AMIA solicita el retiro de la denuncia contra Cristina Kirchner por memorándum con Irán y pone en jaque el Caso Nisman
Han pasado cuatro años desde la muerte del fiscal argentino Alberto Nisman y el caso sigue vigente, con cambios de rumbo inesperados a cada rato.
La noticia de esta semana fue un documento enviado por la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina) a su entidad superior, la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas), solicitando que esta desista de la querella contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner por “traición a la patria”, a raíz de la firma del memorándum de entendimiento firmado con Irán sobre las investigaciones del atentado terrorista contra la sede de la AMIA en 1994, uno de los más horribles vividos en el país sudamericano.
Esta era justamente la causa que lideraba Nisman cuando falleció, y razón por la cual sus entorno insistió durante años para que se investigara su muerte a partir de la hipótesis de asesinato, no la de suicidio, y que se le apuntara a Kirchner como sospechosa, al igual que su canciller, Héctor Timerman, también investigado por Nisman.
El día 19 de enero de 2015, Nisman fue encontrado muerto en un departamento del edificio Torre Boulevard, en el barrio de Puerto Madero, en Buenos Aires. El cuerpo se encontraba en el baño, con una herida de bala en el cráneo y un arma en el piso. El fiscal había pasado sus últimos días en el departamento preparando la presentación que haría ante una comisión del Congreso argentino, por invitación de las entonces diputadas opositoras Patricia Bullrich (actual ministra de Seguridad del gobierno de Mauricio Macri) y Laura Alonso (actual titular de la Oficina Anticorrupción), debido a que lideraba la causa en la acusaba a la entonces presidenta Cristina Kirchner y a su canciller Héctor Timerman de traición a la patria, por supuestamente actuar en favor de los sospechosos iraníes por el atentado a la AMIA, en 1994, la causa que la misma AMIA pide ahora que sea desestimada.
El memorándum
El documento fue anunciado por el gobierno kirchnerista como “un hecho histórico, porque se logra por primera vez un instrumento legal de derecho internacional entre Argentina e Irán para avanzar en el conocimiento y la verdad sobre el ataque terrorista del 18 de julio de 1994 (a la AMIA)”, e impulsaba una serie de iniciativas de cooperación para las investigaciones. Los principales sospechosos del ataque terrorista son siete ciudadanos de nacionalidad iraní, los cuales el gobierno del país asiático (entonces comandando por Mahmud Ahmadinejad) impidió durante años que fuesen interrogados. Según el ex-canciller Héctor Timerman, los acuerdos del memorándum buscaban permitir que la Interpol y la Justicia argentina pudiera acceder a esos sospechosos.
Sin embargo, la tesis de Nisman decía todo lo contrario, que el memorándum tenía como objetivo garantizar la impunidad de los iraníes y bajar las alertas rojas que tenía Interpol para la captura de los cinco sospechosos. Además, aseguraba que la iniciativa era parte de un acuerdo aún mayor con el gobierno de Irán, incluyendo un intercambio comercial entre granos e incluso de Argentina por el petróleo iraní a precios más baratos, ayudando a disminuir las carencias energéticas del país sudamericano, si se lograra anular la investigación a los prófugos terroristas.
La muerte y sus consecuencias políticas
Al morir Nisman, en aquel enero de 2015, pocos meses antes de las elecciones presidenciales y con una denuncia que lideraba en contra de la entonces presidenta, el caso ganó aires (no buenos, sino raros aires) de novela policial con entramado político. Muchos medios antikirchneristas (como los del poderoso grupo Clarín) adhirieron a la campaña para que la investigación adoptase la hipótesis de homicidio, lo que contaba con el apoyo de las diputadas Bullrich y Alonso e incluso la ex-esposa del fiscal, la magistrada Sandra Arroyo Salgado.
Tal sospecha a la figura presidencial fue uno de los factores clave en aquella disputa presidencial, en la que el kirchnerismo terminó derrotado, dejando la Casa Rosada tras 12 años para que asumiera la coalición derechista Cambiemos, liderada por Mauricio Macri - quien además de apoyar a la campaña por las sospechas de asesinato de Nisman, prometió a la comunidad judía en Argentina que anularía el memorándum con Irán - pese a que este nunca fue aplicado de veras, debido a que no contó con la aprobación del Parlamento iraní.
Dos tesis cayéndose a pedazos
Con el pasar de los años, las sospechas en contra de Kirchner y Timerman fueron perdiendo sustancia a medida en que la tesis de Nisman se mostraba inconsistente. Eran dos los principales argumentos del fallecido fiscal.
