La contundente respuesta a las críticas racistas de la primera actriz asiática en protagonizar "Star Wars"
"Lo peor no eran sus palabras, sino que comencé a creérmelas". Así parte la columna escrita por Kelly Marie Tran, una de las protagonistas de "Star Wars: The Last Jedi", quien decidió cerrar sus cuentas de redes sociales como Instagram y Twitter debido a los cientos de comentarios de odio, que recibió durante meses, por su origen racial y por ser mujer de parte de los fanáticos de la saga.
En una artículo publicado por New York Times titulado "No seré marginalizada por el acoso en redes sociales", la interprete que le dio vida a Rose Tico en la última entrega episódica de la franquicia explica que "sus palabras parecían confirmar lo que crecer como mujer y una persona de color ya le habían enseñado: que pertenezco a los márgenes y válida solo como un personaje menor en sus vida e historias".
Esas mismas palabras despertaron sentimientos que tenía dormido dentro suyo. "El mismo sentimiento que cuando tenía nueve años me hizo parar de hablar vietnamita porque estaba cansada de escuchar a otros chicos burlarse de mi. O a los 17, cuando en una cena con mi novio blanco y su familia, ordené la comida en perfecto inglés para la sorpresa de la mesera, quien exclamó 'wow, que lindo que tengan estudiantes de intercambio'".
Las palabras de los fans reactivaron que "yo soy la otra, que no pertenezco ahí, que no era suficientemente buena simplemente porque no era como ellos".
"Y por mucho tiempo lo creí", sincera Tran, quien añade que "creo que esas palabras, esas historias, especialmente creadas por una sociedad que fue creada para mantener el poder en un tipo de persona, un sexo, un tono de piel, una existencia".
Incluso, sincera que Marie Kelly no es su verdadero nombre, sino que su sus padres decidieron cambiárselo para que no la molestaran. "Me comencé a culpar. Pensé 'oh, si fuera más flaca', o 'quizás si me dejara crecer el pelo' y, lo peor de todo, 'quizás si no fuera asiática'. Por meses caí en una espiral de odio autoinflingido".
Pero cuando tocó fondo, fue cuando abrió los ojos. "Me lavaron el cerebro para creer que mi existencia estaba limitada por la aprobación de otra persona. Fui engañada para hacerme creer que mi cuerpo no era mio, que yo era bonita solo si alguien más lo creía independiente de mi propia opinión".
"Esto me lo dijeron muchas veces: por los medios, por Hollywood, por las compañías que sacan provecho de mis inseguridades, manipulándome tanto que termino comprándome su ropa, su maquillaje, sus zapatos, todo para poder llenar el vacío que han perpetuado ellos en mi".
"Yo no soy la primera persona que crecer de esta forma. Esto es crecer como una persona de color en un mundo dominado por los blancos. Esto es lo que pasa por ser mujer en una sociedad que le enseña a sus hijas que solo valen el amor si son atractivas para los hombres. Ese es el mundo en el que crecí, pero no el mundo que quiero dejar a atrás".
La actriz que recibió duros comentarios una vez estrenado el Episodio VII de la saga por su color de piel y rasgos no occidentales agrega que "quiero vivir en un mundo donde los niños de color no desperdicien sus adolescencia deseando ser blancos. Quiero vivir en un mundo donde las mujeres no sufran el escrutinio por su apariencia, o sus acciones, o su existencia. Quiero vivir en un mundo donde personas de todas las razas, religiones, clases socioeconómicas, orientación sexual, identidad de género y habilidades sean vistas como lo que siempre fueron: seres humanos".
Finalmente, termina diciendo que "quizás me conozcas como Kelly. Soy la primera mujer de color en tener un protagónico en una película de "Star Wars". Soy la primera asiática en ser portada de Vanity Fair. Mi verdadero nombre es Loan y recién estoy empezando".