Carolina Espinoza, dirigenta Confusam: "Trabajamos para implementar protocolos de violencia de género en los servicios"
24 horas de paro convocó para este miércoles la Confederación de Funcionarios de la Salud Municipal (Confusam) para reclamar medidas en contra de la violencia hacia las y los trabajadores de salud. El gremio denuncia el maltrato que reciben de parte de algunos usuarios en recintos de salud municipal, tanto en atención diferida como de urgencias, y en hospitales. Los funcionarios denuncian que son víctimas de "insultos reiterados, amenazas de muerte, llegándose en más de algún caso a agresiones físicas” que van en aumento. De hecho, el mes pasado asesinaron a dos funcionarios de un Centro de Salud Familiar (Cesfam) en Hualqui.
Pese a que la administración Bachelet acogió un Protocolo de Acuerdos para enfrentar el tema, en la práctica ninguna de las promesas se llegó a concretar, por lo que ahora exigen un nuevo acuerdo con el actual gobierno.
El Desconcierto conversa con Carolina Espinoza, dirigenta de la Confusam a cargo de las áreas de Igualdad de Oportunidades, Mujeres y Jóvenes y de Comunicaciones, quien lleva 20 años al frente de la organización sindical, en distintos cargos. Además de plantar los puntos clave del paro de hoy, Espinoza habla sobre otra violencia que también que, como en todos los ámbitos, afecta también a los profesionales de la salud: la de género. La dirigenta explica las dificultades para poner el tema en agenda y los pequeños logros que desde su rubro se empiezan a dar. Sin embargo, reconoce que los profesionales de la salud tienen "largo trecho que recorrer" en este sentido y que son "imprescindibles" los protocolos para casos de violencia sexual y de género.
¿Cuáles son las principales demandas del paro de hoy?
Es un paro por la creciente y extremada violencia que estamos sufriendo las y los funcionarios de atención primaria. Es un problema que se arrastra y que fue suscrito a un acuerdo en el gobierno anterior y que con el nuevo ejecutivo también incorporamos en un acuerdo que requiere un abordaje urgente. En nuestra asamblea del mes pasado decidimos que si esto [episodios de violencia] volvía a generarse, nosotros reaccionaríamos con una medida unitaria de paralización porque no queremos tener que lamentar más agresiones o incluso llegar a tener víctimas fatales como pareciera ser que esto se va tornando. Sabemos que las situaciones de violencia son parte de las condiciones o de lo servicios públicos, en general, y en particular del sector salud, pero evidentemente esto está corriendo ribetes que no son sostenibles y necesitamos con urgencia que se implementen las medidas que hemos conversado.
¿Podríamos señalar como causa del aumento de la violencia la falta de recursos y la incapacidad de dar respuesta a los pacientes por lo mismo?
Es uno de lo elementos centrales. No desconocemos que la sociedad en general sea ha tornado más violenta, incluso en los sectores marginales, donde antes teníamos el respeto de sectores de población que tiene antecedentes delictuales, había una protección y reconocimiento en nosotros y nosotras como un ente de ayuda. Eso se ha perdido absolutamente y es un fenómeno social que trasciende a todos los sectores. Pero, en salud, tenemos el agravante de mayores condiciones de violencia y que no tenemos los recursos necesarios para entregar un servicio de calidad y oportuno a la ciudadanía. De hecho, no lo justifica, pero en la mayoría de los casos, la violencia se da en condiciones como no poder entregar una hora médica, por ejemplo. La carencia de recursos agudiza un problema que se viene dando en los últimos tiempos.
¿Están pidiendo alguna medida al gobierno al respecto de esta falta de recursos?
Sí. Tenemos una demanda desde el gobierno anterior que tiene que ver con eliminar la brecha que existe respecto del costo real de financiamiento. Nosotros nos financiamos mediante la guía de mecanismo per cápita, es decir, el Ministerio de Salud nos entrega aportes por población inscrita. Según estudios que hemos hecho en conjunto en la mesa tripartita que formamos junto al Minsal y las municipalidades, ese valor es menor al que realmente cuesta la provisión de los servicios. Estamos hablando de una brecha que supera el 30% del costo real que recibimos mensualmente por cada usuario. Esta brecha el gobierno anterior se comprometió a resolverla progresivamente, pero esto no fue así. Por lo tanto, en este nuevo protocolo que suscribimos con la nueva autoridad vuelve a instalarse. La atención primaria es un sector muy desfinanciado que no tiene la capacidad de dar respuesta, aunque sea el pilar fundamental del sistema de salud y que en términos economicistas sea más estratégico invertir ahí porque es más eficiente prevenir que curar.
