Estudio científico refuta que represas sean energía limpia, sustentable y solución al cambio climático
Esta semana el ministerio de Energía sufrió un duro revés respecto de sus planes de convertir gran parte de los ríos de Chile en artefactos hidráulicos, al difundirse el estudio “Gases de efecto invernadero (GEI) producidos por los embalses: Una nueva síntesis global” (“Greenhouse Gas Emissions from Reservoir Water Surfaces: A New Global Synthesis”). El estudio, elaborado por un equipo científico de la Universidad del Estado de Washington, fue publicado en la prestigiosa revista Bioscience, y adelantada por el Washington Post, aumentando la presión por eliminar las represas de la categoría de energías limpias y sustentables, y como respuesta adecuada ante cambio climático. De esta forma invalida uno de los argumentos principales que esgrimen tanto el gobierno como las generadoras a favor de las grades centrales hidroeléctricas.
En resumen, el estudio señala que a pesar de evaluaciones anteriores el 1,3 % de los GEI a nivel global proviene de embalses y represas, aportando mil millones de toneladas anuales de emisiones. Los científicos, originarios de Estados Unidos, Canadá, China, Brasil y Holanda, apuntan al metano como principal componente que emiten los cuerpos de agua artificial, que aunque tiene corta vida en la atmósfera, en 100 años llega a ser 34 veces más pernicioso para el sistema climático que el dióxido de carbono.
Esto da cuenta de que en términos ecológicos los embalses son una tecnología incoherente con los desafíos ambientales, no solo de las comunidades locales sino del país y del planeta, donde el objetivo es mantener los niveles de CO2 por debajo de las 350 partes por millón (ppm) en la atmósfera, buscando que la temperatura global no se eleve por sobre los 2º Celsius, con relación a la era previa a la Revolución Industrial. Sin embargo hace un par de días el Instituto de Oceanografía Scripp de Estados Unidos reconfirmó que desde el año 2014 se superaron los 400 ppm, con lo cual la urgencia de reducir los GEI se convierte en un imperativo de sobrevivencia para la humanidad.
Para las organizaciones integrantes del Consejo de Defensa de la Patagonia (CDP) estos resultados ponen en entredicho la intención del gobierno, a través del ministro de Energía Máximo Pacheco, de reimpulsar la hidroelectricidad incluyendo grandes embalses en el centro sur del país. Chile “tiene el lujo de tener un potencial hidroeléctrico de 14.700 MW en 96 cuencas, que las puede desarrollar bien, respetando el medioambiente, de manera amigable con las comunidades”, señaló el ministro al momento de discutir la recientemente aprobada Ley de Transmisión.
La tozudez del gobierno en represar los ríos de la Patagonia se ha delatado en la discusión de la Política Energética de Aysén con la idea que nuestro país no puede desaprovechar la energía de los ríos del sur” indicaron desde el CDP.
El segundo argumento desplegado por el ministerio y las generadoras es que los embalses, por su capacidad de regulación, serían indispensables para generar energía de base como respaldo para las Energías Renovables No Convencionales, (ERNC), tecnologías calificadas de intermitentes o fluctuantes por depender de los ciclos de la naturaleza. “Es momento que el gobierno asuma que las represas no son limpias, sustentables, ni una respuesta energética apropiada frente al cambio climático. No solo porque generan gases de efecto invernadero, sino porque destruir ríos, degradar cuencas hidrográficas e inundar territorios, nunca será sustentable” señalaron desde el Consejo de la Patagonia. “El imperativo actual socio-ambiental es la protección, conservación y restauración de cuencas” puntualizaron.
“Las y los ciudadanos de Chile, y de la región de Aysén en particular, reafirmamos que los grandes embalses no son alternativas energéticas social y ambientalmente viables para nuestro país” indicaron. El escenario es claro, en la “Encuesta de Percepciones en Energía en Aysén” se refleja que las opciones regionales son la eólica, solar, de paso y recién en un cuarto lugar (solo antes del petróleo y el gas) los posibles embalses.
En enero de este año, organizaciones chilenas publicaron el documento “Crítica a la hidroelectricidad en Chile y propuestas ciudadanas”, donde cuestionan el impulso gubernamental a la generación hidroeléctrica a toda escala, entregando una serie de elementos que hacen concluir que “la hidroelectricidad per se no es una alternativa social y ambientalmente sustentable de generación de energía”. En la publicación se entregan 10 recomendaciones para “planificar, tomar decisiones y diseñar la política y el desarrollo energético en general, e hidroeléctrico en particular”, las cuales no han sido consideradas por el ministerio de Energía y son coherentes con los resultados del reciente estudio de la Universidad del Estado Washington.