La masiva irrupción del movimiento estudiantil en las universidades privadas
Durante el discurso del pasado 21 de mayo, la omisión de las Universidades privadas dentro del compromiso de gratuidad anunciado por Bachelet para el año 2016 terminó por desatar la molestia y acción de los estudiantes. Hoy, desde diversos planteles, sus dirigentes aseguran que la idea de acotar el convenio a las instituciones tradicionales y centros técnicos responde a una discriminación injustificada, que vuelve a abandonar a su suerte a quienes constituyen cerca del 70% de la matrícula total de la educación superior.
Las cosas ya estaban por estallar. Desde la revitalización del movimiento estudiantil, en el año 2011, algunas instituciones privadas comenzaron a organizarse y discutir, experimentando genuinos procesos de politización al alero del debate nacional. Así, se han trabajado diversas demandas que apuntan a la regulación y la democratización al interior de dichos planteles, desafiando los límites que fueron impuestos a las comunidades del sector privado desde la creación de su marco legal en 1981, durante la dictadura de Pinochet.
En el actual escenario, la Universidad Diego Portales lidera la agitación. Hoy, mantienen 10 de sus facultades en toma y una en paro, logrando un 100 por ciento de paralización en todas las cátedras del plantel. "Es el primer año en que nos movilizamos a tan grande escala", reconoce Nicolás Fernández, presidente de la Federación de Estudiantes de la UDP.
"Esta movilización ha incluido a muchísima gente, con un quórum de participación muy alto, donde las tomas han sido validadas, como la toma de derecho, con más de 500 votos a favor y menos de 100 en contra. Nos convertimos en un eje fundamental dentro del movimiento estudiantil, hoy somos la universidad más movilizada a nivel nacional", detalló el dirigente.
A la movilización de la Universidad Diego Portales, se suma la toma de la sede de campus Bellavista y edificio de Psicología de la Universidad Andrés Bello, la paralización de 22 carreras de la Universidad Alberto Hurtado -cuya toma fue desalojada durante el lunes-, el paro de la carrera de Medicina de la Universidad Autónoma de Chile, Sede Talca, y los paros reflexivos y discusiones ya instaladas en la Universidad Santo Tomás y la sede de Viña del Mar de la UNAB. Este escenario, en el marco del paro docente indefinido y de las tomas y paros que también se desarrollan en universidades públicas y liceos, parece complicarse cada día más para el Ejecutivo y el Mineduc.
UN PUÑADO DE ESPERADAS DEMANDAS
Falta de respuestas y un administración inoperante y sorda son algunos de las acusaciones al Ejecutivo que emergen desde el movimiento estudiantil de las universidades privadas. Según explican sus voceros, la ausencia de diálogo y propuestas ha obligado a los estudiantes a plantear su propia agenda. Así, las últimas movilizaciones registradas desde el sector privado responden a un nuevo intento con el fin de que sus demandas sean integradas al debate educacional.
"Las demandas locales corresponden a transparencia, democracia y financiamiento y eso tiene que ver con la discusión nacional, sobre todo porque la futura reforma hoy se está cuestionando si integra o no a las universidades privadas en el convenio de gratuidad", explica Iñaki Martínez, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Alberto Hurtado y secretario general de la UNE.
Al respecto, Martínez precisó que "un criterio fundamental para que las universidades privadas reciban recursos del Estado es que tengan un estamento y una orgánica democrática que permita a la comunidad ver cómo se distribuyen los recursos que ingresan a la institución".
La regulación al sector privado es otro punto fundamental. En este sentido, los estudiantes exigen un tope que ponga freno a las temidas alzas de aranceles y una tipificación clara del lucro como un delito, tal como explica el dirigente de la UDP: "Tenemos la exigencia de que el Estado también debe ser garante dentro del sector privado de una educación de calidad y con rol público"
EL DESVÍO DE EYZAGUIRRE
Durante el mismo discurso del 21 de mayo y posteriormente, en declaraciones del Ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, se señaló que el anuncio de gratuidad comprometería sólo a las instituciones pertenecientes al CRUCh. Sin embargo, tras las múltiples críticas de los rectores de universidades privadas y la agitación de los estudiantes, el Secretario de Estado decidió dar su brazo a torcer.
El pasado martes, era la segunda sesión de la Comisión de Educación de la Cámara, el ministro sorprendió anunciando que las instituciones privadas también podrán optar al compromiso de gratuidad.
"Yo dije hace unos días que el tema de la gratuidad en términos de la cobertura de esta gratuidad, tanto el porcentaje que va a quedar beneficiado en cuanto las universidades que van a poder acceder, no está escrito sobre piedra. De hecho ha habido distintos planteamientos bastante interesantes de algunos rectores, que señalan que el criterio meramente institucional de pertenecer o no al Cruch no parece ser un criterio que sea suficientemente justo", señaló.
Sus anuncios, sin embargo, no fueron recibidos con particular entusiasmo por los estudiantes, que critican enterarse de estos aspectos de la reforma a través de los medios de comunicación y aún no perdonan la falta de voluntad de diálogo del ministro con los estudiantes. "Esperamos que esto avance y no sólo se quede en declaraciones, como ha sido hasta ahora. Esperamos una agenda clara sobre cómo van a hacer los procesos y si se van a integrar a los movimientos sociales a esta discusión", detalló Martínez.
La desconfianza es ratificada por Nataly Campusano, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Andrés Bello de Viña del Mar, quien recalcó que "el Mineduc tiene una conversación pendiente con todos los actores sociales y dentro de ellos, estamos la universidades privadas".
"PRIVADAS NO CALLADAS": LA POLITIZACIÓN DE LOS PLANTELES
La movilización inédita de la Universidad Diego Portales se ha convertido en el símbolo de un movimiento creciente al interior de las universidades privadas. Las diversas reflexiones de los universitarios han apuntado a la conclusión de que "no puede existir ninguna institución que no tenga injerencia del Estado, donde este no se manifieste asegurando calidad en la educación privada donde ha entrado ampliamente la familia chilena", como precisa Nicolás Fernández.
La experiencia de años bajo una cultura organizacional poco democrática y la amplia matrícula del sector privado constituyen dos variables protagónicas de la agitación que hoy da un nuevo impulso al movimiento estudiantil.
"Hoy empieza a robustecerse el movimiento de las universidades privadas por el hecho de que hemos visto en forma descarada las falencias del sistema y el lucro, más allá de las discrepancias políticas", acota la dirigenta de la sede en Viña del Mar de la UNAB, destacando el desarrollo del debate político en instituciones que hasta ahora permanecían lejanas al movimiento.
"El ser humano es político dentro de todos sus aspectos y negar esa posibilidad de desarrollo en una universidad es incorrecto. Hemos estado bien alejados del movimiento, pero ahora nos estamos sumando, en conocimiento de lo que está pasando a nivel nacional", acota Campusano.
A su juicio, "a algunos les asusta que el sector de las privadas se politice porque somos el sector más grande de Chile y organizados en cuestionamiento hacia la educación daríamos un gran golpe a quienes se oponen a las demandas de los estudiantes".
Por estos días, pese a los obstáculos legales, los estudiantes de la educación privada han comenzado a organizarse en búsqueda de democracia. Desde el mismo sector -víctima principal de la mercantilización de la educación- emerge un mensaje señala que renueva el rechazo al lucro, la exigencia de calidad y garantía de acceso al que consideran un derecho, dando nuevos aires al movimiento estudiantil.