Aborto legal, libre, seguro y gratuito para vivir
Este 2018 innegablemente ha sido un año movido para el movimiento feminista. No sólo en Chile hemos llenado las calles e impulsado el debate al respecto tanto en la sociedad civil como en el Congreso Nacional, sino que también, por ejemplo, en España, a raíz del caso Manada, las mujeres se han manifestado en contra de la justicia patriarcal; en Irlanda, mediante referéndum popular se derogó la prohibición casi total del aborto y en Argentina, el movimiento de mujeres logró que el proyecto de ley de despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo avanzara en sus primeros trámites legislativos bajo la consigna de “educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”.
El revuelo ha sido mundial y Chile no se ha quedado atrás. Desde mayo se ha dicho que las mujeres hemos hecho historia. A causa del conocimiento de casos de abuso, discriminación y acoso sexual, las estudiantes a nivel nacional, tomando la vanguardia del movimiento feminista, paralizamos las universidades para visibilizar el problema y articularnos nacionalmente contra todas las formas de violencia machista existentes en la sociedad.
Así se fue construyendo una acción colectiva y conjunta entre mujeres y diversidades con el fin de evidenciar, denunciar y cambiar de raíz los cimientos patriarcales y discriminadores de nuestro país, que no solo nos afecta a nosotras, sino que a todos, todas y todes. Gracias a esto hemos sido capaces de poner en cuestión esta sociedad machista y patriarcal, las injusticias derivadas y comenzar a revisar las instituciones políticas, jurídicas y gubernamentales que no han estado a la altura de nuestras demandas, las que se han encargado de entorpecer el avance en derechos sociales y humanos de las mujeres y diversidad, como el protocolo/obstáculo de objeción de conciencia promovido por el Ministerio de Salud.
Incluso en el Parlamento se iniciado un debate, aún en la medida de lo posible, considerando las banderas históricas del movimiento feminista: igualdad salarial, con un Estado que reconozca y ampare los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, con un sistema de salud y pensiones dignas, con educación no sexista, con una ley de identidad de género integral, con matrimonio igualitario, con una ley contra la violencia obstétrica, con un país libre de acoso sexual y laboral, abuso y violaciones; un Chile libre de violencia.
Aborto Legal, Libre, Seguro y Gratuito: Tres causales no bastan
A pesar de que aún queda mucho por conseguir, vemos que nuestra lucha avanza y da un gran ejemplo, muestra una articulación potente y certera de demandas; así es que hoy no es extraño hablar de un país libre de violencia machista sin pensar, por ejemplo, en la demanda histórica por la autonomía sobre nuestros cuerpos, en la demanda por el aborto legal, libre, seguro y gratuito, que hoy recorre el mundo, ya que se nos violenta también cuando el sistema nos obliga a seguir con un embarazo que atenta contra nuestros proyectos de vida, contra nuestra autodeterminación sobre nuestros cuerpos y como seres humanos, incluso contra la decisión propia y personal sobre la maternidad como opción y no como obligación.
Si bien el año pasado las mujeres conquistamos la despenalización del aborto en tres causales, es lamentable que esta ley cubra solo el 3% de los abortos que se realizan anualmente en nuestro país, lo que además de demostrar que no es suficiente y que no se hace cargo del problema de fondo, afirma que es necesario avanzar, porque el debate dejó de ser si estas a favor o en contra; es si el Estado se hace cargo de la realidad o prefiere ser cómplice de las muertes de mujeres al no evitar que se aborte clandestina, insegura y costosamente... porque es una realidad, si tienes plata puedes, en tanto las mujeres más pobres y humildes, se mueren.
Es por eso, que hoy tenemos el desafío de profundizar dichas políticas, la ley actual es básica y no considera en profundidad nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, sobre nuestra autonomía, sobre nuestras vidas.
Es por eso que, por las más humildes de nuestra patria, por ellas que no solo deben lidiar con pensiones de hambre y miseria, hoy exigimos aborto legal porque es el Estado quien debe reconocer y garantizar tanto este derecho como su acceso; libre de causales porque cada una tiene derecho a decidir sobre su cuerpo y proyecto de vida; seguro porque nuestra integridad y salud son importantes y ello implica dotar a la red de salud pública de recursos, profesionales, infraestructura y tecnología y gratuito porque la clase si importa, ya que tomar la decisión de practicarse un aborto tiene un impacto diferente en las mujeres pobres, ricas, indígenas, trans.
Algo ha quedado claro este tiempo y es que este movimiento morado y verde no descansará hasta que el respeto de los derechos de las mujeres, jóvenes, niñas y personas LGBTI+ sea la regla general y el centro en nuestra sociedad, porque no queremos ni permitiremos ni una mujer menos, ni una muerta más a causa de la opresión del sistema patriarcal sobre nuestras vidas y cuerpos. Por Estefanía de Curicó, por Fernanda de Quilpué, por todas las compañeras que ya no están y por todas las que vienen, por mí, por ti, por todas y todes.