El fiscal regional de La Araucanía y jefe de la investigación, Roberto Garrido, dio a conocer los pocos avances en la investigación, los cuales podrían permitir la captura de los culpables del crimen de tres funcionarios de Carabineros de Chile.

El pasado 27 de abril, día del aniversario de la institución, Carlos Cisterna (43), Sergio Arévalo (34) y Misael Vidal (30) sufrieron una emboscada cuando iban a constatar un arresto domiciliario nocturno durante la madrugada en Cañete, siendo asesinado en violentas circunstancias.

Ante esto, el fiscal Garrido reveló que "de la evidencia que hemos ido procesando, encontrada en los dos sitios del suceso, la conclusión principal es que nos permite vincularlas en otras acciones violentas, ocurridas en tiempo reciente también en la misma zona”.

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“Hemos establecido que la acción realizada contra los funcionarios de Carabineros fue una acción planificada. Podemos hablar directamente de una emboscada en la que se estudió el lugar, además de la rutina de los funcionarios", añadió a El Mercurio.

En ese sentido, el fiscal Roberto Garrido evidenció que “a raíz del estudio que suponemos se realizó de las rutinas de los funcionarios de Carabineros, el análisis de cómo se controlan las medidas cautelares permitió detectar brechas en la seguridad de los funcionarios, tales como la desactivación del cierre centralizado de la camioneta, lo que permitía entonces, por algunos instantes, abrir las puertas del vehículo y atacar a los ocupantes del blindado".

Para cerrar, el persecutor dejó entrever que los asesinos, aún no identificados y con paradero desconocido, conocían la medida cautelar que los funcionarios iban a vigilar, estudiaron la zona y actuaron con guantes quirúrgicos para no dejar huellas que permitieran su posterior identificación.

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