto sobre la mesa está el pago de la bonificación al reconocimiento de la mención profesional de las educadoras diferenciales. Hasta ahora, la respuesta del Mineduc ha sido negativa. En estos encuentros con la ministra Cubillos, los docentes aseguran que los argumentos han sido repetitivos y que el subsecretario de Educación, Raúl Figueroa, ha dicho que estos temas “los corta Piñera”.
Luego de una mesa de negociación, donde se discutió por más de tres horas este punto, Cubillos declaró que el paro seguía adelante por “una piedra de tope que era imposible” de concretar. Esto, ante la propuesta docente de pagar de manera gradual $30 mil millones por esta bonificación.
En el documento del Mineduc se lee que esto implicaría “un costo fiscal elevado que no es posible abordar, considerando la situación fiscal actual. En ese contexto, la pertinencia de esa medida se podrá analizar el 2020”.
Pero desde el gremio sostienen que, si las menciones se comenzaran a pagar el próximo año, el costo anual sería de $18 mil millones de pesos aproximadamente, es decir, casi la mitad de lo que está señalando el ministerio.
“El gobierno toma esa postura porque no les da la suficiente importancia a las educadoras diferenciales, pareciera que no entienden lo que hacen, que fueran un adorno en la sala de clases”, comenta a El Desconcierto, Hugo Gerter, dirigente del Colegio.
Sin argumentos técnicos, dicen, para que el Mineduc siga rechazando este punto, se acusa derechamente una discriminación salarial y de género, y una “jugada política” para evitar que el Ejecutivo ceda financieramente ante el sector público, lo que podría marcar un precedente para otras negociaciones que se vienen en el año.
En tanto, desde el departamento de Mujer y Género del Colegio, su encargada Magdalena Reyes, sostiene que las líneas se han enfocado en los asuntos presupuestarios, pero sin perspectiva de género. “Esto lo fuimos evidenciando a partir del porcentaje de colegas que trabaja en el sector, creo que ellas tampoco lo asumían como un tema de discriminación de género”, dice. Desde ahí, dice, esto ha sido un punto que se ha puesto sobre la mesa en estos últimos días y que también se articularán para levantar este punto.
[caption id="attachment_297600" align="alignnone" width="750"] /Agencia Uno[/caption]
“¡No solo es un tema de plata, ministra!”
El encargado del Departamento de Educación Especial del Colegio, y también integrante del directorio nacional, Eduardo González, pone el asunto en perspectiva: “El eje de la dictadura en educación fue la cobertura que se solucionó con la privatización y el gremio docente fue uno de los más golpeados; en términos económicos, bajaron los salarios y se privatizaron las relaciones laborales. Mientras que en la posdictadura el eje es la calidad, pero se le agregó un tercer concepto articulador: la inclusión”, explica el profesor de historia de la Universidad de Valparaíso.
Precisa que, en 2006, se buscaba recuperar una antigua lucha docente por el reconocimiento de su título y en, diciembre de ese año, se aprobó el Bono por Reconocimiento Profesional (BRP), la Ley 20.158. Esta normativa reconoció la formación de los docentes y estableció una bonificación salarial bajo tres criterios: según la cantidad de horas de los docentes, en relación con su título y la especialización.
El origen del conflicto, explica González, se dio en 2008, durante el primer gobierno de Michelle Bachelet. Si bien la ley se implementó en 2007, y durante ese año se pagó a todos los profesores que contaban con los requisitos, un año después, el Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas (CPEIP), pidió que se revisaran los criterios. La tesis que planteó el organismo, dependiente del Mineduc, fue que las menciones no coincidían con sus sectores de aprendizaje ni a los niveles educativos.
El gremio está en desacuerdo con esa mirada. “Las profesoras diferenciales sí tienen una mención, porque no solamente están ligadas a un subsector y a un nivel, sino que son asociado a su título, y eso es transversal”, repara.
[caption id="attachment_297595" align="alignnone" width="549"] /Elaboración del Departamento de Educación Especial del Colegio de Profesores con datos del Mineduc, 2018.[/caption]
Más adelante, con la entrada en vigencia de la ley de Carrera Docente, de 2016, se estableció que el pago por mención para los docentes que ingresaran al sistema, como sector municipal, sería proporcional a las horas de contrato -con un tope de 30 horas-, por un máximo de $82.062. Mientras que para los profesores que no se acogieran a esta normativa y se mantuvieran, por ejemplo, en el sector particular subvencionado, el monto sería de $23.380”.
“El alza salarial del BRP fue porque aumentó el bono de la Carrera Docente, no porque se mirara en particular al sector”, analiza González, y agrega que, durante los gobiernos anteriores algunos ministros se abrieron a la posibilidad de pagar esta bonificación y recocer la mención, como Harald Beyer y, luego, Adriana Delpiano, pero no se concretó.
En esta oportunidad, el mensaje desde departamento de Educación Especial a Cubillos, es directo: “¡No solo es un tema de plata, ministra! Pongamos fin a la doble discriminación, nuestra mención también vale”. Todo, en medio de las duras críticas a la ministra por ausentarse en una cita especial en el Congreso para abordar el paro docente y optar por ver el eclipse junto al presidente Piñera.
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