Un referente de la vocación por el oficio: Alberto "Gato" Gamboa gana el Premio Nacional de Periodismo 2017
A sus 96 años, un héroe del periodismo de trinchera obtuvo el reconocimiento oficial del Estado. El Ministerio de Educación informó este mediodía que el mítico reportero es el nuevo Premio Nacional de Periodismo 2017, la mayor distinción para los profesionales de la prensa en Chile.
Dicen que Gamboa se formó de manera autodidacta en el oficio, que fue desarrollando su intuición y pasión por la noticia desde sus andanzas en el Liceo Victorino Lastarria. En la Universidad de Chile estudió Historia y Geografía, para comenzar su camino en paralelo, desde los 17 años, cubriendo deportes y crónicas policiales en medios como La Opinión, Revista Ercilla y Última Hora, donde también se desempeñó como editor.
Desde principios de la década los 60, el periodista se transformó en el director del diario Clarín, cargo en el que se mantuvo hasta septiembre de 1973, cuando fue detenido. Ahí inició su leyenda Gamboa, derrochando ingenio y dotando al medio de potente y agudo humor político. En los tres años siguientes, Gamboa viviría torturas y vejaciones en el Estadio Nacional y Chacabuco, una experiencia que relató años más tarde en "Un viaje al infierno" (1984) y que le dejaría numerosas heridas.
"En el Estadio Nacional estuve como una semana o semana y media (...) había varios periodistas, a la mayoría los dejaron en libertad, pero junto con Alejandro Arellano (subdirector de Clarín) nos mandaron para el norte", rememoró en entrevista con Cooperativa.
Al ser liberado de la prisión política, el periodista desempeñó el oficio que estuviera a disposición, trabajando como obrero en la construcción de las obras de Metro. A mediados de los '80, sin embargo, volvió a poner en juego su vocación para dirigir el Fortín Mapocho, el primer diario de oposición al régimen militar.
Más tarde se convirtió en uno de los fundadores del diario La Cuarta y también en editor de La Nación, hasta el 2009. El "Gato" Gamboa también fue uno de los fundadores del Colegio de Periodistas de Chile y del Círculo de Periodistas Deportivos, que presidió de 1950 a 1960.
Su experiencia periodística lo convirtió en testigo de buena parte de la historia reciente de Chile y también en un crítico del desempeño actual de los comunicadores en el país: "La encuentro mala. Como que no informa, como que no le interesan algunas cosas al periodismo actual. En este momento hay gente que necesita meterse a un diario y contar sus cosas y no hay dónde contarlas, ésa es mi impresión. Puede ser que uno siga pensando igual que antes. Cuando uno era periodista activo uno se abría para todo el mundo. Parece que ahora no existe tal amplitud", opinó.
También acusó diferencias de época en los métodos, una pérdida de ese olfato de reportero que desempeñaba una buena parte de su rol en la calle, donde ocurrían los hechos. Así lo sostuvo en una de sus últimas entrevistas sobre periodismo: “Yo ya no veo ningún diario como antes. El diario que nosotros hicimos (El Clarín), era popular porque íbamos a la casa de la gente, cosa que hoy es poco usual. Yo dejé ‘las patas’ en la calle, no como ahora que el ‘hueveo’ es por Internet”, cerró.
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