Menor del caso Pío Nono habla por primera vez sobre lo ocurrido: “Psicológicamente no me siento bien”
El menor de edad identificado con las siglas A.J.A.A. entregó, por primera vez, su relato de los hechos ocurridos en octubre del año recién pasado, cuando fue empujado por un carabinero hacia el lecho del río Mapocho, en el Puente Pío Nono.
Esto, en el marco de la investigación para determinar la responsabilidad del ex carabinero Sebastián Zamora, imputado por el homicidio frustrado de A.J.A.A.
Según recoge El Mercurio, el pasado 12 de enero el joven se dirigió a las dependencias de la Brigada de Derechos Humanos de la PDI y entregó su declaración. Acompañado de su madre, el adolescente relató los hechos que lo dejaron una semana hospitalizado, y con secuelas psicológicas.
“Salí de mi casa el viernes 2 de octubre de 2020 a eso de las 16:30 horas, tomando una micro y luego el metro que me llevó hasta la Estación Parque Bustamante, donde me junté con algunos amigos con quienes caminamos hasta la Plaza Italia”, comenzó relatando.
“Había una manifestación en el sector de Plaza Italia. En ese lugar me separé de mis amigos, quedándome solo. Me gusta andar solo”, agregó.
Después, el menor señaló que “los Carabineros empezaron a reprimir (...), no dejaron que la gente se reuniera en Plaza Italia. Cuando digo que comenzaron a hacer lo mismo, es que lanzaron agua con el ‘guanaco' y lacrimógenas. Arranqué a calle Pío Nono y de ahí hasta el Parque Forestal, donde hicieron una encerrona y volví a arrancar hacia calle Pío Nono, cuando de repente sentí un empujón mientras corría por la vereda poniente del puente Pío Nono”, agregó.
“Sentí que me agarran desde atrás, con ambas manos”
El menor detalló que “en este punto vi que el ‘guanaco' comenzó a avanzar y tras él había un piquete de Carabineros que los vi corriendo. Me di cuenta altiro de que venían corriendo porque empiezan a gritar. Además de mí, corría más gente“.
“Yo iba arrancando cuando sentí que me agarran desde atrás con ambas manos por sobre mi mochila, a la altura de mis costillas, debajo de mis axilas. Sentí un empujón que me levantó y choqué con la baranda poniente del puente Pío Nono”, relató.
A.J.A.A. explicó que, tras sentir que fue empujado al lecho del río Mapocho, no recuerda nada más hasta despertar junto a los rescatistas.
“Después de eso desperté en una camilla abajo del puente. Quise levantarme y no pude porque un rescatista me dijo que no. Yo quería levantarme, pero me di cuenta de todo lo que me pasaba. Estaba tapado de sangre en la cabeza y las muñecas con cartón, ya que me estabilizaron para no poder moverlas. Cuando desperté vi dos personas, un rescatista y otro niño que al parecer es la primera persona que llegó a ayudar”, contó.
Además, indicó que “en la camilla, abajo en el puente, sentí mucho olor a lacrimógena. Una vez arriba sentí más gas lacrimógeno. Incluso me pusieron una mascarilla, porque yo tenía muy poco aire”.
El joven explicó que gracias a que terceras personas que lo ayudaron y le pidieron datos personales, su familia fue capaz de saber lo que le estaba ocurriendo: “Gracias a eso se enteró mi mamá”.
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Además, el joven detalló a la PDI sobre su experiencia en la Clínica Santa María, cuando lo llevaron de urgencias.
“No me acuerdo si fue antes o después de la operación cuando me pusieron un colchón de calor porque estaba con hipotermia”, indicó. Asimismo, relató que estaba en estado de shock, como en “otro mundo, sentí que me estaban cortando la ropa” y que “no pude responder qué me había pasado”. Después, contó que “pude ver a mi mamá, le dije que la extrañaba y le pedí que no me dejara solo”.
Además, aseveró que estuvo una semana en hospitalización, tuvo un control y un diagnóstico posterior. “Tenía un TEC (traumatismo encéfalo-craneano) cerrado que se veía en las imágenes como una mancha de sangre. En mis pulmones también tenía una mancha que, según los doctores, es por el tema del agua que aspiré mientras estaba en el río”, agregó.
“¿Qué recuerdos tiene de las personas que lo ayudaron cuando estaba en el lecho del río?”, le preguntó por su parte la fiscal. El menor respondió que “había una persona que llegó al principio a ayudarme. No lo conocía de antes, pero comenzó a comunicarse con mis amigos. Me fue a ver a mi casa. Yo lo conozco como ‘Micha'... el primer rescatista no sé su nombre, pero he tenido contacto con él. Me llama para saber cómo estoy”.
“Psicológicamente no me siento bien”
Respecto de su recuperación y el estado en el que quedó después de la caída, aseguró que “psicológicamente no me siento bien. Al principio quise recuperarme, pero luego comencé a darme cuenta de lo que me pasó. Lloraba todas las noches, no paraba de llorar, no salía de mi pieza ni para comer”.
“Nunca he sido una persona con achaques”, continuó, “pero esto me cambió totalmente. Hay gente que lo tira como broma diciendo que soy el niño que se quiso bañar en el río, pero a mí me afecta demasiado. Hay gente que sabe quién soy, que me dice las cosas en broma, como para llamar la atención, pero no saben el daño que le causan a uno esos comentarios”.
En relación a su estado físico después de los hechos, señaló que “no puedo jugar a la pelota, no puedo ir al choque, no puedo andar en ‘bici'. Las manos las puedo mover, pero hacer un mal movimiento me podría afectar demasiado. Solo puedo hacer cosas livianas”.
Por otro lado, los funcionarios de la PDI le preguntaron al menor A.J.A.A. cómo andaba vestido ese día. “Buzo azul de la U, con franjas claras verticales y una franja roja en la parte inferior y una polera azul. También tenía mi mochila, de color oscuro, en cuyo interior mantenía un polerón y un gorro tipo ‘tinku', además de una mascarilla para gases”, respondió.