En los últimos meses, las unidades de Bienestar y Calidad de Vida de los hospitales han detectado un aumento de denuncias por casos de violencia. En este caso, pero, se trata de violencia intrafamiliar (VIF) entre funcionarios que mantienen algún vínculo, y también por violencia de género entre colegas. ¿Han abordado esta cuestión desde la Confusam?
Lo tenemos abordado y la comisión de género de nuestra organización ha puesto el foco en esta temática. Es algo transversal y que afecta a todas las instituciones. Hoy estamos trabajando en implementar protocolos para abordar violencia de género al interior de los servicios, cuestión que todavía estamos en proceso de visibilizar y de poner en tema. No está claramente instalado en la conciencia de la dirigencia y de los más de 40 mil socios que conforman la organización, pero es un tema que nos afecta. Queremos avanzar en el marco del proceso social que vemos con mucha alegría y esperanza que está sucediendo en Chile. Hemos implementado políticas de equidad, de cuotas, estamos desarrollando una línea de formación para incorporar la perspectiva de género en la acción sindical y trabajando en el abordaje de la violencia laboral, junto con sindicatos hermanos. También estamos expectantes de la asamblea de la OIT en la que uno de los temas será un convenio o recomendación para que este tema se aborde con todas las dificultades.
¿Qué mecanismo existe hoy, si no hay un protocolo, para poder denunciar este tipo de casos?
Los protocolos que hay son sólo de forma heterogénea, como iniciativas locales, pero no existe institucionalmente, y en los sindicatos menos. Ahí hay una urgencia. Hace poco tiempo sufrimos una situación de violencia en que uno de nuestros delegados agredió a su pareja en otra organización de salud privada. Nosotras como institución salimos en reclamo de esto, rechazándolo y solidarizándonos con la mujer agredida, que además estaba embarazada. Sin embargo, la asociación base de esta comuna salió en defensa del funcionario agresor, que era su socio -nuestro socio-, y eso evidencia que tenemos un largo trecho que recorrer. Hay que hacer los protocolos que nos permitan tener herramientas más objetivas y claras respecto de estas políticas porque la cultura patriarcal y machista es una deformación que tenemos todos y todas.
El caso que comenta se sumaría al que denunció el Consejo Regional de Santiago del Colegio Médico contra el nuevo director del Hospital de Urgencia Asistencia Pública, Rodolfo Santander Cruz, quien fue formalizado por el delito de lesiones menos graves y amenazas en un contexto de VIF.
En aquella oportunidad, fue la propia asociación que no entendió porque defendió que había que apoyarle a él, cuestión que transgrede no solo lo lógico y lo humano, sino también decisiones políticas y sindicales que habíamos resuelto. Nosotros no defendemos faltas ni fallas en los trabajadores y también velamos por la calidad de los servicios. Precisamente por esos casos son imprescindibles los protocolos, para todas las condiciones de desigualdad en las que estamos las mujeres en nuestros servicios.
¿Cuáles serían estas otras desigualdades?
La carrera de funcionaria garantiza menor inequidad salarial, es cierto, pero también hay un techo. Las mujeres accedemos mucho menos a los cargos directivos, en las direcciones de establecimientos y en las jefaturas de programas. Sigue existiendo una desproporción de varones versus mujeres en estos cargos. Muchas veces no lo visualizamos porque se ve más o menos la mitad, pero nosotros en Salud no somos la mitad, somos el 75%. También los hombres tienen menor atraso en la carrera funcionaria porque ellos tienen menos descanso pre y post natal y, por tanto, no retrasan su ascenso en carrera. Son elementos más difíciles de develar pero que también nosotros tenemos que evidenciar para corregir. A nivel sindical, en la Confusam los cargos de las mujeres tampoco representan la cantidad de mujeres que somos en la organización.
¿Han hablado con el Minsal o con el Ministerio de la Mujer para abordar este tipo de cuestiones?
No. Lo queremos ver y lo tenemos en carpeta, pero de momento el trabajo es entre sindicatos porque es una cuestión muy incipiente, no hay un abordaje muy profundo. Hemos pasado del comité de mujeres al comité de género recién este año. Estábamos en una fase de empoderarnos, de agruparnos e instalar el tema. Hoy recién estamos dando el paso a abrir la comisión de género. Tenemos algunos compañeros que se han ido incorporando, los "hombres evolucionados", que les llamamos, que se van sumando a la causa. El abordaje de la VIF lleva una trayectoria en Chile, pero la que se da en los puestos de trabajo es absolutamente invisible y no ha tenido un desarrollo, menos en la cartera de Salud. Y es uno de los temas que hay que seguir instalando para que esté provisto de recursos y todo lo que se necesita para los cambios.