Alejandro Gil Gómez acusa irregularidades en vacunatorio de Clínica Las Condes, luego de ser sorprendido exigiendo una tercera dosis para él
Alejandro Gil Gómez, presidente de Clínica Las Condes que fue sorprendido al exigir una tercera dosis de la vacuna contra el COVID-19, anunció que presentará una acusación por pérdida de vacunas en la institución de salud que preside.
Esto, luego de que el gobierno presentara una denuncia ante la Fiscalía Metropolitana Oriente por el presunto delito de apropiación indebida. De acuerdo a lo indicado en diario La Tercera, esta demanda que anunció Gil sería un "contraataque" a su actuar por recibir una tercera inoculación. Según indicó el mismo medio, además, la accionista controladora sería pareja del presidente de CLC, Cecilia Karlezi Solari, mediante el Grupo Auguri.
Jerónimo García, persona cercana a Gil y quien realiza la auditoria al interior de la CLC, explicó a La Tercera que se encontró una "serie de irregularidades" en la manipulación de las vacunas. Además, mencionó que pondrán a disposición del Minsal los antecedentes para que se realice la investigación.
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Según explica García, lo que levantó las sospechas fue un acta realizada el 2 de julio pasado, por Leticia Ortiz, ex jefa de los Servicios Ambulatorios de la institución. Allí se detalla que ese día la profesional eliminó cuatro vacunas provenientes del Lote EY0585, de Pfizer-BioNTech que caducaban el 31 de octubre del presente año.
En dicho informe se explica que las vacunas fueron descartadas porque quedaron a la intemperie al final del turno de vacunación, lo que podría afectar su efectividad. Acá, las autoridades de la CLC sospechan que las vacunas del acta no fueron eliminadas, sino que aplicadas a personas no habilitadas por el cronograma de vacunación para recibir las dosis. También se baraja la opción de que pudieron ser vendidas a usuarios que solicitaban una dosis extra de manera irregular.
Cabe mencionar que Leticia Ortiz renunció a su cargo como jefa Servicios ambulatorios de la institución de salud, luego de que se descubriera que Gil Gómez se habría inoculado con una tercera dosis de la vacuna fabricada por Pfizer.
Por los hechos anteriores, la clínica decidió efectuar una auditoría que se encuentra en curso y las sospechas apuntan a la encargada del vacunatorio. Tampoco descartan la participación de otros funcionarios involucrados en esta presunta vulneración de protocolos.