Subsecretario Araos: “Identificamos varias deudas del Estado en temas de reparación”
El Ministerio de Salud lanzó el Plan de Acompañamiento y Cuidado para personas Víctimas de Trauma Ocular (PACTO), en el marco de la Agenda Integral de Verdad, Justicia y Reparación anunciada por el Presidente Boric en mayo pasado.
La iniciativa busca convertir el programa de salud en una política continua e integral, fortaleciendo su cobertura y dotándola de nueva infraestructura, con espacios más “seguros, modernos y acondicionados” para los sobrevivientes y capacitación para ofrecer “atenciones dignas, empáticas e integrales”.
En conversación con El Desconcierto, el subsecretario de Redes Asistenciales, Fernando Araos Dattoli, ahonda en los detalles del plan y releva la labor que cumplió la senadora Fabiola Campillai, quien “fue muy importante en restablecer la confianza con muchas víctimas, y apoyar el trabajo de desarrollo”.
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- ¿Cómo se gestó el programa PACTO?
El primer trabajo que hicimos fue hacer un diagnóstico de con qué recursos contaba la red asistencial para poder modelar un programa de reparación y de acompañamiento integral. En eso hicimos un trabajo participativo con sobrevivientes y víctimas, y sobre todo con la participación de agrupaciones, donde identificamos varias deudas de parte del Estado en temas de reparación, y de no revictimizar.
Este trabajo en conjunto consistió muy fuertemente en recuperar confianzas, porque identificamos que muchas atenciones incurrían en revictimizaciones, y para nosotros fue muy importante rediseñar totalmente el programa de atención a víctimas de daño ocular producto de agentes del Estado, y ahí nace PACTO.
Lo lanzamos no sólo con agrupaciones, sino que contamos con el apoyo, la colaboración y el trabajo de la senadora Fabiola Campillai, que fue muy importante en restablecer la confianza con muchas víctimas, y apoyar el trabajo de desarrollo.
- ¿Cuántas personas podrán ser beneficiadas por este plan?
Tenemos registro de aproximadamente 400 personas con daños oculares, más 50 personas que han tenido otro tipo de lesiones de mayor gravedad, pero sabemos que hay más víctimas o sobrevivientes, pero por desconfianza no han accedido.
Dentro de este programa de reparación tenemos dos maneras de acceder; una vía presencial, que en los distintos establecimientos del país tenemos un referente de este programa para coordinar las distintas atenciones que requieran tanto las víctimas como sus familias, y también una página web, donde se ve el detalle del programa, pero además tiene un formulario confidencial para poder ingresar o hacer solicitudes de contacto a personal del programa, para darle las orientaciones y agendar las atenciones que requieren.
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- ¿Cuál dirías que es el principal reclamo de las víctimas?
La falta de confianza que ha existido en un inicio, que se ha ido recomponiendo a medida que hemos ido avanzando en el trabajo. En esto, fue muy importante el trabajo de la senadora Campillai como facilitadora de este proceso.
Creo también que la selección del personal a cargo de este programa fue una necesidad principal, que tuvieran una capacitación de sensibilidad con los Derechos Humanos, pues muchas veces se vieron afectados producto de la poca formación del personal que, a veces, los atendió.
En esto planteamos un plan, en conjunto con la Universidad de Chile, para que todo el personal que participe de este programa, tenga una capacitación específica para la atención al sobreviviente de violaciones a los DD.HH., un enfoque de derecho muy importante, que también va en el contexto del Ministerio de Salud, pero en particular, un curso diplomado para las personas que trabajen en este programa.
Lo otro es respecto a atención de salud mental, que tenía una evaluación deficitaria en cuanto a que no tenían todos los medicamentos o la posibilidad de atención y acompañamiento, para ellos y sus familias. Esto también fue algo destacado, y lo otro es que habían algunas solicitudes de atenciones con tiempos de espera un poco prolongados para ciertas cirugías, o atenciones, o de recambio de prótesis, por ejemplo, donde les daban prótesis pero habían dificultades para el recambio. Esas son barreras que estuvimos levantando.
También habían muchas personas que venían a Santiago, y una necesidad del costo de traslado para venir a las consultas y atenciones de salud, que ellos y sus familias tenían que incurrir en esos gastos y muchos de ellos alojar en Santiago. Eso es algo que también quedó incorporado en los lineamientos del programa PACTO.
-¿Qué diferencia a PACTO del PIRO (Programa Integral Reparación Ocular) del gobierno de Piñera?
Incorporar a las familias en este proceso de atención también es algo diferenciador. Este programa nace del trabajo en conjunto con sobrevivientes y agrupaciones, reconociendo las necesidades que ellos mismos han puesto en la mesa de trabajo que tenemos.
Por otro lado, hemos incorporado, no solamente la atención exclusiva de daños oculares, sino también atenciones para el ojo sano y otros problemas de salud, por eso es un programa de acompañamiento y cuidado; la idea es que sea durante todo el ciclo vital, no una atención en particular por la lesión ocular propiamente tal, también las atenciones preventivas del ojo sano, la entrega de ayudas técnicas como antiparras y lentes.
También el apoyo a la salud mental, en estos planes de reparación, que no sea una atención sino que sea acompañado con el compromiso que serán atendidos en todo su ciclo vital, de aquí en adelante.
Además, se busca una atención descentralizada, no que todo esté en Santiago. Si bien la gran mayoría de la gente está en Santiago, hay personas en Concepción, Valparaíso, Puerto Montt, La Serena, Antofagasta, y lo que hicimos fue nombrar y establecer programas en otras regiones de atención y reparación a los sobrevivientes.
Este programa aspira a estar en constante desarrollo para incorporar a otras víctimas que no fueron necesariamente de trauma ocular, pues hay muchos heridos y lesionados con perdigones en otras parte del cuerpo, por ejemplo. Algunas lesiones, como las fracturas u otros tipos de atenciones que habían quedado fuera del programa PIRO, han sido incorporadas. Tenemos pensado para el próximo año aumentar el presupuesto, precisamente para aumentar las atenciones a pacientes.
-¿Será suficiente este plan para avanzar en las reparaciones a las víctimas del estallido? ¿En qué otras iniciativas están trabajando?
Este es un programa que todavía está en desarrollo, y esperamos mantener ese desarrollo desde la perspectiva de Salud, para reparar y acompañar en este camino a las víctimas y sobrevivientes de lesiones y agresiones por parte de agentes del Estado. Pero esto no solamente queda aquí, hay necesidades de las mismas víctimas, de sus familiares y de agrupaciones, que van orientadas a otras reparaciones.
Hay una mesa que fue lanzada por el Presidente, junto con PACTO, que realiza la Subsecretaría de Derechos Humanos, del Ministerio de Justicia, con las mismas agrupaciones, con el objetivo de hacer un proyecto de ley de Acompañamiento y Reparación Integral, para sobrevivientes o víctimas de la violencia de Estado en el contexto del estallido.
Sé que han estado trabajando, que hay distintas demandas producto de estas lesiones o daños. Por ejemplo, tenemos muchos pacientes que han perdido estudios o trabajos asociados a la pérdida de daño ocular que han tenido. Frente a esto, hay una mesa de trabajo interministerial comandada por la Subsecretaría de Derechos Humanos para encausar y juntar los proyectos de ley en un proyecto más amplio, de reparación y acompañamiento integral.