Bárbara Salinas, abogada ciudadana: “La esclavitud del siglo XXI es pagar, pagar y pagar”

Bárbara Salinas, abogada ciudadana: “La esclavitud del siglo XXI es pagar, pagar y pagar”

Por: El Desconcierto | 06.01.2014

Bárbara Salinas¿Cuál es tu relación con el proyecto minero Pascua Lama?

Represento una empresa canadiense (Mountainstar Gold) que reivindica derechos sobre pertenencias mineras que forman parte de Pascua Lama, que es un proyecto que se enmarca en acuerdos bilaterales chileno-argentinos hechos a la medida. El Decreto 179 del 2004, que es un “protocolo de adecuación” que tiene rango de tratado bilateral con Argentina, regula las condiciones para que la mina funcione: se establece dónde se va a emplazar y se especifican las pertenencias mineras que Barrick afirma que son suyas y entre las cuales están las de mi representada. Claramente no está definido que sean propiedad de Barrick. El año 2001, el 14º Juzgado Civil de Santiago decretó precautoriamente la prohibición de celebrar actos o contratos sobre estas concesiones mineras, medida que está aun vigente

¿Es decir, el Estado, al emitir este Decreto 179, pasó a llevar una resolución judicial?

No se debería haber promulgado en los términos en que se hizo. Esto tiene un vicio de origen y es gravísimo. Es como vender una casa hipotecada sin decirlo. ¿Cómo es posible que esto se les haya pasado a los que emitieron ese decreto en el Ministerio de Relaciones Exteriores? Esto es parecido a lo que pasó con el litio. Uno se pregunta: ¿cómo se les pasó a quienes adjudicaron la licitación a Soquimich que esta empresa tenía litigios con el Estado cuando por bases no se podía?

¿Y cómo es que se les pasó?

Una revisión de títulos es elemental. Barrick no ha podido demostrar judicialmente que tienen esos títulos. De aquí surge nuestra tesis de que por parte de Barrick hay un delito de falsificación ideológica de un instrumento público, adjudicándose dichos títulos. No tengo ninguna duda de que Barrick sabía todo esto. Ahí está el dolo directo.

"Sin perjuicio de lo hecho por Barrick, igual hay una tremenda responsabilidad del Estado, que debió haber validado la información que Barrick le entrega. Lo menos que puedo pensar es que hay un grado de negligencia tremenda".

Pero la responsabilidad de un decreto no es de Barrick: es del Estado…

Sin perjuicio de lo hecho por Barrick, igual hay una tremenda responsabilidad del Estado, que debió haber validado la información que Barrick le entrega. Lo menos que puedo pensar es que hay un grado de negligencia tremenda. El tema de las responsabilidades políticas también lo estamos investigando. No quisiera pensar –aunque podría, desde luego– que el Estado de la época fue parte en esto.

¿Cómo interpretas todo esto globalmente? ¿Por qué sucede que una tremenda empresa parece hacer lo que quiere? ¿Qué está pasando?

Cuidando mis palabras para no ganarme una querella, yo creo que esto es posible por el tamaño, los recursos y los contactos de la empresa, la que no trepida en hacer lo necesario, con límites digamos bastante laxos, para lograr sus objetivos. Hay un discurso hacia afuera que es muy distinto a lo que efectivamente se hace. Es una empresa que está acostumbrada a hacer lo que quiera, es cosa de ver su historia. Es su estilo de trabajo, no me lo explico de otra manera. Barrick tiene mucho poder: es la compañía minera más grande del mundo y éste es su proyecto estrella. Cuando uno ve las cifras, las utilidades proyectadas, es demasiada plata, y por eso es perfectamente posible pensar que para sortear ciertos problemas está el recurso fácil de ofrecer dinero. A mí no me consta, pero sí puedo pensarlo.

Bárbara Salinas 1¿Qué crees que va a pasar finalmente con Pascua Lama?