Para empezar, una supuesta maniobra de la ex-presidenta por la que agentes de inteligencia argentinos mantuviesen contacto permanente con un supuesto agente iraní llamado Alejandro Yussuf Khalil, que por su parte se contactaba por teléfono con Mohsen Rabbani, uno de los apuntados como autor del atentado a la AMIA. Nisman aseguraba contar con grabaciones de escuchas telefónicas atestando dicha situación, pero los audios nunca fueron presentados.
Pero la situación más bochornosa tiene relación con las menciones al entonces secretario-general de Interpol, el estadounidense Ronald Noble. Nisman lo nombra más de diez veces en la denuncia, afirmando que “el plan pergeñado por Cristina Fernández de Kirchner incluyó el cese de las notificaciones rojas de Interpol, lo que fue inesperadamente frustrado por el firme accionar de Noble”.
Sin embargo, el mismísimo Noble apareció en el 15 de enero de 2015 (tres días antes de la muerte de Nisman), a través de un email presentado por Héctor Timerman, donde el agente policial asegura que las afirmaciones del fiscal no eran correctas y que Argentina “jamás solicitó bajar las alertas rojas” relativas a los prófugos iraníes. La oposición al kirchnerismo puso en duda la veracidad del email, pero el mismo Noble luego envió un documento a los Tribunales argentinos poniéndose a disposición para entregar su versión de los hechos y adelantando que “mi testimonio no coincidirá con la denuncia, pues Argentina y sus representantes siempre le expresaron a Interpol que las notificaciones rojas debían mantenerse. En febrero de 2013, Interpol recibió una nota firmada por el ministro de Relaciones Exteriores, Héctor Timerman, donde específicamente requería que se mantuvieran las notificaciones rojas”.
Muchos periodistas que acompañan el caso y que defienden la tesis del suicidio de Nisman apuntan a esa respuesta de Noble como factor que crucial para la decisión del fiscal de quitarse la vida. El periodista Pablo Duggan, autor del libro ¿Quién mató a Nisman?, asegura que Nisman tenía muchas razones para quitarse la vida, y que el desmentido de Noble fue solo la gota que rebasó el vaso, para una persona que también tenía problemas con los órganos contralores e incluso dramas familiares. “Si estuviera vivo, hoy Nisman quizás estaría preso por corrupto. Su suicidio fue usado para que Macri sea presidente. La denuncia fue un papelón, un mensaje para Cristina”, comentó el autor, en una entrevista para un medio argentino, el pasado mes de noviembre.
Este jueves, tras conocerse la solicitud de la AMIA, Duggan volvió a comentar el caso por Twitter: “La denuncia de Nisman contra Cristina es falsa. Entérate en ¿Quién mató a Nisman? por qué la presentó. No fue buscando justicia. La DAIA acompañó más tarde para asociarse con Cambiemos. Todo fue una mentira que ahora se empieza a caer”.
La respuesta de la DAIA
Al final de la tarde del jueves (31/1), la DAIA respondió en duros términos a la solicitud hecha por AMIA respecto a la denuncia contra Cristina Kirchner. Afirmó en comunicado que “lamentamos que la AMIA haya hecho pública esa solicitud, e innecesariamente, porque es una situación que se dirime puertas adentro de nuestra sociedad”.
También aseveró que ese tema será debatido en una asamblea programada para el mes de mayo, en la que se presentará la cuestión, “ porque es donde se abre a todos los afiliados los temas de preocupación”. Además, criticó la forma como AMIA hizo pública su posición “en los medios nacionales, cuando cualquier debate por fuera de la comunidad judía es un despropósito y una desmesura”.
Sin embargo, la propuesta de AMIA sintoniza con la decisión ya tomada por la jueza Sandra Arroyo, ex-esposa de Alberto Nisman, quien dejó de formar parte de la querella por la muerte del fiscal en diciembre pasado, alegando “la necesidad de protección y salvaguarda del núcleo familiar, priorizando la paz y espiritualidad de todos”.
La muerte de Timerman
También en diciembre de 2018 falleció el ex-canciller Héctor Timerman, a los 69 años, uno de los acusados por Nisman de “traición a la patria” por firmar el memorándum con Irán.
Timerman, al igual que Nisman, pertenecía a la comunidad judía, por lo que la denuncia en su contra lo afectó a nivel político, pero también personal y familiar.
Además, la querella tuvo alguna influencia con su muerte, porque al estar investigado por la Justicia tuvo rechazado durante meses el permiso para ingresar a los Estados Unidos, único país dónde podría hacer un tratamiento para su cáncer hepático. Cuando finalmente logró la visa, en marzo del 2018, la enfermedad ya había avanzado a niveles irreversibles.