Pascua Lama, Freirina y Punta Alcalde: otra vez Huasco
En realidad, no se veía venir. La Tercera Sala de la Corte Suprema rechazó el recurso de protección presentado por las comunidades del Valle del Huasco en contra de la Central Termoeléctrica Punta Alcalde, de Endesa, sellando por vía judicial una de las últimas esperanzas de los vecinos.
Nunca les preguntaron qué opinaban, al igual que en diversas iniciativas similares a lo largo y ancho de Chile. En tanto, el fallo de la Corte Suprema que dio luz verde al proyecto estuvo presidida por el recién nombrado ministro Sergio Muñoz, quien otorgó su voto favorable y redactó el pronunciamiento que también otorgó recomendaciones de tipo ambiental a la iniciativa.
"No se puede obviar la circunstancia de que el funcionamiento de la Central Termoeléctrica Punta Alcalde podría eventualmente generar efectos perniciosos para el medio ambiente, de modo que, si bien la decisión de autorizar su puesta en marcha no puede ser reprochada por este medio procesal, se dispondrá, (...) la práctica de determinadas medidas, cuyo detalle es el siguiente, y sin cuya efectiva verificación la Central en comento no podrá comenzar a operar ni, llegado el caso, continuar haciéndolo", señaló el fallo.
Las comunidades y las ONG's que han seguido el tema ya manifestaron sus reparos ante las recomendaciones del órgano judicial y los compromisos que exige por parte de la empresa, entre los que se encuentra la contratación de mano de obra, la elaboración de un plan de turismo y la implementación de una web con información del proyecto, entre otros. Desde la perspectiva de los habitantes de la zona, y tras las experiencias de Pascua Lama y Freirina, las instituciones ambientales y judiciales parecen haber sido sobrepasadas, incluso ante la evidencia de desastres medioambientales recientes.
De hecho, muchos kilómetros al sur de Huasco, en Valdivia, la empresa Celulosa Arauco Constitución (Celco) fue declarada responsable de la contaminación de cursos fluviales que generó la muerte de miles de cisnes de cuello negro. Por ello, la Corte Suprema condenó a Celco a pagar una escueta multa de 32 millones de pesos. Y no se hable más del tema.
Maltratados por el desgaste y el estrés que ha significado enfrentar la mano de grandes inversionistas en el Valle y acosados por la religión fundamentalista del progreso, los habitantes del Huasco han aprovechado de fortalecer sus lazos comunitarios y de organización y ya se preparan para llevar a Punta Alcalde a organismos internacionales.
Hoy, las empresas se enfrentan a un pueblo que ya ha entrenado más de una vez su capacidad de resistencia y que no está dispuesto a sentarse a ver cómo su entorno se tiñe de gris, tal como hace unos meses Freirina se colmó de basura y moscas.
Esta vez, los disfraces de la Responsabilidad Social Empresarial y otras artes de las empresas han caído para siempre en Huasco, que ha descubierto en la invasión de las inversiones el valor del derecho a vivir en paz y el escaso significado de éste ante los tribunales ambientales y los máximos órganos de justicia. Por ahora, tal como demostraron al pie de un bloqueo callejero tras el fallo, la pelea tendrá que continuar lejos de las instituciones.