"Inés del alma mía": La furia de Lautaro
A lo largo de la historia la mujer ha sido marginada y ninguneada por el mero hecho de ser mujer. Inés del alma mía, serie basada en el libro de Isabel Allende, rescata y reivindica la figura borroneada y subvalorada de Inés de Suárez, interpretada por la actriz española Elena Rivera. Excluida por la historiografía oficial, casi siempre escrita por hombres, la serie la instala como una mujer con un sitial político a la par con Pedro de Valdivia (Eduardo Noriega).
La escena más poderosa es cuando Inés de Suárez decapita a los caciques el 11 de septiembre de 1541 durante el ataque a Santiago de Michimalonco, personaje a cargo del actor chileno Gastón Salgado. Ella misma toma la espada, corta las cabezas de los rehenes y las exhibe en público.
Se cree que lo hizo o lo mandó a hacer para despertar la rebeldía del pueblo mapuche y provocar la furia de Lautaro –en ese momento, llamado Felipe al ser occidentalizado por Valdivia– en defensa de su nación oprimida. En la serie, Inés admira la valentía y dignidad del pueblo mapuche, y es ella quien convence a Valdivia de ofrecerles la paz. En una escena, Valdivia le dice a Michimalonco:
-Mi pueblo y yo admiramos al gran pueblo mapuche. En todos mis años de guerrero al otro lado del mar jamás vi luchadores como ellos. Tu pueblo y el mío unidos pueden ser grandes. Te ofrezco la paz entre nosotros.
Inés del alma mía permite establecer alegorías y paralelismos con el presente. Las mujeres han mejorado sus condiciones, aunque hay temas donde las tratan todavía como si estuviéramos en el siglo XVI. Si recordamos el calvario sinfín de los recientes femicidios o los bochornosos argumentos de la derecha contra la despenalización del aborto bajo tres causales, se comprueba que hasta hoy en Chile las mujeres son vulneradas en sus derechos, miradas con sospecha o relegadas a un lugar secundario, subordinado al discurso machista.
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En una época en que las mujeres no tenían derechos ni acceso a la educación, Suárez aprende a leer con el libro de caballería del Amadís de Gaula y se embarca hacia el Nuevo Mundo en búsqueda de su marido Juan de Málaga. No solo usa armadura –lo que equivalía a vestir de hombre, como Juana de Arco– y cruza con valentía el desierto de Atacama, sino también es vista como bruja al saber detectar dónde hay agua.
Asimismo, ostenta dotes administrativas –gracias a su gestión, Santiago se convierte en un lugar próspero– y ella misma elige a Rodrigo de Quiroga (interpretado por Benjamín Vicuña) como pareja para acallar las acusaciones de adulterio contra Valdivia.
Después de que Inés y Quiroga contraen matrimonio, Valdivia vuelca toda su frustración a la conquista del Wallmapu y se propone el descabellado plan de finalizarlo lo antes posible. Su ira y hambre de gloria le costarían la vida.
La trama apoya la idea de que la conquista española fue genocida e impuso una civilización de muerte, de destrucción de la vida. Al contrario, la cosmovisión mapuche integraba la protección de la naturaleza y el medioambiente, característica que marca su pasado, presente y futuro como pueblo.
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La recreación histórica en ambientación, vestuarios, locaciones y escenografía equivale a la de una gran producción o más bien a la de un western colonial. Sobre una extensa explanada, el pueblo mapuche disputa una pequeña pelota. La golpean con bastones de madera curvados. El quinto capítulo comienza así, con el juego sagrado del palin, ritual mapuche que servía como entrenamiento para la guerra. Bautizado como “chueca” por los españoles, fue prohibido por la Iglesia católica en el siglo XVII. A pesar de ser despojada de la mayoría de sus elementos rituales, la ceremonia sobrevivió a la colonización, al igual que el pueblo mapuche.
Entre líneas, la serie pone en tabla temas contingentes como el feminismo, nuestro racismo fundacional, la persecución política de la herencia cultural mapuche, la restitución de tierras a los pueblos originarios, la lucha del pueblo mapuche por recuperar sus derechos, la actual militarización de la Araucanía y la necesidad de la declaración constitucional de Chile como un Estado plurinacional.