Creo que es un proyecto que, si quiere existir y continuar, se va a tener que reformular: el elástico se está estirando demasiado; tienen muchos problemas. Sus propios trabajadores están desencantados. Los problemas ambientales que han tenido fueron advertidos por ellos, pero no les hicieron caso y ahora están paralizados por lo mismo que sus trabajadores habían dicho. Es impresentable. Eso demuestra que los ejecutivos poseen dos atributos: una enorme soberbia y una tremenda negligencia. Esa combinación me hace pensar que es difícil que el proyecto pueda continuar. Se les acaba el crédito, se hace indefendible. Da pena por todos los trabajadores que pusieron allí sus expectativas, aunque ya han despedido a más de la mitad. Pero Pascua Lama, por muy maravilloso que lo hayan pintado, por mucha plata que represente, no puede ser a cualquier precio. Sería un error que siguiera adelante, no veo ninguna intención de cambio en sus directrices, desde el inicio estaba planificado hacerlo de esa manera. Más de fondo aun: Chile tiene mucho mineral, del norte hasta Magallanes, y estos proyectos sientan precedentes y por eso es importante que aborte. No estoy en contra de la minería, pero se puede hacer bien. Me cuesta entender cómo son tan idiotas para hacer las cosas tan mal, si los perjudicados a la larga son ellos mismos. Demasiada soberbia: a ellos les da lo mismo pagar una multa o cancelar 25 millones de dólares en finiquitos. Para ellos no es nada. En esas manos, es un proyecto que quiero pensar que no va a prosperar.

PRIVILEGIOS Y GROSERÍAS

¿Crees que los derechos tuyos y, por extensión, de los ciudadanos chilenos, están protegidos?

No del todo. El estándar no es el que quisiéramos. Por ejemplo, es posible que mi teléfono o mi computador estén intervenidos, ilegalmente. El ciudadano común no está protegido porque hay mucha desigualdad e inseguridad y está obligado a participar en sistemas de salud, jubilación, farmacia, retail, etcétera. en los cuales es evidente que se producen abusos que son groseros. Hay una asimetría de poder y la calidad de los servicios está en función de los recursos que se tengan. En Justicia, me parece que ella existe en la medida en que se tengan o no recursos. No es igual el trato. Eso está enraizado en el sistema. Por ejemplo, un Tribunal inicialmente dejó sin medida cautelar al sacerdote O’Ryan, que tiene mucha gente que lo apoya con cartas pagadas en El Mercurio. A otra persona, por la misma acusación, no te quepa la menor duda que lo hubiesen dejado con medidas cautelares. Otro ejemplo es el caso La Polar, en que el principal imputado (Pablo Alcalde) de una estafa a millones de chilenos está de vacaciones en Zapallar porque se le alzaron las medidas cautelares. Este señor tiene un montón de garantías, ¡con una caución de 1 millón de pesos, cuando tiene un patrimonio conocido de 8 mil millones de pesos! Otro ejemplo: en Chile existe un sistema de asistencia jurídica a los imputados, acorde a sus ingresos. Pero eso no existe para las víctimas, quienes deben defenderse con sus propios recursos. Me llama la atención que los candidatos no le pongan énfasis a esto. No es tema.

Esta desigualdad se ha exacerbado en Chile en los últimos años. Parece formarse un sistema articulado de complicidades que deja al ciudadano común en la indefensión. ¿En qué tipo de sociedad estamos viviendo?

No es una sociedad que mí me gusta, ni la que quiero para mis hijos y nietos. La brecha se agranda y eso genera descontento y una agresividad sistémica; se fortalece la delincuencia, es como una bomba de tiempo. Esta sociedad es una especie de esclavitud que te mete en una máquina de consumo de la que no te puedes salir. Son groseras las ganancias de los grandes grupos económicos. Y las elecciones dan lo mismo: el sistema está tan instalado que no hay alternativas de hacer cambios políticos. Hoy los grandes líderes son los presidentes de los conglomerados económicos que manejan este mundo a control remoto, como un gran juego. Y veo difícil el cambio, aunque la gente descontenta me da esperanza, estamos despertando, a pesar de que intentan adormecernos. Hay una fuerza que está en el aire, que lucha. Me llama la atención que frente a sus problemas, las grandes empresas recurren a las agencias de comunicaciones. Y eso es porque se cuidan del descontento de la gente.

