La Iglesia Católica en Chile vio cómo dos de sus miembros fueron expulsados por el Vaticano, luego de que el papa Francisco informara la salida de sus filas de dos sacerdotes acusados de delitos de pedofilia y abuso sexual a menores de edad.

Primero fue la Compañía de Jesús, que comunicó la salida forzosa del ex sacerdote Jaime Guzmán Astaburuaga, investigado desde el año 2018 por violación de niños.

En un comunicado de prensa, donde informaron el cierre de la investigación clerical que data desde noviembre del 2018, "a propósito del grave actuar del citado presbítero en la comisión de delitos contra el sexto mandamiento con menores".

Con esto, Jaime Guzmán tiene absolutamente prohibido ejercer el ministerio sacerdotal de manera pública, además de verse imposibilitado de tener todo contacto con menores de edad.

“La Compañía de Jesús expresa sus disculpas públicas a las víctimas de estos abusos y reiteramos nuestro absoluto rechazo a acciones que dañen la integridad física o moral, especialmente de menores de edad y personas vulnerables".

No fue el único cura expulsado

El Arzobispado de Santiago informó que el Vaticano declaró culpable al presbítero Ramón Echeverría Neira, tras ser acusado de abusos sexuales y de conciencia contra de un menor de edad, entre los años 1971 y 1974.

Asimismo, desde la diócesis capitalina se detalló que la Santa Sede decretó la expulsión del sacerdote del estado clerical.

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En este sentido se indicó que “la Delegación para la Verdad y la Paz del Arzobispado de Santiago ya ha informado a los denunciantes” de esta resolución.

Desde el Arzobispado reiteraron su “compromiso con la búsqueda de la verdad, justicia y reparación para quienes hayan sido dañados por alguno de los miembros del clero de la Iglesia de Santiago”.