Estados Unidos – Cuba: Un bloqueo que se perpetúa por inercia
El embargo de Estados Unidos contra Cuba ha estado vigente desde 1960, y desde 1962 apenas ha tenido cambios. Es un tema de crítica constante de la comunidad internacional, sin embargo, Estados Unidos continúa año tras año sin alterar su política. En los últimos meses, sin embargo, voces de gran influencia dentro de ese país han dado a conocer su oposición al embargo. Entre ellas, las más destacadas son la de Hillary Clinton, probable candidata presidencial en 2016, y The New York Times, con una serie de artículos editoriales sobre el tema.
El embargo se inició en 1960 después de la Revolución Cubana y durante el apogeo de la política de la Guerra Fría. La intención declarada era presionar económicamente a Fidel Castro y su gobierno, con la intención manifiesta de derrocarlo en nombre de la persecución de los opositores políticos. Al mirar el resto del mundo, sin embargo, la falta de democracia nunca ha sido impedimento para comerciar con los Estados Unidos.
Aunque los Estados Unidos mantienen algunas sanciones económicas contra otros países, en particular contra los que en su opinión “albergan el terrorismo", Cuba sufre las restricciones más fuertes y sigue siendo el único país en el mundo al que para los estadounidenses es ilegal viajar. A pesar de estar en el centro de los cuestionamientos, los ciudadanos de ese país no tienen ningún inconveniente para ir países como Corea del Norte, Irán, Sudán y Siria, por no hablar de aliados estadounidenses como Arabia Saudita.
Mientras, durante los últimos 23 años la ONU ha condenado el embargo consecutivamente, y, este año, la votación fue de 188 contra 2, con sólo los Estados Unidos e Israel a favor. En sus discursos, muchos países señalaron que desde hace años la más importante de las exportaciones de Cuba ha sido enviar médicos a todo el mundo por razones humanitarias, incluyendo a ahora a África occidental para combatir el Ébola. Entonces ¿por qué continuar con la política?
Algunos señalan que en esta inercia es decisivo el poder político de los cubano-americanos, que han demostrado capacidad para acumular influencia dentro del país, además de ser un factor importante en las elecciones locales en el estado de Florida. Sin embargo, parece poco probable que este solo motivo determine el actuar del gobierno nacional.
Continúan, sin embargo, vestigios de la ideología de la Guerra Fría, de la cual Estados Unidos pareció salir victoriosa, pero con importantes matices a la vuelta de la esquina. En Corea y Vietnam, las dos guerras indirectas más grandes vinculadas con el conflicto, los Estados Unidos no pudieron derrocar a sus adversarios. Por otra parte, los latinoamericanos saben bien la desestabilización y destrucción causada por la intromisión del vecino del norte en los asuntos de más al sur.
La Guerra Fría terminó hace 25 años. Actualmente, Cuba no representa una amenaza militar para los Estados Unidos, pero la idea de que el comunismo es el rostro de la maldad todavía es muy fuerte en la mente de la mayoría de los estadounidenses. Fidel Castro es, desde el Caribe, la cara más conocida de ese juicio y eso incita a los actores políticos a no dar señales internas que puedan ser leídas como de debilidad.
Además, Barack Obama, en el peor momento de su popularidad, debe enfrentar permanentemente acusaciones de que es "débil" o que sus políticas son "socialistas". Aunque la evidencia de categórica: después de 50 años de embargo los Castro siguen en el poder. Por desgracia, el funcionamiento político hace que apaciguar a las grandes voces de la derecha, en su caso, sea una prioridad mucho mayor que parecer razonable en la escena internacional.
Cuba ha afirmado que el bloqueo ha causado pérdidas económicas millonarias para su pueblo. Los Estados Unidos han dicho que esas afirmaciones son exageradas y que la isla está usando el embargo como una excusa para los propios fracasos del gobierno. Si el gobierno de Obama tiene razón y los problemas de Cuba no son culpa del bloqueo ¿entonces para qué lo mantiene?
Tal vez, lo más desconcertante es la prohibición de viajar para los estadounidenses. ¿Cómo se puede pretender luchar por la libertad de los cubanos mediante una restricción de las libertades a sus propios ciudadanos? Y si, como la derecha de Estados Unidos cree, el capitalismo es la consecuencia de una nación libre como ellos entienden el término, entonces por sentido común la apertura debería ser el camino para fomentar el cambio interno que ellos esperan en Cuba.
La prohibición del comercio con Cuba significa, entre otros muchos aspectos, que cuando los cubanos tienen acceso a internet, muchos sitios estadounidenses están bloqueados para impedir el comercio. Es decir, el gobierno de Obama está restringiendo directamente a los habitantes de Cuba el acceso libre a la información que reclama para otros países.
Los políticos en los Estados Unidos, como en todas partes, suelen ir a la zaga de los cambios en los puntos de vista de los ciudadanos. Algunas cuestiones, como la legalización de la marihuana, son apoyadas por la mayoría, sin embargo, los políticos todavía no pueden superar el viejo pensamiento. Respecto a Cuba, pareciera ser, la mirada está mutando. Veamos cuantas voces más se suman a las de Hillary Clinton y The New York Times.