Papa Francisco vuelve a blindar al obispo Barros: "No se puede aceptar que por razones políticas se intervenga la Iglesia"
Siete horas en total estuvieron reunidos 29 obispos chilenos con el Papa Francisco en Roma, en el marco del "ad limina", el encuentro que sostiene la Iglesia chilena con el máximo pontífice cada 5 años.
El presidente de la Conferencia Episcopal Santiago Silva, junto al secretario general Fernando Ramos detallaron para El Mercurio los pormenores del encuentro con el Papa, donde una vez más volvió a defender al cuestionado obispo de Osorno Juan Barros, acusado de encubrir los crímenes de Fernando Karadima en la parroquia de El Bosque. Esto, en la misma semana en que la justicia chilena desligó de toda responsabilidad a la Iglesia en encubrir el caso.
"No se puede aceptar que por razones políticas se quiera intervenir en decisiones de la Iglesia. Esto se pensó y se estudió", les habría dicho Jorge Bergoglio a los cardenales chilenos, entre los que estaba el propio Barros, con quien se mostró "especialmente cariñoso".
Antes, el Papa había dicho directamente que Osorno sufría por "tonta" y que todas las críticas hacia Juan Barros eran inventos de los "zurdos".
Su conexión con Karadima
Según cuenta el libro “Karadima: El señor de los infiernos” de la periodista María Olivia Monckeberg, parte de la influencia que construyó el ex parróco comenzó con una jugada clave: poner a un joven Juan Barros Madrid como secretario personal del entonces arzobispo de Santiago, Francisco Javier Fresno.
En 1983 se produjo la primera denuncia contra Karadima, a través de una carta enviada a Fresno y que, terminaría en la basura.
Después de poner a Barros cercano a Fresno, la influencia de los seminaristas de El Bosque se extendió: Horacio Valenzuela -hoy obispo de Talca- llegó a la vicaria de la zona oeste y Andrés Arteaga pasó a ser obispo auxiliar en Santiago. Después, pasaría a ser nombrado vice gran canciller de la PUC.
Barros por su parte, fue obispo de Iquique antes de ser nombrado en 2004 obispo castrense. Desde que estalló el caso Karadima, se ha justificado en múltiples ocasiones con que no sabía nada de las acusaciones. Sin embargo, su figura comenzó a generar recelo dentro de los altos mandos de las Fuerzas Armadas, quienes habrían ido hasta el entonces ministro de Defensa Jorge Burgos para que presione por cambiar al obispo, según publica un reportaje de la revista Qué Pasa.
El paso de obispo castrense a una diócesis menor como la de Osorno es un paso hacia atrás para dentro de la Iglesia, donde las redes de poder y la “muñeca política” suelen ser más importantes que lo que se cree.
Entrevistado por El Desconcierto, el párroco Ámerico Vidal (sacerdote en Osorno) aseguró que Barros es "hijo de Karadima, tiene todos los rasgos de su mentor".
A dos años de su llegada a Osorno
Mañana martes 21 de marzo se cumplen dos años desde que Juan Barros Madrid llegó a la diócesis de Osorno, tiempo en que la comunidad de la zona se ha dividido como nunca. Dos movimientos de laicos se han formado en la ciudad, unos que critican y otros que defienden al obispo.
Una encuesta realizada en el diario Austral de Osorno es clara en sus resultados: El 99% cree que la llegada de Barros ha agudizado la división al interior de la Iglesia.
Según publicó hace dos meses El Desconcierto, Juan Barros declaró en una homilía ser un enviado de dios y que por lo mismo, "debe seguir lo que dios manifiesta".