Acusan política de extranjería xenófoba: Dinamarca desterrará a una pequeña isla a un centenar de migrantes
Las políticas antimigración del gobierno de centro-derecha en Dinamarca ya son conocidas. Con una población de más de 57 mil extranjeros y refugiados, el ejecutivo -con el apoyo del Partido Popular Danés (PPD)- ha desarrollado politicas que buscan reducir esta población en su territorio.
Uno de sus últimos anuncios fue el destierro al pequeño islote de Lindholm (en el mar Báltico) -donde se investigan enfermedades infecciosas- a un centenar de migrantes que por ley están obligados a dejar el país. Esta situación ha generado grandes protestas en dicha nación.
“No son deseados en Dinamarca y lo deben notar”, fue una de las declaraciones de la ministra de Inmigración, Inger Støjbeg del partido liberal Venstre que causó bastante polémica.
El islote al que se enviará a estos migrantes tiene una extensión de siete hectáreas, no cuenta con residentes fijos, ni tampoco infraestructura adecuada para recibirlos. Por el momento, sólo está asentado un laboratorio de investigación de la Universidad Técnica de Dinamarca, que será acondicionado para albergar a estas personas que deberían comenzar a arribar en 2021.
Este plan fue aprobado por el legislativo el 20 de diciembre de 2018 y es parte de una serie de medidas que harán más compleja la vida de los migrantes en el país europeo.
El fundador del think tank Migration Policy Institute, Demetrios G. Papademetriou indicó a El País que el comportamiento del gobierno danés hacia los migrantes es una muestra de "su dureza e intolerancia”.
En tanto, desde la organización que trabaja con mujeres migrantes Lise-Lotte Duch, de Fakti, indicaron que el panorama político es preocupante, puesto que "la gente dice hoy cosas que hace años eran impensables”.
Otros anuncios son el rechazo a la política de cuotas de refugiados de la Comisión Europea, la confiscación de bienes de valor a los migrantes para saldar sus gastos, el aumento de uno a tres años para poder solicitar la reunificación familiar y la reducción a la mitad de los beneficios sociales, entre otras medidas. “Se trata de que los que vengan pierdan el apetito y el interés por ser daneses”, explica el integrante del centro de migrantes Trampolin House, Morten Goll.