Cariola y rechazo a control de identidad preventivo: "Estas detenciones generan sesgo de clase"
La reciente aprobación del control de identidad preventivo en la Comisión de Seguridad de la Cámara de Diputados despertó una acalorada discusión entre los parlamentarios que apoyaron el proyecto y aquellos que, como la diputada comunista Karol Cariola, han tildado la iniciativa de ser una "detención por sospecha" camuflada.
La propuesta, liderada por la UDI, establece que "las policías, a través de su personal de servicio, podrán solicitar la identificación de cualquier persona para cotejar la existencia de órdenes de detención pendientes”.
En entrevista con ElDesconcierto.cl, la parlamentaria Karol Cariola profundizó en las razones que la llevaron a votar en contra de la propuesta.
Diputada, usted se ha mostrado abiertamente contraria a la aprobación de esta indicación sobre el control de identidad preventiva y ha argumentado que se trata simplemente del regreso de la detención por sospecha. ¿Por qué?
Esta es una indicación en el contexto de una ley corta de seguridad, aprobada con votos de la UDI y Renovación Nacional, además de dos votos de la Nueva Mayoría, Gabriel Silber y Daniel Farcas. A todas luces, tal y como queda expresada, es la renovación de la detención por sospecha. Sostengo eso porque en este momento, en nuestro país, ya existen opciones para Carabineros para poder hacer control de identidad en situaciones que están reguladas por la ley. Por ejemplo, situaciones como las aglomeraciones en los estadios, o ante indicios de que ha habido o podría haber un delito, una persona que está arrancando o una persona que es acusada por la ciudadanía. En esos casos se puede proceder a un control de identidad, de la misma manera en que se puede hacer cuando existe flagrancia -por el artículo 129 del Código Procesal Penal- y permite que, después de 12 horas de cometido el delito, Carabineros pueda proceder a hacer un control de identidad en el perímetro donde se produjo el delito a distintas personas aleatoriamente.
Esto ya existe: está contemplado en la ley el hacer control de identidad. Quiero aclararlo para que no se diga que yo no estoy de acuerdo con que existan estas medidas preventivas por parte de Carabineros. En la ley, hoy día está contemplado y reglamentado, con indicios justificados y fundamentos para hacerlo. No puede ser una actitud arbitraria de Carabineros de llegar y detener a una persona y hacerle un control de identidad. Lo que propone esta indicación establece la ley de la selva en cuanto al control de identidad, porque ellos quieren que haya control de identidad indiscriminadamente, arbitrariamente, a cualquier persona, sin ninguna justificación, fundamento ni indicio. Le entregan una justificación abierta a las policías, a Carabineros y la PDI, de poder tomar a una persona en la calle, hacerle control de identidad.
En la aplicación práctica de esa medida, si una persona no lleva su carnet de identidad porque fue a comprar a la esquina de su casa o porque lo perdió, esa persona corre el riesgo -sin tener detenciones pendientes ni siendo un delincuente- de quedar detenido hasta por ocho horas en una comisaría por no tener su control de identidad. Otro ejemplo: si una persona va apurada a su trabajo o a una emergencia y es detenido en la calle por este control de identidad no puede negarse y tiene que acceder al tiempo de acercarse a un retén móvil y que verifiquen sus antecedentes, sólo después de eso puede retirarse. Si la persona se niega al procedimiento, también puede irse detenido. Claramente hay una detención por sospecha porque nadie podría negar que este tipo de situaciones no ocurrirán precisamente en los sectores más acomodados de nuestro país, ni en las afueras de una oficina, sino que se va a dar en los sectores más populares, donde se va a actuar bajo la lógica de un prejuicio.
Usted ha señalado que esta indicación podría terminar aplicándose bajo un sesgo de clases, como suele ocurrir con este tipo de controles.
