Una reflexión sobre el lenguaje discriminador y enfoque del reportaje de Contacto

Una reflexión sobre el lenguaje discriminador y enfoque del reportaje de Contacto "Sida ¿Fuera de Control?"

Por: Luz María Yaconi | 13.08.2016
Respecto del programa mismo, más allá de las cifras que se prodigaron y de la disputa numérica entre autoridades de salud y médicos especialistas, llama la atención el enfoque particularmente biomédico de la investigación centrada en dos temáticas exclusivas: el examen del VIH y los fármacos que tratan el VIH/SIDA.

Hace unos días el programa Contacto de Canal 13 emitió un reportaje de investigación periodística sobre el VIH/SIDA en Chile, titulando: “SIDA ¿Fuera de Control?”, invitando a un grupo de famosos de la TV a practicarse el Test de Elisa porque, según Contacto, “El Sida es una enfermedad que hemos olvidado”. El punto es que cuando no se habla del VIH/SIDA y de lo que no se habla, se olvida, se silencia en lo cotidiano, pasa al olvido.

Fundación Savia, cuya experiencia se remonta a más de 25 años de trabajo activo en la temática del VIH/SIDA, celebra que los medios de comunicación se preocupen e interesen por este importante desafío que debiera ser de permanente interés público, más aún si se trata de un importante medio de comunicación –Canal 13- que por muchos años se negó a emitir las Campañas Nacionales de Prevención del VIH/SIDA en Chile.

Respecto del programa mismo, más allá de las cifras que se prodigaron y de la disputa numérica entre autoridades de salud y médicos especialistas, llama la atención el enfoque particularmente biomédico de la investigación centrada en dos temáticas exclusivas: el examen del VIH y los fármacos que tratan el VIH/SIDA. Tal enfoque, unido a un lenguaje discriminador, antiguo y criticado por la sociedad civil organizada, nos remontó a los años 90 cuando se luchaba por erradicar los nominativos de “víctimas”, “portadores”, “infecciosos” o “contaminados”. El VIH/SIDA en la actualidad es un estado de salud crónico que vive y convive entre nosotros, nosotras.

Sin duda, acercar la brecha entre la comunidad y el acceso al examen del VIH es una prioridad, así como acceder a tratamientos más amigables con menores efectos adversos. Sin embargo, algo fundamental no fue tratado en el programa de TV con la altura que se merece: El rol fundamental que cumple, desde los inicios de la pandemia en nuestro país, las propias comunidades organizadas. Elayne Leyton de la Agrupación ARPEVIH de Antofagasta, valiente mujer, voz comunitaria, habla por muchas y muchos que tal vez por miedo, vergüenza, evitando la discriminación, prefieren el anonimato. Elayne es una reconocida activista por la causa del VIH/SIDA valorada en su región por el trabajo mancomunado que realiza desde su colectivo con diversos sectores comprometidos con la prevención. No obstante, la pauta del reportaje no hace contacto con ese factor humano y político de la activista social que trasciende su situación personal a un compromiso colectivo en pos de mejorar la situación de las personas afectadas, combatiendo la discriminación, denunciando los atropellos y las vulneraciones a los Derechos Humanos. Las comunidades de personas afectadas organizadas y movilizadas son parte fundamental de la respuesta social y política ante la pandemia.

Nuestro país ha caminado desde una estrategia que combina la acción político - comunitaria en materia de prevención del VIH, prestando atención integral hacia quienes han adquirido el VIH, hacia un exacerbado predominio de la farmacología. Hemos transitado desde una compresión política, comunitaria e integral de la problemática del VIH/SIDA a una visión unilateralmente biomédica. Esta política –la biomédica- busca pesquisar, controlar e integrar a más Personas Viviendo con VIH/SIDA en programas de salud pero tal estrategia resulta limitada cuando no se incorporan componentes y determinantes psicosociales que intervienen en una enfermedad que en nuestro país es casi exclusivamente de transmisión sexual, dejando de lado la conducta de los sujetos, no considerando sus trayectorias de vida, sus reportorios sexuales, ni sus percepciones de riesgo. La percepción de riesgo es esencial a la hora de implementar una política de pesquisa activa y masiva -propuesta que destaca el programa Contacto- porque de no mediar una percepción del inseguridad en las comunidades potencialmente afectadas estas no estarían del todo motivadas a la realización periódica de test de Elisa que según establece la misma Ley del SIDA debe ser anónimo y voluntario.

Buscar centrar el debate público sólo en la realización del examen, relegando a segundo plano las políticas públicas de prevención y uso sostenido del condón en las relaciones sexuales, implica desconocer las recomendaciones internacionales y la efectividad de medidas preventivas en poblaciones claves. Del mismo modo, levantar razones economicistas para cuestionar la entrega de medicación para todas las Personas que Viven con VIH/SIDA que lo requieran haciendo crónica una enfermedad que antaño era inminentemente mortal, implica desconocer las luchas sociales, comunitarias, políticas y legislativas por el acceso a la salud y tratamientos efectivos para todos y todas en Chile.

Es bienvenido el debate público sobre el VIH/SIDA en Chile. Debemos hablar más y permanentemente, centrando siempre la discusión en lo fundamental; el acceso universal a la salud, a la información oportuna y permanente, a la prevención del VIH/SIDA e ITS (infecciones de transmisión sexual) ampliando el enfoque biomédico, fortaleciendo el trabajo social-comunitario porque el desafío del VIH/SIDA sobrepasa las dimensiones clínicas transformándose en una apuesta política y educativa.

La educación sexual amplia, abierta y libre de imposiciones religiosas e ideológicas permitirá que nuestras comunidades conozcan y administren mejores herramientas de prevención para la salud y el bienestar social.