Federación Mapuche de Estudiantes: "Ésta es una reforma racista"
¿Cuál es la principal crítica que hacen como FEMAE a la reforma?
Más allá de sentirse excluidos, nosotros evidenciamos un racismo hacia el pueblo mapuche, ya que las políticas se están haciendo sin contemplar el derecho colectivo que posee el pueblo mapuche. El convenio 169, que fue ratificado por Chile, establece que toda ley debe ser consultada hacia los pueblos indígenas, que deben ser considerados.
¿Cómo creen que debiese ser incluida la temática indígena en general pero en particular lo mapuche dentro de una reforma educacional y qué aspecto no debiesen quedar fuera?
Dentro del tema más administrativo, lo que nosotros estamos viendo es incorporar ciertas indicaciones dentro de las leyes que vayan saliendo. Por ejemplo, que las escuelas que estén dentro de las comunidades mapuches y que soliciten su administración, les sea entregada. Por otra parte, que exista la interculturalidad y no solamente para el mapuche sino para que el no mapuche también. Queremos la creación de la Universidad Mapuche, y generar las condiciones para que el pueblo mapuche piense un modelo educativo distinto, que sea pensado para el wallmapu, para la gente que está acá y no con un modelo implantado desde el nivel central. Que se incluya por ejemplo el mapuzungun, que tiene que ser el idioma central dentro del wallmapu.
Ustedes desde el 2011 forman parte del Confech, ¿cómo evalúan el apoyo en general de las federaciones que la componen en esta demanda por una educación pluricultural?
No sólo pedimos una pluriculturalidad sino también una plurinacionalidad, que es lo que se debe dar en este territorio. Nosotros vemos que en general son muchas las federaciones que simpatizan con el pueblo mapuche, yo diría que la mayoría. Sin embargo, el desconocimiento que hay sobre las demandas mapuches es preocupante, porque siempre se termina reproduciendo la misma política que ejercen los partidos tradicionales, y se puede ver lo mismo en el movimiento estudiantil. Como digo, ellos tienen la intención de participar pero tampoco encuentro la forma.
Por ejemplo ahora nosotros ahora tenemos un Congreso, el 30 y 31 de agosto, y tenemos invitados a los dirigentes del Confech. Y esperamos que ellos vengan a escuchar a la gente de las comunidades sobre qué opinan del tema educacional, y puedan lograr ciertas nociones. Finalmente el tema del desconocimiento se debe a que en la educación actual hay un sesgo tremendo con respecto a los pueblos indígenas, donde solamente muestran la parte folclórica, la vestimenta, qué hablan, etc. Pero no se profundiza en el tema de los derechos cívicos que tienen los pueblos indígenas. Eso hace que no solamente los dirigentes del Confech sean ignorantes, sino la sociedad en general.
Este congreso, que es el primero de su tipo, ¿cómo pretende aunar a todos los estudiantes mapuches repartidos en el país?
Eso es lo que se pretende. Ahora, la base de la FEMAE, está en las organizaciones que la componen, que son organizaciones estudiantiles dentro de las universidades y que vienen trabajando y generando discusiones que aportan desde la perspectiva que tiene cada una hacia la FEMAE. Por eso ahora es una coordinación.
Dentro del proceso de socialización que planteó el ministerio respecto de la reforma, están los diálogos ciudadanos que también contemplan reuniones en regiones. ¿Ustedes pretenden participar de estas instancias para plantear su punto de vista?
Si bien son interesantes las mesas ciudadanas para compartir con personas, el problema de esas instancias es que no están siendo vinculantes. Si no son vinculantes, se termina avalando lo que se está haciendo. Ahora hace poco, vino la Comisión de Educación del parlamento a la Novena Región, vinieron a hablar de educación pero no escuchar a nadie, y el tema mapuche brilló por su ausencia. No se dijo nada al respecto, y hubo personas mapuches que cuando levantaron la mano para opinar respecto a la no participación de nuestro pueblo en la reforma, se les negó la palabra. Esa es la tónica que se está viviendo actualmente.
Ante eso, nosotros proponemos acceder primero a una igualdad de condiciones en una conversación, y lo segundo es poder dialogar, que es lo que queremos.
¿Existe algún tipo de coordinación con integrantes de otros pueblos indígenas?
Actualmente no, hemos tenido acercamientos pero eso no se ha formalizado. Pero sí tenemos entendido que por ejemplo los aimaras exigen cosas similares, y en el fondo todos queremos que la reforma pase por el convenio 169. Al menos eso es lo que firmó Chile. Ayer conversamos con el Seremi de Educación durante una toma simbólica que hicimos, y nos decía que la reforma no puede pasar por ese convenio porque no lo contempla, pero sin embargo el convenio es explícito al decir que toda ley que se genere en el país, y que afecte a los pueblos indígenas, tiene que ser consultada hacia los afectados, que en este caso sería el pueblo mapuche, el pueblo aimara, el pueblo rapa nui y los otros.
¿Cuál era el motivo de realizar esa acción?
Nuestro motivo era exigir que el Ministro se pueda manifestar sobre nuestra demanda. Fue una toma simbólica de la Seremi, y queremos que el ministro pueda asegurarnos las condiciones de diálogo para poder instalar la problemática mapuche en el tema de la reforma. Ante eso no hubo mayor respuesta, así que vendrán otras instancias y continuaremos el trabajo que ahora estamos realizando, tratando de buscar la simpatía del Ministro para que nos reciba.
¿Confían en que los pueda escuchar?
Es bien difícil, porque claro, a uno lo pueden recibir, pero las condiciones en las que eso puede ser, es que finalmente pueden entregar un documento, tomar con té y comer galletas con él, pero eso no significa que realmente van a tomar en cuenta la propuesta que se tiene. Lo que nosotros buscamos a través de la movilización que estamos iniciando es generar esas condiciones, y si se dan nos sentaremos a conversar con ellos.
De todas formas nosotros seguiremos llamando la atención a nivel internacional de nuestra visión, porque consideramos finalmente que ésta reforma, como está planteada, es una reforma racista.