Absolutamente. Este tipo de detenciones generan un sesgo de clases porque la forma de discriminación que van a tener los Carabineros o los policías para poder tomar la decisión de a quién se hace o no control de identidad va a quedar absolutamente sujeto al criterio personal del efectivo policial. O sea, no es un criterio establecido por la ley, y a mí me parece que eso no corresponde, que es atentatorio de la libertad de las personas. La gran mayoría de los chilenos en este país no somos delincuentes, por lo tanto, que se tomen medidas de este tipo, atenta también contra los derechos individuales y los procedimientos democráticos. En Chile hubo detención por sospecha y fue muy mal utilizada y acá nadie puede desconocer la memoria y nuestra historia, donde este tipo de situaciones fueron utilizadas arbitrariamente e incluso para justificar abusos que llevaron a violaciones de Derechos Humanos.
Creo que hay que ser cuidadosos, sobre todo aquellos que dicen que esto es igual al control de identidad en la carretera, cuando se para a los automóviles. Eso es una falacia, eso es mentira, porque eso responde a otras leyes, que son las leyes del tránsito, que exigen que un automovilista tenga que, por ejemplo llevar la licencia de conducir, para verificar que tenga su permiso y su patente al día. Es algo totalmente distinto.
Por lo demás, cuando se plantea que este control de identidad preventivo, que es la forma que han tenido de disfrazar la detención por sospecha, es la forma de terminar con la delincuencia, estamos absolutamente equivocados. Ninguna experiencia internacional ha demostrado que este tipo de medidas represivas y privatorias de libertad, ayuden al término de la delincuencia. La delincuencia se combate con políticas sociales, desarrollando a nuestro país y entregándoles más oportunidades a los jóvenes. Recordemos que el 70% de las personas que están en la cárcel son jóvenes y el 52% son mujeres que están por microtráfico por ley 20.000, por ejemplo. Si queremos tomarnos en serio la política de seguridad tenemos que tener una mirada más amplia, no como estas visiones que son bastante populistas desde el punto de vista penal.
¿Cree que esta propuesta revive, de alguna forma, el espíritu de la Ley Hinzpeter, en una de las ideas que justamente fue rechazada?
Por eso yo digo que acá lo que está ocurriendo es que están pasando gato por libre. En la ley Hinzpeter se rechazó la detención por sospecha. Entonces, que hoy día se trate de meter con un nombre más bonito, por decirlo de alguna manera, me parece que es sencillamente tratar de ponerle un eufemismo a algo que es claramente detención por sospecha. Incluso más, quiero decir: la detención por sospecha tenía mayor regulación y fundamentos que esto que es la libertad total frente al control de identidad. No hay criterios ni regulación, todo queda al criterio personal y particular de un efectivo policial.
En el marco de estas discusiones, usted sostuvo que sería buena idea reflexionar y ajustar la formación de las policías en Chile. ¿Por qué cree que es necesario?
Bueno, yo me refería a que es necesario un cambio cultural respecto de la visión de la autoridad y el rol de Carabineros, es algo que tenemos que enfrentar como país. Las fuerzas policiales se formaron, durante muchos años, bajo un ordenamiento militar ideado por la dictadura. Muchos resabios de esa visión todavía quedan, lamentablemente, en nuestras fuerzas de seguridad. Yo tengo plena confianza en Carabineros de Chile como institución y creo que los chilenos en general confiamos en Carabineros, creemos que juegan un tremendo rol. Yo personalmente soy defensora también de sus derechos: hay Carabineros que hacen un gran esfuerzo por contribuir a la seguridad nacional, para que no se entienda que estoy en contra de Carabineros como han intentado plantear algunos, porque eso no es así. Al contrario, nosotros los apoyamos y creemos que hay que buscar mecanismos para mejorarles, incluso, sus condiciones laborales, que son a veces bastante decadentes.
Esto tiene que ver con la formación de nuestras fuerzas armadas y policiales en general, que deben ser más armoniosas con la ciudadanía, con las personas y con la seguridad en general. Nuestra seguridad depende también de la organización con la comunidad. Nosotros, por ejemplo, hemos tenido varias experiencias de trabajo en conjunto entre policías con nuestras comunidades, como en Recoleta, por ejemplo. Todo ello ha dado un gran fruto desde el punto de vista de la seguridad y a eso me refiero cuando digo que debe haber un cambio en la formación y mejor convivencia con la ciudadanía en función de la seguridad nacional.