Lavín y Torrealba : Más allá de

Lavín y Torrealba : Más allá de "vender la pomada" de la inclusión

Por: Patricio Herman | 06.05.2018
Lavín nunca tuvo la decisión de construir viviendas sociales en el predio de 2,8 hectáreas que le pertenece a Las Condes y la demostración de ello es que los departamentos que formaban parte de los edificios que se reflejaban en la solicitud del anteproyecto ingresada en la Dirección de Obras Municipales de Vitacura no correspondían a ese tipo de viviendas, sino a otras de mejores características dirigidas a compradores que fueran sujetos de créditos en las instituciones financieras.

Los medios de prensa tradicionales, incluyendo los canales de televisión, posiblemente por falta de noticias de verdadero interés, continúan refiriéndose al terreno de 2,8 hectáreas de propiedad de la Municipalidad de Las Condes, localizado en la comuna de Vitacura, con normas urbanísticas en el Plan Regulador Comunal (PRC) de Vitacura que hasta hace poco tiempo admitían la construcción de edificios habitacionales y que ahora, desde abril pasado, su uso de suelo es exclusivamente área verde.

Consideramos un exceso que en la edición del viernes 4 de mayo de 2018 de El Mercurio, en media página colorida se haya publicado la nota “Venta del terreno surge como opción para destrabar pugna entre Vitacura y Las Condes” con bajada “El acuerdo inicial era dividir el predio para hacer viviendas sociales y un parque, pero el alto precio del paño complicó la alternativa. Hoy cobra fuerza que todo sea área verde”. En la fotografía de esa crónica se observa la denominada área verde que es un simple sitio baldío lleno de grandes piedras y malezas por todos lados. CNN Chile y Televisión Nacional también hablaron recién de este preocupante y estratégico conflicto, canales en los cuales entregamos nuestra opinión.

Ahora bien, el terreno en discusión que fue recibido gratuitamente por Las Condes, conforme a la cesión que tuvo que hacer el loteador privado de un predio mucho más grande, mientras el territorio jurisdiccional de Vitacura no existía, recordemos que esta comuna se crea en el año 1992, escindiéndose de Las Condes y su PRC se aprueba en diciembre de 1999. El terreno de la controversia hasta hace poco tiempo tenía un valor de mercado del orden de los US$ 45 millones, ya que ese zona urbana de la región metropolitana de Santiago es top, según el lenguaje de los corredores de propiedades y hoy en día ese mismo terreno, por estar afectado como área verde, no se transa en el mercado inmobiliario, lo que quiere decir que su valor de transacción es igual a cero.

Cristián Monckeberg, ministro de Vivienda y Urbanismo, como árbitro o mediador, llamó al orden a ambos alcaldes y después de una publicitada reunión en su despacho, informó a la opinión pública que el dichoso terreno se tenía que dividir en dos, una parte se mantenía bajo el dominio de Las Condes de tal manera que allí se pudieran construir las viviendas sociales que preconizaba Lavín y la otra parte quedaba bajo el dominio de Vitacura para que su municipalidad construyera una magnífica área verde de esparcimiento y recreación para sus dilectos vecinos. Está sumamente claro que los subidos gastos de la materialización y conservación permanente del área verde comunal es de cargo exclusivo de la Municipalidad de Vitacura, aspecto de alto impacto monetario que hasta ahora nadie ha dicho nada.

Estamos convencidos que Lavín nunca tuvo la decisión de construir viviendas sociales en el predio de 2,8 hectáreas que le pertenece a Las Condes y la demostración de ello es que los departamentos que formaban parte de los edificios que se reflejaban en la solicitud del anteproyecto ingresada en la Dirección de Obras Municipales de Vitacura no correspondían a ese tipo de viviendas, sino a otras de mejores características dirigidas a compradores que fueran sujetos de créditos en las instituciones financieras. Lavín hablaba de viviendas sociales solo para vender la pomada de que era un insigne promotor de la inclusión social. Recordemos que ese anteproyecto no fue tramitado en la oficina técnica de Vitacura, motivo por el cual se desvaneció esa propuesta tan ilusoria.

Desde esta tribuna queremos hablar en serio y en tal sentido lo único viable en esta situación es que se revierta a la brevedad el PRC de Vitacura para que la totalidad del terreno en comento vuelva a disponer de las normas urbanísticas que permitan la construcción de edificios en la limitada altura de 7 pisos, por lo tanto se desafecta el área verde y tan pronto se apruebe el cambio de uso de suelo Lavín estará en condiciones de ofrecerlo en el mercado, a sabiendas que con motivo de la burbuja inmobiliaria, tendrá muchos interesados en comprarlo, ya no en los US$ 45 millones conforme a tasación anterior, sino en una suma bastante superior, con la cual podrá llevar a cabo en su propia comuna una especie de ciudadela modelo de viviendas sociales de verdad con todo tipo de equipamientos para que sus habitantes dispongan de una  excelente calidad de vida.

Si ello se produce, Torrealba tendrá mayores ingresos por concepto del pago por los derechos municipales del permiso de edificación del proyecto inmobiliario del actor privado que adquiera el predio y más importante aún, su municipio podrá contar con el pago a perpetuidad por las contribuciones de bienes raíces de las viviendas de lujo que se construirán en los edificios emplazados en ese terreno de 2,8 hectáreas.

En resumen, Lavín, sin moverse de su escritorio, recordemos que el terreno lo recibió gratis, tendrá un cuantioso capital que se utilizará para desarrollar en Las Condes, con buenos arquitectos, que sí los hay, un proyecto de viviendas sociales que lo enaltecerá como un político de vanguardia y Torrealba no tendrá que gastar parte de su presupuesto municipal en concretar, que es lo más oneroso, cuidar y conservar el área verde que se había previsto.