¿Qué se requeriría a tu juicio para avanzar un poco más? El mero descontento no basta…

Creo que la educación es muy importante, en el sentido de despertar conciencia, ser una sociedad más culta, más crítica. Mucha gente no comprende lo que lee. Desde luego que hacen faltan liderazgos. Cuando surgieron estos líderes estudiantiles, Giorgio Jackson, Camila Vallejos, uno los veía bien empoderados en su lucha, pero ¿qué están haciendo ahora? ¡Son candidatos a diputados! Lo que escribieron con la mano lo borraron con el codo. Fueron absorbidos por el sistema. Y con pataleta, además. Giorgio Jackson exigiendo, aceptó ir blindado. No va a ganar en buena lid. Al final va por un camino de flores. Hace falta otra clase de liderazgos.

MORIR DE INJUSTICIA

¿Por qué estás en estas peleas?  ¿Por qué estudiaste derecho? ¿Hay relación entre las dos preguntas?

Suena cliché, pero el derecho es una herramienta para aportar, y siento que lo mío va por este lado. Defender bien una causa que creo justa para mí es impagable. Me tocó, por ejemplo, promover un acuerdo entre una pareja joven separada que se amenazaba con las penas del infierno y logramos que salieran conversando respecto del cuidado de su hijo. Ahí digo: qué linda esta profesión, que aporta calidad de vida a ese niño y a esos jóvenes.

¿Que es para ti lo justo?

Dar a cada uno lo suyo, pues no todos somos iguales. La discriminación puede ser positiva también. Fuero maternal, por ejemplo.

Paullman, Luksic, Angelini, Solari, tienen lo suyo… se podría decir que se lo ganaron trabajando….

Pero no es tan así, porque si tú lo haces a costa de malos sueldos y tienes una tremenda utilidad que no la traspasas –al menos en parte- a tus trabajadores, pierdes legitimidad. Por otro lado, en el retail han ganado muchísimo dinero con los sistemas crediticios abusivos, con necesidades reforzadas por una máquina de publicidad, entonces ya no es tan “lo suyo”. Es complejo definir qué es lo suyo. Hay un sistema del cual uno es esclavo. La esclavitud del siglo XXI es pagar, pagar y pagar. Y siempre a más o menos los mismos.

¿Cuál es la mayor injusticia que te ha tocado ver de cerca?

Ver gente que se ha muerto porque no tiene recursos. Tuve un caso muy cercano y fue muy fuerte, que si hubiera accedido a un buen servicio de salud estaría vivo. Es de lo más injusto que he visto, me genera mucha pena, era un padre, que tenía hijos, y a esos niños hoy les falta el papá. ¿Por qué la vida de esa persona va a valer menos que el que tiene una billetera más grande? ¿Y a cuánta gente le ha pasado lo mismo? Cuando uno va a la farmacia y ve gente de la tercera edad comprando sus remedios, juntando las monedas hasta el peso me da una pena enorme. Hoy todos vivimos con un miedo a envejecer, a no saber cómo te las vas a arreglar de viejo.  Conozco gente que a los 40 ya está pensando en cómo reducir sus gastos, no por opción, sino porque el sistema te obliga, para no ser un cacho para los hijos, que ya tienen sus propias complicaciones y deudas. Lo encuentro terrible e injusto que en la mitad de tu vida te estés cercenando, pensando cómo lo vas a hacer para sobrevivir cuando seas viejo. En cambio en la cultura oriental a las personas mayores se les respeta. Acá a los 50 años si no estás bien posicionado, estás mal. No hay respeto ni por las canas ni por la experiencia, siendo que todos vamos para el mismo lado. El otro día vi a un viejito en la calle empujando un carretón, en una avenida entre los autos, y me puse a llorar, no paraba de llorar, ¡Ese señor no debería estar así en la calle, debería estar en su casa, tranquilo, calentito, con su plato de comida, descansando! ¡Esa weá no puede ser!